𝐋𝐀 𝐂𝐈𝐓𝐀
Jimin iba rápidamente de un lado a otro en su apartamento con nerviosismo, sintiéndose más como una adolescente tratando de prepararse para el baile de graduación que la mujer serena y confiada que se enorgullecía de ser. Todavía estaba en bragas y sujetador, habiendo probado y descartado por lo menos una docena de atuendos en los últimos treinta minutos. Chimmy se sentó en la cama, llena de seriedad felina viéndola entrar en total pánico.
La idea de ver a Taeyeong otra vez tuvo a su estado de ánimo balanceando locamente de anticipación con fuertes retortijones de miedo de que su tiempo juntas fuera una casualidad. Su fin de semana había sido perfecto. Sin lugar a duda, perfecto. Si pudiera, Jimin habría elegido no dejar el apartamento de Taeyeong y quedarse para siempre en el mundo de fantasía que habían creado. Durante un fin de semana entero, sólo ellas dos existieron. El sexo era una revelación, la compañía lo era aún más.
Pero ahora estaban de regreso en el mundo real, Jimin no tenía idea de si podían continuar desde el lugar donde lo habían dejado. Se detuvo frente al espejo de su armario y vio la ansiedad escrita por toda su cara. Nada tan maravilloso podría durar. Después de dos relaciones, una de ellas lo suficiente seria como para haber dejado su corazón roto cuando terminó. Jimin conocía un hecho inalienable: la vida era más grande que una noche en una cabina de ascensor.
Suspirando, se probó otro par de jeans.
—¿Qué pasa conmigo? —le preguntó a Chimmy —Y yo que estaba preocupada de que Taeyeong alucinara —el gato negro levantó la cabeza y bostezó —Sólo es para demostrarte lo mucho que sé —Jimin volvió a mirar al espejo. —¿Crees que le gustará mi culo en estos jeans? –por supuesto que a Taeyeong le gustaría su culo. Esa no era realmente la cuestión.
Lo que Jimin en realidad quería saber era si a Taeyeong le gustaría ella lo suficiente como para superar sus reticencias sobre una relación a largo plazo. Y si la respuesta era sí, ¿estaba lista ella misma para otra relación? No se puede reanudar la búsqueda de la media naranja antes de ser sincera consigo misma. Jimin se apartó del espejo y se dejó caer sobre el colchón junto a su amado felino.
—Cuando estábamos en el ascensor, estaba segura de que todo saldría bien —dijo dando a Chimmy unos cuantos golpecitos cariñosos —Pude ver que tenía miedo, pero pensé: Bueno, por supuesto que estaba asustada. Era prácticamente virgen.
Jimin cerró los ojos, sonriendo mientras revivía las imágenes de la noche del sábado, su primera vez en una cama de verdad. De alguna manera Taeyeong era la mejor amante que jamás había tenido.
—Te lo juro —murmuró —Si no hubiera sabido que era prácticamente su primera vez, sus acciones nunca me hubieran dejado pistas de aquello —Chimmy maulló, y Jimin lo tomó como una señal de protesta —Lo sé, lo sé. Más información de la que necesitabas.