14

1.2K 71 9
                                    

(Este capítulo es casi lo mismo que el 13, pero desde el punto de vista de Akaza)

Narra Akaza
Miré hacia la sede de los cazadores de demonios en la oscuridad. Vi a los tres jóvenes cazadores caminando hacia un hombre con mitad y mitad de haori y cabello negro y los dirigió a una mansión, supuse que era suya.

Aunque la vista era impresionante, algunas ramas bloqueaban mi vista de la finca y el árbol estaba demasiado cerca de la entrada. Necesitábamos encontrar un lugar mejor. Escaneé los bordes del bosque alrededor del muro exterior y encontré uno que parecía prometedor. Salté del árbol y me paré frente a Douma. Me miró confundido y asentí, le hice un gesto con la mano para que me siguiera.

Mientras nos acercábamos al árbol que había visto, comencé a enfrentar los pensamientos que había estado evitando durante mucho tiempo. Fue como si se rompiera una barrera y todas las emociones y preguntas regresaron de golpe, abrumándome.

Ahora que había dejado salir todas esas emociones, mirar al demonio de ojos arcoíris me provocaba una sensación extraña sabía que lo que estaba sintiendo era amor, pero no quería admitirlo, ni siquiera a mí mismo o a Douma, luego volví a centrarme en mí mismo.

Cuando llegamos a una parte oscura del bosque, le dije a Douma que iba a buscar un mejor lugar para vigilar, aunque en realidad, ya sabía donde espíar. Quería asegurarme de que fuera un lugar seguro durante el día, para que pareciera que estaba haciendo mi trabajo caminé despacio hacia el árbol. Cuando llegué, era temprano en la mañana y había más personas de las que esperaba sin embargo, parecían estar hablando entre ellos y no estaban haciendo nada importante.

Tomé un momento para recordar sus ropas y rostros, para poder describírselos al Maestro Muzan los detalles sobre sus formas de luchar tendrían que esperar, luego subí a una rama más alta y comencé a pensar en Douma. Él y todas las cosas que rondaban mi mente y aparentemente mi corazón, especialmente de su estúpida y adorable cara.

Me pregunté cómo había cambiado tanto en tan poco tiempo.

¿Yo no lo odiaba? ¿Como pude cambiar en tan poco tiempo? Huuurghhhh ¿Deberia decírselo?

Mi mente daba vueltas tratando de encontrar respuestas a todas las preguntas que me había creado, después de sentirme un poco mareado por tantos pensamientos sin resolver, decidí bajar de donde estaba y regresar para encontrar a Douma. No es que me importara, simplemente quería asegurarme de que estuviera bien ya que aveces actuaba como un niño sin supervisión

Cuando lo encontré, vi que estaba mirando un agujero en la ladera de una colina. Quería preguntarle qué estaba haciendo, pero antes de que pudiera hacerlo, me di cuenta de que era un buen escondite para ambos cuando no teníamos nada importante que hacer.

"Oh, esto se ve bien" exclamé mientras miraba dentro del agujero, era más grande de lo que pensaba, lo suficientemente espacioso para que pudiéramos escondernos juntos "
Sí, esto servira" dije con una pequeña sonrisa para Douma.

"Tengo dos preguntas qué vamos a comer y ¿econtraste un buen lugar para espiar?"

¿Que vamos a comer? M̶i̶e̶r̶d̶a̶ no pense en eso... Mire a lo lejos quizás haya un pueblo cerca, mañana miraré por ahi

"No sé qué vamos a comer, pero encontré un buen lugar para espiar" le dije a Douma mientras tomaba su mano y lo llevaba hacia un gran árbol. Caminamos juntos por un camino que había tomado antes, aunque apenas se veía, Douma miró hacia el cuartel general iluminado por la luz del día y entrecerró los ojos.

"¿Ya es de día?"

Asentí y trepé a un árbol cercano, soltando su mano, para que no me delatará mi cara, "Salta aquí"
Hice espacio en la rama y me senté, mientras Douma saltaba a otra rama en un árbol diferente.

Desde nuestra posición, podíamos ver a todas las hashira, así como a una pequeña niña con broche de mariposa y a unos tres extraños cazadores, reunidos en uno de los jardines cercanos al centro de la finca. Douma no podía verlos, así que le señalé la dirección en la que debía mirar.

Escuché parte de la reunión de las hashira, pero eventualmente dejé de prestar atención para poder pensar en asuntos menos urgentes pero más importantes. Podria decírselo ahora a Douma, pero ahora no además está concentrado en algo que no soy yo. Pensé, para distraerme, me mordí la muñeca suavemente, lo suficiente como para desviar mis pensamientos.

Pero después de unos minutos, mis pensamientos volvieron a dirigirse hacia Douma. ¡Sal de mi cabeza!

Suspiré en silencio, tratando de sacarlo de mi mente. ¿Por qué me estresaba tanto por esto? Él ya me había dicho que me amaba y siempre se aseguraba de que durmiéramos juntos en cierto sentido, ya somos pareja, solo que no quería admitirlo.

Quizás... tal vez tenga miedo. Pensé mientras regresábamos a la pequeña cueva para descansar.

¿Tengo miedo... de tener otra relación? No, no creo que sea eso. Había una pequeña parte de mí que sabía por qué tenía miedo, pero no quería enfrentar esos recuerdos tristes traté de olvidarlos hace mucho tiempo. Me acosté junto a Douma y me volteé hacia un lado ¿Qué es lo que me falta? ¿¡Qué se me olvidó!?

Un solo nombre pasó rápidamente por mi mente: koyuki

Los recuerdos pasaron rápidamente por mis ojos, cada uno durando solo un instante, pero se sintieron como una eternidad en mi mente. Un nudo se formó en mi garganta, recordando el dolor que sentí cuando Koyuki murió, después de más de un siglo, ese dolor volvió rápidamente a mí. Nunca quise volver a sentirme así.

Tengo miedo de perderlo, así como la perdí a ella tengo miedo de devolvere el amor, y que algo malo pasará, todo será mi culpa.

Suspiré profundamente. Recordé lo feliz que era cuando estaba con Koyuki, nos divertíamos mucho juntos y Douma era mucho más capaz de cuidarse a sí mismo, a pesar de su lado infantil. Solo los cazadores y el sol pueden matar a los demonios y los rangos superiores no han cambiado en más de un siglo.

Quizás... tal vez todo esté bien...

Me di la vuelta y miré la pared de tierra frente a mí. ¿Realmente estaba haciendo esto? Solo quería decirlo una vez reuní todo el coraje que me quedaba y hablé.

"Douma, c-creo que te amo"

Había pasado mucho tiempo desde la última vez que le había dicho esas tres palabras a alguien, y tan pronto como salieron de mi boca, los ojos de Douma se abrieron de par en par. Podía sentir su alegría contagiándome, pero yo también tenía miedo de permitirme ser feliz.

"¿Me amas?" preguntó emocionado.

"S-sí, pero tengo miedo" respondí mientras enterraba mi cabeza en mis brazos.

"¿Miedo?" Douma puso un brazo alrededor de mi espalda "¿De qué tienes miedo?"

"¡Tengo miedo de perderte, al igual como la perdí a ella!" En ese momento, estaba a punto de llorar.

Douma me acarició suavemente mi cabello mientras le explicaba mi pasado, toda mi vida antes de convertirme en demonio. Cuando terminé de contarle todo, Douma me abrazó reconfortantemente tenía un brazo alrededor de mi torso y la otra mano acariciaba mi cabello, no pude contener las lágrimas. El pasado y el presente se volvieron demasiado abrumadores para mí.

Me acerqué a él y envolví el abrazo sobre sus hombros. Me abrazó cerca mientras liberaba mis emociones reprimidas, susurrando palabras amables en mis oídos para ayudarme a calmarme y na vez que terminé de llorar, besó la parte superior de mi cabeza y murmuró.

"No te preocupes, Akaza, no voy a ir a ninguna parte"

Mientras me quedaba dormido, sentí débilmente que me frotaba la espalda.

"Te amo, Douma"

© Créditos: @miradragonz

Segundas oportunidades {Doukaza}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora