𝖬𝗋𝗌. 𝖲𝗆𝗂𝗅𝖾𝗒 𝗀𝗎𝗒. ★ 𝗤𝘂𝗮𝗰𝗸𝗯𝘂𝗿 𝗧𝗻𝘁 𝗗𝘂𝗼.

𝖶𝖾𝗅𝗅, 𝗍𝗁𝖺𝗍'𝗌 𝗇𝖾𝗐.

Tallulah había disfrutado de jugar con sus amigos durante toda la tarde, corriendo y llenando sus mejillas con la crema de varios pastelitos, hasta que un paso en falso le costó una caída y un feo golpe.
Se aguantó las lágrimas mientras Bobby y Juana corrían a buscar a su papá, quién hablaba cómodamente con los otros adultos mientras disfrutaba de una taza de té.

—¡Señor papá de Tallu! ¡Tallu se cayó y le duele mucho!— Ambos niños intentaron recuperar el aliento, la distancia no era mucha, pero sus piernas cortas no ayudaban.

William se puso de pie instantáneamente y se apresuró a llegar al patio de la casa, trotando hasta su pequeñita y tomándola entre sus brazos al estilo princesa.
—Amapola, bonita ¿Qué te golpeaste?

La niña, sintiéndose segura en los brazos de su Papá, se permitió soltar sus lágrimas durante algunos segundos, aferrándose el cuello de su papi mientras daba pequeños saltitos por el llanto.
El castaño se mantuvo susurrándole pequeñas palabras cariñosas y acariciando su espalda, identificando las heridas en sus rodillitas y codos, observando como Alex se acercaba hasta su lado en total silencio.

—Tallu, cielo ¿Te parece si yo y tu papá te limpiamos? Traje unos parches curitas con diseño de piano, sé que te gusta la música.— Will se había dado cuenta que Alex tenía una voz suave por naturaleza, pero al momento de entrar en el papel de Miss. Alex, esta se convertía en casi una melodía, cálida y serena como pocas.

La mención del instrumento fue suficiente para que Tallulah disminuyera la intensidad de su llanto, asintiendo con su cabecita y comenzando a recuperar el ritmo de su respiración.
Así, el azabache tomó la delantera y comenzó a guiarlos hasta el baño más cercano, sin olvidarse de tomar su bolso desde el sillón.

William tomó asiento en la tapa del inodoro cerrado, acomodando a la castaña en su regazo mientras Alex se arrodillaba frente a ellos, sacando de su bolso lo que aparentaba ser un botiquín.

—Will, mientras saco las toallitas húmedas ¿Puedes revisar si no tiene piedritas en los raspones?

El castaño hizo un pequeño ruido como afirmación, revisando con atención cada pequeño rasguño en el cuerpo de su niña hasta estar completamente seguro de que no existía ninguna piedrita entre su piel.

—No, nada, solo tiene un poco de tierra y suciedad.

Alex asintió y comenzó a limpiar los raspones de sus piernas, dejando a William encargarse de los de sus brazos, atendiendo a la castaña en un silencio cómodo, quién aprovechó el momento para capturar la escena en sus recuerdos y dejar su imaginación volar, sintiéndose querida por alguien que no fuera su papá, sus tios o sus abuelos, ciertamente disfrutaba la nueva presencia de Miss. Alex en sus vidas y sabía que su papá lo hacía de igual manera, lo leía en sus acciones.

Nuevamente, como aquella vez con el accidente de los plumones, Tallulah permitió a su cuerpo relajarse en el pecho de su papi, sintiéndose lo suficientemente segura como para caer dormida, acción que causó una suave risa en ambos mayores, quienes  la observaron con ternura impregnada en sus ojos.

Siguieron con la curación hasta finalizarla al ordenar y guardar todo lo utilizado, con William marcando un beso en la frente de la pequeña y alejando los cabellos de su rostro, en busca de permitirle descansar con mayor comodidad.

—Cuando despierte...va a estar tan molesta por haberse perdido el cumpleaños, de verdad estaba emocionada por verlos y por...ya sabes, verte.— Los recuerdos del día anterior en la florería llenaron su mente, sonrojándose suavemente y desviando su mirada, detalle que Alex no pasó por alto.

—¿Verme? ¿A mí?— De igual manera, las mejillas de Alex se colorearon con algo de vergüenza, aprovechando que el mayor no mantenía su mirada en él para observar sus facciones y detallarlas como una fotografía.

—Sí, se encariñó rápidamente contigo, ella me dio la idea de traerte flores y me convenció de hacerlo.

—Supongo que te costó aceptar, señorito nervios.— Alex mencionó con cierta gracia, soltando una pequeña risa cuando el castaño puso sus ojos en blanco, aún cuando no existía molestia alguna en su expresión y una sonrisa divertida dominaba su expresión.

—Nah, me convenció cuando me dijo que me darías un abrazo de agradecimiento.

—¿Un abrazo mío te motivó a traerme flores y soportar la vergüenza?

—Soportaría eso y más por otro abrazo tuyo.

La respuesta tomó al azabache desprevenido, quien sintió el calor subir a su rostro con rapidez impresionante, tomando una gran bocanada de aire mientras sus mejillas se coloreaban de un tono rojo intenso.

—¿Q-qué pasó con el Will que se pone nervioso al decirme lindo y tartamudea?

—Se durmió junto con Tallulah, Miss. Alex.

Will le guiñó un ojo antes de levantarse, acomodando a la pequeña en uno de sus brazos y extendiéndole su mano al chico sentado en el suelo, quien la tomó de forma temblorosa y se incorporó.

Cuando el castaño avanzó, Alex retrocedió contra la puerta del baño, causándole una risa suave al más alto, quién solo lo observó mientras ladeaba su rostro levemente, mensaje que el azabache entendió y se hizo a un lado de golpe, casi golpeando su cabeza con el borde de una repisa hasta que el castaño lo cubrió con su mano, quitándola y saliendo del cuarto, mas no dando más de dos pasos por el pasillo antes de detenerse  y voltear a ver al chico.

—¿Miss. Alex, nos acompañas a casa? Aún es temprano y Tallulah despertará en poco tiempo, al menos quiero que tú estés ahí para que su día no sea tan horrible.

—¿Seguro que ese es el único motivo, señor Soot?— Alex utilizó las mismas palabras que el primer día, sin modificar aunque sea mínimamente el tono con el que lo mencionó aquella vez.

—¿Crees que te invitaría si ese fuera el único motivo?

—Es de mala educación responder una pregunta con otra.

—Quiero tener una cena contigo, Alex.

Y LOS DEJO AHÍ, no planeaba actualizar hoy pero tuve tiempo libre :3 (el q debería estar usando para dormir)