Capitulo 1

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Allie

Allie sentía que su mundo se derrumbaba, sentía que ya no podía más, se sentía cansada y ni siquiera sabía el porqué, se sentía sola a pesar de que estaba rodeada de personas que aparentaban que la querían, se sentía incompleta, , a pesar de que intentaba conocerse a sí misma, ser feliz, e intentar a toda costa aparentar serlo, y quizás ese era el problema, se había concentrado tanto en aparentar ser feliz, que se había olvidado de serlo.

Y ella solo quería parar, parar de sentir lo que estaba sintiendo, parar de sentirse mal.

Allie detuvo sus pensamientos, y sin pensar se dirigió al cajón en el cual guardaba las cartas que sus padres le habían dejado, pero a pesar de todo, no sentía el valor de leerlas, no aún.

Pero tomo una de esas cartas, las cuales cada una de ellas se mantenía dentro de un sobre y llevaban un mandato.

La que tenía sobre las manos se titulaba "Por si no sabes que hacer, Sophia" Allie tomo todo su valor, y abrió el sobre, con ello, la carta.

22/11/1999

Querida Allie.

Cuando finalmente llegaste a nuestras vidas, volteaste nuestro mundo de cabeza. Todo lo que creía saber de la vida, cambió. Debo ser honesta: no tenía idea de cómo ser mamá. Jamás había sostenido a un bebé en brazos y mucho menos había cambiado un pañal. Era territorio totalmente desconocido para mí.

Pero tú, con ese tamaño diminuto, esas manitas pequeñitas y esos ojitos llenos de ilusión, me fuiste enseñando a ser madre. Es increíble cómo antes de tenerte no tenía idea de cómo haría las cosas, y cuando llegaste tú parecía que me dabas muchas de las respuestas que tanta falta me hacían.

pero Allie , si estas leyendo esto es porque estas perdida, quiero que sepas que aunque no esté contigo hoy, ni en tu boda, ni en tu graduación, ni en tu primer trabajo, ni el nacimiento de tus primeros hijos, siempre creí en ti, desde el primer momento en el que supe que te tenía en el vientre, supe que no tenía una niña cualquiera, te tenia a ti, Allie, que aunque ahora no sepas quién eres, aunque ahora no seas feliz, lo serás, porque al final del camino siempre se halla una luz , y si todavía no la has hallado, es porque no has llegado al final.

Se que dudas de quién eres, pero yo no, sé que eres fuerte, valiente, decidida, encantadora y hermosa, pero unas palabras no valen nada, porque nadie más que tú misma puede decir quién eres, o lo que eres, solo tú.

Pero no todo es tan fácil, primero debes empezar a creer, pero no en los demás, si no en ti. Hija, aunque no esté al lado tuyo para limpiarte las lágrimas y decirte que todo va a estar bien, estoy desde lejos deseándote lo mejor.

Si algún día necesitas desahogarte, recuerda que de pequeña amabas escribir.

Tú puedes con todo, te amo.

Alicia

*****

Los ojos de Allie brotaban lagrimas sin detenerse, su corazón latía con fuerza, su estado emocional era más inestable que nunca, miraba a los lados intentando buscar una solución a sus problemas.

Allie abrió el cajón otra vez para devolver la carta a su lugar e intentar recuperarse de una forma u otra y se dio cuenta de la pequeña libreta que se escondía debajo de toda esa pila de carta:

su pequeño diario.

Allie paso la noche leyendo página por página, mientras de vez en cuando limpiaba una lágrima de su rostro.

Al cerrar la tapa dura de su diario Allie se mantuvo mirando el techo blanco de su dormitorio el resto de la noche, pensando en cómo su vida había dado un giro tan grande y brusco en segundos.

Allie no solo se sentía mal por sus padres, se sentía mal por su hermanita, Isabella, porque Allie sabía que ella no era la única inestable por lo sucedido, tanto a Isabella como a Allie les dolió lo que aconteció.

Pero a pesar de todo, Allie no podía hacer nada por ayudar a su hermanita, porque un corazón roto, no puede salvar a otro.

Y eso era lo peor, que como hermana mayor debía protegerla, estar ahí para ella y ayudarla cuando lo necesite.

Pero Allie estaba consiente de que ella no podía ni con sigo misma en esos momentos, así que menos iba a poder con otros.

Allie no estaba mentalmente preparada para aguantar más dolor en su vida, o quizás sí, pero esta está convencida de que es débil, aunque a este punto de la historia, no sabemos si Allie lo es o no.

Allie apartó sus pensamientos y tomó su laptop, recordando las palabras de su madre abrió una pagina de escritura y lectura que encontró en internet rápidamente por su fama.

Decidió empezar a redactar una historia para apartar sus sentimientos y sus pensamientos, ya que Allie se empezaba a abrumar y por desgracia, no tenía la suficiente confianza con alguien para decir lo que le pasaba o sentía.

Allie empezó a escribir sin parar, las palabras fluían solas y no podía detenerse, Allie no recordaba lo bien que se sentía escribir, que, para ella, no era solo una manera de entretenerse, también era una manera desahogarse, reflejando sus problemas en varios de los personajes, pero eso la gente no lo sabría.

La luz del día empezaba a reflejarse en el dormitorio de Allie, esta se encontraba sorprendida por el tiempo que había durado despierta.

Allie estaba totalmente satisfecha por su escritura de la noche, o mejor dicho la madrugada, no lo sé, quien sabe, pero, en fin, al fin Allie logro despejar muchos de sus pensamientos, que, aunque fuera solamente por un lapso corto de tiempo, se sentía bien estar sin preocupaciones, aunque se un corto tiempo.

Allie publica el primer capitulo de su historia, sin esperar mucho a cambio de los lectores, pero al final, siempre acaba sorprendida.

-Allie, Allie! —Escucho gritar desde su dormitorio a un chillona e infantil vocecita.

--Espera Isabella!

Allie se dirigió a abrir la puerta, esperando ya encontrarse con el pequeño demonio que reinaba por su casa.

--Mueve Allie, que no quiero llegar tarde.

--¿Eh? ¿Pero tarde para que Isa? -- Simplemente no entendía nada, como siempre.

--Pues para la escuela, tonta.

--Mierda—Masculló Allie cuando recordó: la escuela, claro, era su primer día.

Pero Allie había estado tan ocupada escribiendo su historia que ni se enteraba.

A tan solo una miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora