Mi cabeza daba vueltas en este momento, mi cuerpo pedía más, cada rose con los desconocidos en esa fiesta me tenía caliente a más no poder, parecía una zorra en ese momento pero lo único que quería era apagar el calor que provenía de mi cuerpo, buscaba con la mirada un hombre que me ayudara con el pequeño problema que tenía justo en este momento y aunque no solía ser muy exigente al momento del sexo desde que entré al mundo de la mafia desde hace unos años, debía cuidar con quién dormía y con quién no.
Mis ojos divisaron una espalda ancha en la barra del bar del hotel y cuando se dió la vuelta no podía creer lo que mis ojos veían, tenía una cara de ensueño y unos labios en los me gustaría perderme justo en este momento, mientas mis sentidos aún respondían me acerque lentamente a la barra y pedí lo más fuerte que había al bartender.
— No es mucho alcohol para alguien tan pequeña como tu — comento el desconocido al que le había puesto el ojo hace un momento.
— No eres muy entrometido para ser alguien tan grande — solté como si no quisiera comérmelo y hacer cosas prohibidas con el en ese momento pero le importo poco ya que me sonrió ladino.
— Tu cara roja me dice lo contrario, ¿tomaste algo que no debías? — sus ojos viajaron de arriba a abajo en mi vestido entallado negro que no dejaba mucho que pensar sin el saco que había perdido momentos antes, lo vi relamer sus labios y como si de electricidad se tratara mi sexo pidio más de ello.
No me daría mi tiempo de conocerlo, no en este estado así que lo tome del cuello de su saco de vestir y lo atraje a mis labios salvajemente sin importarme que no me conociera y parecía no haberle importado ya que sus labios jugaron con los míos y acto seguido su mano estaba tocando un lugar que realmente deseaba ser tocado justo en ese momento, sus manos eran ágiles y me volvían loca pero de un momento a otro paro en seco y se acercó a mi oído.
— Debería llevarte a un lugar más privado Min-ji, estamos dando un espectáculo aquí— mis sentidos ya no funcionaban y hubiera deseado que lo hicieran porque en ningún momento le había dicho mi nombre, pero no me importó y lo seguí, el camino se estaba haciendo interminable y no podía más con la calor que emanaba mi cuerpo en ese momento y menos con el dios griego que tenía frente a mi.
Toque el botón de stop del elevador al que el me había llevado y de nuevo lo lleve hacia mis labios con un jalón de la corbata que llevaba puesta, está vez estaba siendo más desesperada que la anterior, lo que me habían dado momentos antes en la bebida me estaba volviendo loca y el chico que tenía enfrente me iba a ayudar a saciar el deseo que tenía lo quisiera o no.
Levanto mi peso sin problemas y mis piernas se enrollaron en su cintura dándole una vista de todo lo que hacíamos gracias al espejo del elevador, una de sus manos hizo de lado mi ropa interior y con esa misma desabrochó su cinturón y bajo un poco de su pantalón dando una vista perfecta de lo que se cargaba ahí debajo y ya estaba despierto y listo para que mi cuerpo lo tomara.
Mis ojos estaban centrados en sus movimientos y cuando lo noto subió su mano a mi mentón y con un pequeño movimiento que hizo que mi cara diera a la suya, sus ojos y los míos se miraron, nuestros alientos chocaron haciendo nada más y nada menos denotar que las mismas ganas que tenía yo las tenía el y un momento después hacer que lo besara, su mano volvió a bajar pero está vez para tocar mi intimidad y jugar un poco con ella, introdujo uno de sus largos dedos y no sé si era la calor del momento pero mi cuerpo quería más, estaba más que mojada y quería lo mismo que el.
— Te daría lo que quieres aquí mismo, pero eso me lo impide — miro la cámara del elevador y por primera vez me reproche el hecho de que estuvieran ahí, presiono el mismo botón que yo había presionado antes y el elevador siguió en lo suyo, sus dedos no dejaban de jugar dentro de mi y me sentía en cielo, y como si de tortura se tratara de un momento a otro paro y los saco de mi pero jamás me bajo de el, seguía enrollada en su cintura y me llevaba cargada a no se dónde.
