Capítulo 9: Solo un disfraz

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Una semana paso desde que Greta recibió aquel sobre de manos de sobrino, una semana que a las justas ella se acercaba por el taller, dejándole la tarea de supervisión del mismo al señor Daneo, quién por ser el de más antigüedad en el lugar, se hacía cargo del taller cuando ella salía.


—¿Cómo vas muchacho?, ¿alguna consulta? — pronunció Daneo, al momento que llego al lugar donde se encontraban Fred y Rayan, arreglando un vehículo.

—Por el momento ninguna — dijo Fred con calma.

—¿Por qué no se lo preguntas? — expreso Rayan en voz baja.

—No creo que sea lo correcto hacerlo — respondió Fred.

—¿Si tienen alguna pregunta? — contesto el hombre mayor.

—Sí, una, aunque no es de trabajo — dijo Rayan con calma.

—Entonces, ¿de qué? — respondió Daneo, mientras Rayan poso su mirada en su amigo.

—Es sobre la señorita Ballasco — pronunció Fred, al tiempo que el hombre mayor lo miro con curiosidad. Lo que sucede es que no la hemos visto los últimos días por aquí, ¿acaso está enferma? — acoto.

—¡Enferma! No que va, si esa chica es fuerte como un roble, por ello todos acá la admiramos y respetamos, pues a pesar de su juventud ha sabido sacar adelante el taller de su difunto padre, aunque no le fue tan sencillo en un principio.....


Daneo les comento a grandes rasgos toda la lucha de Greta para evitar que el taller de su padre cerrase cuando este falleció, así mismo, les hizo saber que ella sí estuvo viniendo, solo que como ellos en poco tiempo le demostraron capacidad y eficiencia, ella confiaba en su trabajo, por lo mismo no los supervisaba mucho.

La respuesta dejo conforme a Rayan, más no a Fred, quién seguía pensando que ella lo evadía, además el necesitaba acercarse más a ella, ya que Greta de verdad le interesaba y él quería demostrarle que aquella imagen que ella se llevó de él aquel día no fue la verdadera, ya que él no era así, él solo siguió la plática de los demás jóvenes para sentirse aceptado en el nuevo grupo, pero él no era así, él sabía respetar a las mujeres, él más que nadie respetaba y admiraba la capacidad de las mujeres para enfrentar la vida a pesar de todos los obstáculos que pudieran tener en ella. Él solo tuvo madre, a su padre nunca lo conoció, siendo su madre su todo, hasta que conoció a Greta, con quien, a pesar de no cruzar palabras solo miradas, logro cautivarlo y lo seguía cautivando cada día.


— ¿Ha venido hoy? — dijo de repente Fred.

—Aún no llega, pero es un hecho que vendrá, ya que hoy es día de capacitación — respondió Daneo.

—¿Capacitación? — pronunció Rayan intrigado.

—Sí, la señorita Ballasco nos capacita cada 15 días, para estar actualizados en las nuevas técnicas o uso de nuevos equipos...


Tal lo dicho por el señor Daneo, luego de 4 horas, todos los trabajadores del taller paralizaron sus actividades para ir al lugar donde se llevaban a cabo las capacitaciones. A este lugar también asistieron Rayan y Fred, quienes quedaron sorprendidos de la capacidad de liderazgo que mostraba Greta, incluso ante personas mucho mayores que ella, además del conocimiento que poseía; allí también ella compartió con sus trabajadores su nuevo proyecto, para el cuál ella les pidió apoyo y compromiso, como hasta ahora se lo venían demostrando.

Luego de más de 3 horas de capacitación, Greta invito a sus trabajadores al pequeño comedor del taller, para que reciban sus alimentos, aprovechando ello Fred decidió acercarse a esta.


—¡Disculpe! necesito decirle algo — pronunció Fred, mientras miraba directamente a su jefa.

—¿Qué? — respondió con calma Greta.

—Es sobre el proyecto que piensa llevar a cabo, yo conozco.... — decía Fred, haciendo por primera vez que su jefa le preste atención y no lo evada como en otras oportunidades.


Tras escuchar lo que Fred le comento, Greta se tornó pensativa, mientras él solo se limitó a observarla en completo silencio.


—Cuando acabes los pendientes que se te asignaron, ve a mi oficina — dijo Greta con calma.

—Claro — respondió Fred, mientras una sonrisa se plasmaba en su rostro, al tiempo que su joven jefa se alejó del lugar.

—¿De que hablaron?, ¿a poco le dijiste que te gusta? — pronunció Rayan, tras acercarse a su amigo, haciendo una pausa para añadir — Aunque ello no pudo ser, porque de hecho ella te hubiera dado tu buena regañadiza sin importarte que estemos todos aquí...

—Solo es un disfraz — dijo Fred.

—¿Qué? — contesto confundido Rayan.

—Esa apariencia de mujer fría y calculadora, solo es un disfraz, ella no es así realmente — agrego Fred.

—Pero, ¿Cómo puedes decir ello?, si ni siquiera la conoces bien — contesto Rayan.

—Lo vi en su mirada, ella estaba en calma mientras le comentaba sobre las distribuidoras de piezas que hay en nuestro pueblo, además de algunos contactos que conozco de otras ciudades, ella solo es una apasionada de su trabajo, nada más — dijo Fred.

—Bueno, si tú lo dices — contesto Rayan.

—Lo digo y lo sostengo, ella no es tan dura como aparenta, además tú mismo lo notaste hoy, ¿no?, si fuera realmente dura, sus trabajadores no la querrían tanto — añadió Fred.

—Bueno, ello es cierto — respondió Rayan.

—Claro que lo es — dijo Fred con firmeza.


Tal cual lo acordado, una vez que Fred cumplió con las tareas que tenía asignadas para el día, fue a la oficina de Greta. Al llegar a la misma, pudo comprobar sus palabras al ver a su joven jefa, con el semblante tranquilo, platicando con su sobrino.


—¡Disculpen! — pronunció Fred con calma.

—Me retiro — dijo Sami, con una sonrisa en su rostro, tras ver al apuesto joven en la oficina de su tía.

—No es necesario Sami, puedes escuchar lo que platicare con el señor Modison — respondió Greta.

—Es que tengo ir hacer un trabajo con mis amigos — agrego Sami.

—Pero si acabas de llegar — contesto con calma Greta.

—Es que me acabo de acordar de este, tía — dijo Sami, sonriendo, luego de ello se puso de pie, tomo su mochila y al pasar junto a Fred le guiño un ojo, mientras decía en voz baja — Mi tía no es tan fiera.


Luego de ello Sami se marchó del lugar, dejando solos a Fred y Greta. Tras algunos segundos la joven jefa le indico a su trabajador que tome asiento, al tiempo que empezaba a comentarle más de los detalles del nuevo proyecto que tenía en mente.


—«Tal vez sea mejor el pasado dejar allí en el pasado, a lo mejor ni recuerda ese día y yo pensando lo contrario» — pensaba Fred, mientras escuchaba lo que su jefa le decía.

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