| Harry Potter | El Legado del Inefable

Capítulo 17- El reflejo del deseo oscuro en el Espejo de Oesed

—Creaste aquello que podía matarte, Voldemort.

Es importante mencionar que todos los derechos de autor de Harry Potter pertenecen a su autora, J.K. Rowling. Este fanfic es simplemente una adaptación de su historia y no pretende ser otra cosa.

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Los ojos verdes de Harry se abrieron con somnolencia mientras se adaptaban al techo verde oscuro de su habitación en Slytherin. Gruñendo ligeramente, comenzó a tirar de las sábanas verdes de su cama mientras calmaba el dolor en sus ojos presionando sus párpados. Sus ojos verdes presentaban un contorno rojo, indicio de las dificultades para conciliar un sueño reparador.

Era el último día en Hogwarts antes de que todos los demás se marcharan a sus hogares o se quedaran para pasar las vacaciones de Navidad. Al ser fin de semana en Hogwarts, naturalmente no tenía nada más que hacer aparte de preparar sus cosas.

Levantándose con aburrimiento, conjuró su atuendo habitual mientras su pijama plateado desaparecía en su propio baúl. Revisó sus pertenencias en busca de algo que se le hubiera pasado, pero no encontró nada. Su capa de los Inefables estaba en el baúl, al igual que su varita sin rastro del Ministerio y su collar de Slytherin.

—Quirrell —murmuró Harry, siguiendo los pasos de Quirrell en el mapa.

Los ojos de Harry finalmente se acostumbraron a la tenue luz que se filtraba por su dormitorio antes de dejar todo en su lugar, aplicar protecciones en su habitación y sobre su baúl, y salir de la Sala Común hacia el Comedor.

Las miradas se posaron una vez más sobre él, mientras los murmullos comenzaban a hacerse audibles.

"Es él..."

"Gryffindor y Slytherin..."

"Un Firestick..."

Los ojos de Harry brillaron en un tono oscuro cuando los susurros, ya fueran los murmullos de los alumnos o su propia conciencia, comenzaron a dictarle fragmentos inquietantes del futuro.

Ignóralo...

Suspirando, Harry caminó con paso firme hacia la mesa de Slytherin, donde Pansy, Hermione y Cassiopeia disfrutaban de su desayuno con tranquilidad.

Esta vez, los sentidos de Harry se pusieron alerta cuando percibió una mirada sobre Hermione. Era Scorpius, quien lo observaba desde el otro extremo de la mesa con el ceño fruncido. Sus ojos grises, al igual que los de su hermana menor, brillaban con un tono amenazador dirigido a Hermione y luego a él.

—Buenos días —murmuró Harry antes de recibir los saludos de toda la mesa.

—¿Estás listo para volver a la Mansión Firestick, Harry? —preguntó Pansy, cuyo semblante se volvió ceñudo cuando la mirada de Harry no se posó en ella. Sus ojos esmeralda apagados, desprovistos de vida, siempre parecían fijos en un punto, como si solo eso importara y nada más, o como si estuviera sumergido en lo más profundo de su vasta mente, pensando en algo.

—¿Sucede algo, Harry? —interrumpió la voz de Hermione, sacándolo de sus pensamientos.

Harry negó con la cabeza mientras miraba la comida frente a él. Frunciendo el ceño apartó el plato sin tocar antes de chasquear la lengua.

—¿A qué hora nos vamos? —preguntó Hermione.

—Probablemente en una hora más, ¿por qué? —Harry no respondió. Su mente se trasladó a un recuerdo de hace unos días, cuando Dumbledore lo había convocado a una reunión.