[ n u e v e ] - Justicia divina.

10.1K 945 1.1K
                                    

꧁ M O N I Q U E ꧂


El sábado llega y con él mis ganas de hacer algo respecto a Tom. Hablé con Nessa, me reprendió como una madre, me dijo que debía esperármelo, después de todo estaba casado y toda esa mierda que no me creo para nada. Porque Tom quería esto tanto como yo y importa lo que digan los demás o incluso lo que diga él mismo, sus acciones me dicen que hay algo más. De todos modos, eso no hace que mi molestia disminuya, solo la aumenta.  Pudo haberme dicho “Oye, Monique. Soy un maldito cobarde y tengo miedo de mis propios sentimientos.” Explicarlo no es tan difícil, ¿por qué siempre lo hacen ver difícil? No lo entiendo.

Mis días en la pista son cada vez peores. Mamá nos hace desmayarnos en la pista, a mí y a Máximo. El muy descarado se atrevió a decirme que odia a mi madre y que si pudiera metería su pie mientras ella patina para que no vuelva a verla sobre el hielo nunca más. Me reí y luego le mostré mi dedo medio, pero al final me reí. No me cae tan mal ahora, después de todo a ambos nos han dicho que debemos ser los mejores y él hace su trabajo tan bien como yo. Sus comentarios egocéntricos todavía me hacen bombear sangre en mi frente del coraje, pero cuando se los regreso y él no se ríe, es más divertido.

Y tiene manos fuertes, gracias a eso hemos hecho unos cuantos saltos bastante difíciles y en ninguno de ellos me ha dejado caer al suelo. Se lo agradezco.  Sus manos me toman de las piernas, mientras yo estoy de pie sobre sus muslos y recorremos la pista. De repente, un deja vu se aparece frente a mí porque Tom y Leni entran a la pista, con Alessio riéndose delante de ellos. El sonido de sus pisadas y las risas de Alex llaman la atención de todos, Máximo me carga para bajarme y dejarme sobre el hielo mientras mi mamá rueda los ojos y patina directo al almacén. Bueno, ya sabemos lo mucho que los odia.

—¡Hola, hola! —saluda Leni con sus manos en el aire y le devuelvo el saludo con una sonrisa.

—Que bonita —murmura Máximo con una sonrisa coqueta y yo lo miro con una mueca de desagrado.

—Tiene novio.

—Me refería a ti —me señala el rostro con su dedo índice y yo frunzo el ceño con confusión, la risita de Máximo se escucha muy fuerte—. Casi no sonríes cuando estás conmigo. Te ves bonita cuando lo haces.

Lo miro de arriba abajo —¿Eso crees?

—Creo que sabes la respuesta —después de decir aquello, desvía la mirada hacia nuestros tres invitados. Me doy cuenta que Tom nos mira intensamente, busca mi mirada pero yo solo observo a Leni, eso no quiere decir que no pueda verlo por mi vista periférica. Leni toma asiento en las gradas junto a Alessio—. ¿Quién es el hombre junto a tu amiga rubia?

Aprieto la mandíbula cuando hago contacto visual con Tom, dejo de mirarlo para ponerle atención a Máximo —No tengo idea.

Máximo acepta mi respuesta al mismo tiempo que asiente, mi madre aparece con cara de pocos amigos, claramente nada feliz de que alguien más esté aquí, pero no dice nada, con simples movimientos de sus manos nos indica nuestros puestos y patinamos hacia dónde ella nos ordena.
Por alguna razón tengo todavía más presión ahora que Tom está observando, decir que no quiero impresionarlo sería mentir. Máximo me carga en sus brazos y me da una vuelta en el aire.

—¡Arriba, Máximo! —grita mi madre desde una de las esquinas de la pista—. ¿Tienes miedo de tocar a Monique?

—Por supuesto que no —contesta, irritado y con la respiración agitada—. Pero a ella no le gusta que la toque. Ya me ha amenazado tres veces con cortarme la cara con el filo del patín.

—Afirmativo, camarada —hago un saludo militar y aprovecho para tomar mucho aire porque me duele el abdomen de tantos giros y cosas.

—Pues ignórala y escúchame a mí —con ayuda de sus manos simula que son nuestros cuerpos y hace unos extraños ademanes—. Para que su giro salga bien, debe tener impulso de parte tuya. Si estuviera en el hielo, no te necesitaría, pero estamos de acuerdo que está en tus brazos, ¿verdad? —ambos decidimos que sí con la cabeza—. Cuando la empujes hacia arriba, coloca una mano en su espalda baja y la otra en el glúteo–

Mozzafiato. 「𝐭𝐨𝐦 𝐤𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora