A Tom siempre le han gustado las mujeres mayores, así que jamás se imaginó que terminaría completamente loco por la mejor amiga de su hijastra. Pero ella sí lo supo desde la primera vez que lo vio; estaba segura que Tom Kaulitz sería suyo.
(⚘)
Prohi...
Una maravillosa velada, en verdad. Sobre todo en el momento en que mi papá se sube al escenario, completamente borracho a dar un discurso sobre cuánto ama a su familia. No sé qué pensar. Me permití sentirme halagada por un segundo, pero todo eso se acabó cuando cinco segundos después le agradeció a Heidi por su amistad y no puedo evitar rodar los ojos. Alessio me vio, preguntó un inaudible “¿Qué sucede?” y fingí no haberlo visto para no tener que responder. Pero no importa qué pase, siento los ojos de Tom sobre mí durante toda la fiesta al mismo tiempo que siento el peso de la mano de Máximo sobre mi cadera.
Mi papá está ebrio, Alessio está tratando de controlarlo, mi mamá está concentrada en distraer a los invitados y con todos ocupados, presiento que es el momento perfecto. Me acerco a Máximo y con mi boca a centímetros de su oído, susurro.
—Es hora, espérame en la cocina.
—Joder, en la cocina —murmura con una sonrisita y luego me toma de la cintura, pegándome a él—. ¿Debería darle una pista de lo que está a punto de suceder?
Entrecierro los ojos en su dirección, pero no puedo decirle que no entiendo lo que dice porque me interrumpe colocando sus labios sobre los míos y moviéndolos con lentitud. Es un beso profundo y claro que atrae la mirada de varios. Cuando se aleja de mí, escucho como Alessio silba con diversión en nuestra dirección, Leni abre su boca con sorpresa pero hay un poco de orgullo en su mirada, Heidi sonríe como si le diera una inmensa alegría y Tom es el único que luce diferente a los demás. Está completamente serio, con los brazos cruzados a pesar de que Heidi entrelaza su brazo con el de él y su mandíbula apretada tanto que casi puedo oír el sonido de sus dientes rechinando.
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Le sonrío a Máximo entre molesta y fingiendo estar apenada, él desaparece por la puerta del jardín camino hacia el interior de la casa y yo me quedo unos segundos para simular que nada pasa, pero luego sigo exactamente los mismos pasos que él. La luces de afuera están encendidas, pero aquí dentro todo es casi una completa obscuridad. No veo nada, sin embargo, sigo el recorrido que mi memoria recuerda y sonrío para mí misma al escuchar pisadas silenciosas detrás de mí.
No le doy tiempo a alcanzarme porque corro en dirección a la cocina, Máximo está distraído tomando un vaso de agua que desaparece cuando enciendo la luz de la cocina y me acerco a él.
—Ahí viene —susurro lo más bajo que puedo, Máximo sonríe, siendo eso lo suficiente para que me tome de la cintura y me deje sentada sobre la encimera. Se coloca entre mis piernas en el momento justo en que las pisadas se hacen más frenéticas y cercanas—. Bésame.
—No necesitabas pedirlo, iba a hacerlo de todos modos.
Los labios de Máximo se encuentran con los míos en un beso que sigo de inmediato. Llevo mis manos a su nuca, atrayéndolo a mí y aunque se siente bien, mi cabeza no deja de pensar que no es Tom y que realmente desearía que lo fuera. Por un momento pienso en la posibilidad de lanzar a Máximo lejos y pedirle que vuelva al jardín, para que pueda quedarme con Tom, sin embargo, eso sería dejarle las cosas demasiado fáciles y después de cómo me sentí toda la semana, no me parece un trato justo.
