Capítulo Único.

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|Sweet Eyes|

Se meneaba de un lado a otro buscando sosegar su acelerado corazón.

En un momento de todos aquellos tensos segundos, se dio un determinado tiempo para volverse frente al espejo de cuerpo completo que estaba en una esquina de su extensa habitación, y dio un arduo suspiro lleno de nerviosismo e inquietud.

Sin duda alguna, nunca se había imaginado que casarse sería de aquella forma.

Aguantó la respiración un tiempo y aprovechó para—inconscientemente— acomodar el cuello de su traje. Estaba un poco ajustado y realmente no sabía si era la prenda o su mente, pero comenzaba a robarle el aire. Desechó todo de un bufido y pasó una de sus largas manos por su cabello morado. La ligera dureza del gel le desesperó un poco, pero se contuvo de hacer un mal comentario a su estilista. Se espectó unos segundos más y sus camisuras se elevaron en una sonrisa extraña.

No se veía para nada mal, aunque igual ni siquiera era algo nuevo para él ir de traje. Estaba acostumbrado gracias a la extensa fama de su familia, pero era simplemente imposible no buscar algún defecto, como si quisiera verse impecable y limpio para la mujer de su vida.

Estaba feliz.

Después de dos años y cuatro meses, había decidido casarse. No con una completa extraña, ni por la intensa insistencia de sus padres a amarrarse eternamente a alguien, sino por amor. Reo estaba enamorado. Se había dado cuenta de ello cuando pudo ser él mismo junto a aquella castaña; cuando no comenzó siendo un simple seguidor de una chica bonita. Ella no era mezquina ni grosera, mucho menos interesada.

Solo era... lo que había buscado por tanto tiempo.

Era perfecta.

Claro, estaba seguro de que no todo iba a ser color de rosa. Un matrimonio era simplemente perturbable, e innecesario. Lo sabía, pero por segunda vez en su vida, se sentía seguro de que quería pasar el resto de su vida junto a ella.

Por eso también quería verse perfecto.

Infló el pecho con orgullo y se repitió mil veces en la cabeza, que todo saldría bien, que no había por qué sentirse de aquella manera.

Solo iba a ser el mejor día de su existencia.

Toc, toc —cantaron detrás de la puerta. Reo ni siquiera contestó, de hecho frunció un poco el entrecejo ya que les había repetido mil veces que quería un poco de espacio para mentalizarse un poco—. Ya es tarde, campeón. La novia viene en camino.

Sintió de nuevo aquella corriente revoltosa anudarse en su estómago y dio un leve temblorín antes de volver la vista al espejo.

Tragó saliva nervioso.

—Tranquilo, todo saldrá perfecto —musitó en un susurro, ignorando las reveldes hebras moradas salvajes que caían firmemente sobre su pálida frente.

Todo saldrá bien.

♡♧♡♧♡

—Maldición, ¡qué asquerosa emoción! No puedo creer que haya crecido tan rápido —escuchó a sus espaldas. Enarcó una ceja y volteó en su dirección, Chigiri pareció darse cuenta de la mirada vergonzosa que le dedicaba el Mikage y se removió en su asiento reincorporándose—. ¿Qué? —le preguntó con brusquedad y Reo solo negó con la cabeza, a veces le sorprendía demasiado lo bipolar que llegaba a ser.

𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭 𝐄𝐲𝐞𝐬 |ⁿᵃᵍⁱʳᵉᵒ|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora