Tercera parte:
Otro encuentro mágico
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Una feroz lluvia descargaba torrentes de agua sobre la ciudad.
Todas las personas y animales buscaban refugio para mantenerse a salvo del clima, por lo cual, la visión de un par de jovencitas corriendo a toda prisa por las vacías calles de la ciudad no inquietó a nadie. Un par de ojos errantes miró la voluptuosa figura de la chica más baja acentuada por su mojada ropa, pero fallaron en notar a la persona que cargaba en su espalda. El clima también ocultó un hecho tan triste como doloroso en ambas niñas.
Las dos estaban llorando.
La carrera carecía de la elegante gracia que ambas podían lograr. Más de una vez una de ellas cayó al suelo, mientras que la otra le ayudaba a levantarse. No había palabras entre ellas, ignoraron sus almas lastimadas y los pequeños accidentes físicos. Todo lo que importaba era avanzar, llegar a su destino sin perder de vista su preciosa carga.
La mujer inconsciente era transportada con cautela por la afligida jovencita con el cabello trenzado.
Un rayo iluminó el cielo revelando unos ojos azules enrojecidos por el llanto.
El silencio fue roto cuando dijo:
—Sigue inconsciente, pero... está respirando.
La otra joven, quien tenía el cabello corto pegado por la lluvia al rostro, trató inútilmente de apartar con el antebrazo las lágrimas, asintió agradeciendo las palabras. Con un poco más de enfoque comenzó a seguir a la pareja frente a ella mientras en su mano derecha sostenía con fuerza la otra mitad de aquel milagro. Una ordinaria pluma de ave de color negro.
Pese a la lluvia, la pluma se sentía caliente al tacto, pero el objeto ocupaba un lugar pequeño para la joven de cabello corto. El pensamiento que se repetía sin cesar en su mente era para la persona inconsciente.
"Mamá."
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El extraño sueño terminó para la joven por la sensación física de humedad en la ropa. La humillante mortificación de haber ensuciado su cama fue confundida con la enorme tristeza que provocaron las imágenes desconocidas de la visión.
Con cuidado retiró la ropa de cama sucia y la acomodó en un cesto preparado previamente. A pasos lentos avanzó hasta el cuarto de baño, donde se desnudó por completo y accionó las palancas para abrir y templar el agua. La lluvia artificial estaba más caliente de lo que ella la toleraba normalmente, pero aquellas no eran circunstancias regulares.
El penoso asunto de orinar su ropa y cama por el mismo sueño ya era una triste rutina de los últimos diez días. La lluvia artificial le recordó de nuevo las imágenes en su mente.
—No debí cenar Grazz anoche— murmuró la joven mientras se aseaba, pero era una excusa tan pobre para justificar los extraños sueños que cubrían sus días de tristeza que ya no la creía.
Al terminar todos los asuntos de aseo se sentó a esperar el amanecer. Era inútil tratar de dormir. Si cerraba los ojos casi podía ver ese sendero desconocido y a la chica con los enormes pechos y la trenza corriendo frente a ella.
Cuando fue una hora adecuada se preparó un desayuno solitario y se despidió de la vacía vivienda.
Mientras avanzaba hacia la academia, Mai trató de recordar si había hecho enojar a alguna deidad por su apatía en la vida. No era atlética, no era brillante en los estudios, ni socialmente hambrienta de atención como para tener muchos amigos. Sus únicos puntos fuertes era ser la hija del sacerdote principal y su amor por los libros.
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La pluma encantada
FanfictionEn una noche ordinaria, Ranma y Akane encuentran una pluma ardiente que solo ellos pueden sostener sin quemarse. Un objeto mágico que proviene de su aventura China, pero ese tipo de objetos solo son cuentos, leyendas sin valor real ¿Cierto?