S I L V I A
Lo sabía qué decir, así que no dije nada. Había tanto que decir, pero no quería decirlo por miedo a poner demasiado ahí. Me sentí desgarrada.
Sentarme con él era un bálsamo para mi alma que me había dolido mucho las últimas semanas. Lo había extrañado terriblemente. Mi corazón lo anhelaba. Tenía a su hijo creciendo dentro de mí y no podía decírselo.
Podría decírselo, pero no pude. Había tantas cosas pasando por mi cabeza. Yo lo quería a él. Lo quería más que quería el aire que respiraba. De acuerdo, eso podría ser un poco dramático, pero lo quería.
Sin embargo, no podría tenerlo. Sabía lo mucho que quería hacer las paces con su hijo. No podría interponerme en eso. Jacob nunca le daría una oportunidad si su padre y yo estuviéramos juntos. Me encantó que Jorge quisiera intentarlo. Pero no conocía la historia completa. Él no sabía sobre su hijo. Si lo hiciera, podría no estar tan emocionado de tratar de resolver las cosas entre nosotros.
Tenía tantas preguntas sin respuestas.
-No lo sé -dije finalmente-. Simplemente no sé qué decir a eso.
-¿Qué parte? -preguntó-. Sé que te dejé caer mucho encima.
-No es que sea mucho, pero es complicado. Hay muchas complicaciones con esta situación y creo que alejarse es lo más fácil de hacer -dije.
Sacudió la cabeza.
-No me gusta lo fácil. Fácil no conduce a la felicidad. Fácil es para las personas que no quieren probar.
-Creo que tenemos que ser realistas. Tuvimos un gran tiempo, pero sabíamos que no iba a durar. Éramos dos personas que no tenían nada mejor que hacer durante las vacaciones de invierno. Me divertí y no me arrepiento del tiempo que pasamos juntos, pero en el mundo real, el romance de mayo a diciembre no funciona. Estaríamos perdiendo el tiempo. -dije, con el corazón dolido.
-No lo sabemos. Dijiste que querías ver a dónde iban las cosas entre nosotros -dijo, devolviéndome las palabras-. ¿Por qué rendirse cuando las cosas se ponen un poco difíciles?
Me burlé, rodando los ojos.
-Creo que las cosas son mucho más que un poco difíciles.
-Nada es demasiado complicado. No me importa lo que piensen los demás. Tengo que preocuparme por ti y por mí, y eso es lo que estoy tratando de hacer. Dejé que las ideas y opiniones de otras personas gobernaran los últimos meses y no voy a dejar que eso suceda más. Lo sentiste al principio. Querías averiguar hasta dónde podrían llegar las cosas entre nosotros, porque sentías esa conexión -Me recordó.
-Y ahora sabemos exactamente hasta dónde llegaran las cosas. Directo al infierno. -gruñí.
-Sé que las cosas se pusieron difíciles, pero no creo que hayan sido un infierno.