Caer Nunca Se Sintió Tan Bien

1 - Soy Tuyo

Era un lugar oscuro y húmedo. Zachariah los tenía rodeados. Sam se estaba ahogando y Dean escupía sangre. El sádico ángel disfrutaba viéndolos sufrir y creía que si continuaba torturándolos, el descerebrado de Dean Winchester terminaría aceptando su destino y finalmente Michael tendría su recipiente.

—¿Ya se están divirtiendo? Vas a decir que sí, Dean. —Zachariah sonrió, disfrutando la vista de los dos humanos retorciéndose en el suelo.

Dean gimió:

—Solo mátanos.

—¿Matarlos? —Zachariah se burló—. Oh, no. Apenas estoy comenzando.

De repente, una luz intensa brilló e inmediatamente uno de los ángeles que estaba con Zachariah murió, dejando la gracia azul escapar de sus ojos y boca. El líder siguió la espada a través de la garganta de ese ángel hasta que encontró al intruso: CASTIEL . 

Otro ángel saltó para golpear a Castiel, pero el comandante de los ojos azules se defendió con habilidades superiores. 

Zachariah observó la escena, pero sus ojos se dirigieron desesperadamente a los Winchester. Sam todavía estaba tratando de recuperar el aliento y Dean estaba tan sorprendido como Zachariah.

El tiempo corría para Sam y Dean, por lo que Castiel acabó con la vida de su rival apuñalándolo por la espalda. Y nuevamente, la gracia brillante invadió el lugar oscuro. 

Castiel se acercó a Zachariah, quien le estaba impidiendo acercarse a Sam y Dean.

Con la boca seca y los ojos sorprendidos, el líder preguntó: —¿Cómo es que estás…?

—¿Vivo? —Castiel lo interrumpió—. Esa es una buena pregunta. ¿Cómo terminaron estos dos en ese avión? Otra buena pregunta. Porque los ángeles no lo hicieron. Creo que ambos sabemos la respuesta, ¿no?

—No. Eso no es posible. —El rostro de Zachariah se puso pálido.

—Te asusta. Bueno, debería. Ahora, sana a estos chicos y vete. No te lo pediré dos veces —La voz de Castiel tronó y un segundo después, Zachariah desapareció y Dean y Sam se pusieron de pie lentamente, con los ojos muy abiertos mientras tocaban sus cuerpos para asegurarse de que ahora estaban bien.

—Tienen que tener más cuidado —dijo Castiel, mirándolos. 

—Gracias Cas, pero... ¿estabas muerto...? —preguntó Sam, con el ceño fruncido por la confusión.

—¿De qué estabas hablando hace un momento? ¿Por qué Zachariah estaba tan asustado? —Dean se acercó a su amigo.

—Soy un ángel caído ahora —suspiró Castiel—. Cuando un ángel se enamora de un humano y este sobrevive... es un gran problema para el Cielo.

Sam miró a Dean, su hermano mayor se dio cuenta lentamente de quién era ese 'humano' .

—¿Te refieres a... a mí? ¿Porque tú... te enamoraste de mí ? —Dean tartamudeó.

Castiel asintió:

—Ahora mi vida es tuya. Vivo solo para servirte —Castiel inclinó la cabeza con solemnidad y Dean se sonrojó tanto que tuvo que ocultar parte de su rostro con el dorso de la mano.

Sam no pudo evitar reírse. Dean estalló:

—¡No te rías!

—¿Hay algo mal? —preguntó Castiel, inclinando su cabeza con ojos perplejos.