El viento que nos guía

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Una mañana me desperté a la orilla de un mar color celeste y casi transparente, notaba la suave brisa que provenía del horizonte azul mientras el sol salía para dar comienzo a un nuevo día. Aun estaba intentando despertarme de ese sueño tan raro que había tenido a pesar de no acordarme de nada. Estaba tumbado en la arena viendo acantilados de piedra con vegetación abundante.

Después de estar un rato despejando la mente en aquel lugar y aclarando la vista, a lo lejos se veía un camino de tierra, decidí seguir el camino para ver si encontrar algún rastro de civilización y preguntar que había pasado y que hacia allí ya que no conocía nada de lo que veía. Mientras más caminaba menos acantilados y valles había pero veía que estaba llegando a un sitio con menos vegetación de la que se veía cuando me desperté. Mire a los lados para ver si vislumbraba algo interesante, pero solo había un pasto con algún que otro monstruo con forma humanoide pero con una mascara en la cara, no parecían peligrosos.

Seguí avanzando y en el horizonte observe una ciudad amurallada que se situaba en una isla en medio de un lago unido por un puente, me acerque rápidamente para preguntar que me había ocurrido, pero en el puente se encontraba una chica vestida de rojo y con un arco colgado a su espalda, que se encontraba hablando con un niño rodeado de palomas, cuando ya estaba cerca de ellos la chica se me quedo mirando creo que fue porque mi vestimenta no encajaba con la que llevaban allí. La chica vestida de rojo se me acerco con confusión para preguntarme un par de cosas.

Chica de rojo: ¿Ho...la? ¿Eres un Fatui?

Aether: ¿Un fatu... que?

Chica de rojo: Vale, veo que no eres un Fatui, así que supongo que no eres peligroso.

Aether: Supongo que eso esta bien. Por cierto ¿Dónde estoy? Antes me he despertado en la orilla del mar, pero no recuerdo haber llegado hasta allí.

Chica de rojo: (Parece ser que tiene amnesia) No eres de aquí ¿Verdad? Bueno de todas maneras te encuentras en Mondstadt y la ciudad de atrás es la Ciudad de Mondstadt. Creo que no te lo he dicho pero yo me llamo Amber y soy una caballera de Favonius.

Aether: Encantado, yo me llamo Aether, realmente no me acuerdo de donde soy, pero me gustaría quedarme aquí mientras recuerdo algo.

Amber: Perfecto, seguro que Mondstadt te abre los brazos, por algo es la ciudad de la libertad. Viendo que estas un poco desorientado ¿Te gustaría venir conmigo a una misión?

Aether: Mientras no sea muy peligrosa si me apetecería ir.

Amber: No, no es peligrosa y como estas dispuesto a venir, mejor nos ponemos en marcha ya.

Después de hablar con Amber ambos nos pusimos en marcha siguiendo un camino de tierra por la medio llanura que había frente al puente que unía Mondstadt con tierra firme. En la llanura se hallaba un árbol enorme y bajo el mismo una estatua grande, parecía un altar. Amber me dijo que esa estatua simbolizaba la libertad y que además tenia consonancia con el viento, también me explico que ha varias de ellas por toda la región en el continente de Teyvat, cada una con una consonancia a un elemento, Mondstadt con el viento con su arconte anemo. Me dijo que me acercara a la estatua para verla mejor, pero según más me acercaba más raro me empezaba a encontrar además de que la estatua empezaba a brillar más, un brillo color turquesa. Cuando por fin toqué la estatua note como mis ojos se empezaban a cerrar hasta que finalmente me caí al suelo inconsciente.


Viaje por TeyvatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora