Lisa era pequeña, pero no tan pequeña como para no entender lo que estaba pasando.
"¿¡Cómo me pudiste hacer esto?!," Escuchó a su madre gritar, seguido del sonido de algo quebrarse.
"Solo fue una vez―"
Lisa era pequeña, pero no tanto como para no reconocer que su padre estaba mintiendo.
"¡Quiero que te largues de esta casa! ¡Ahora!"
"Por favor piensa en nuestra pequeña―"
"¡Tú no pensaste en ella mientras te revolcabas con esa zorra!"
Lisa era pequeña, pero no tanto como para no saber que esa palabra no era un adjetivo para nada bonito.
¿Debería ella estar enojada también? ¿Debería gritarle y lanzarle cosas?
Honestamente, lo único que quería era que dejaran de pelear.
"¿Vas a tirar todos estos años de matrimonio a la borda tan fácilmente?"
"¡¿Te parece poco el puto amorío que has estado escondiendo desde hace meses?!"
"Nunca quieres escucharme. Tu carácter me llevó a los brazos de otra―"
"Enserio tienes el descaro―¿¡a dónde carajos crees que vas?!"
"A despedirme de Lili. ¡Lili!," Su padre gritó. Lisa sacó su cabeza de la almohada al escuchar su nombre.
"¡Te prohíbo que subas a su cuarto!"
"¡Es mi hija!"
Se escuchó un forcejeo e insultos. Lisa volvió a ocultarse, temerosa. Pronto, empezó a llorar, sus pequeños hombros sacudiéndose con cada sollozo.
La odiaba.
Odiaba a esa otra mujer.
Ella había arruinado a su familia.
"¡Lili!," Su padre entró rápidamente a su habitación, cerrando la puerta con seguro. Su madre golpeó la puerta y trató de forzar la cerradura, pero él apoyó su peso contra ésta impidiendo que la abra.
"¡Papi!," Lisa corrió hacia él y se aferró a sus piernas.
"¡Abre la maldita puerta!," Su madre golpeó con fuerza. Lisa cerró los ojos y abrazó más fuerte a su padre. "¡Voy a llamar a la policía!"
"No tengo mucho tiempo," Su padre informó, una vez que las cosas parecieron calmarse del otro lado.
Se arrodilló y acunó su rostro. "¿Sabes que papá te ama mucho, no?"
Lisa asintió y dejó que le secara las lágrimas.
"¿Y sabes que nada de esto es tu culpa, no?"
Lisa volvió a asentir.
Su padre sonrió y beso su frente. "Te voy a extrañar, Lili. Pórtate bien, ¿está bien?"
Sonaba como una despedida.
Era una despedida.
Lisa no quería una despedida. Quería respuestas.
"¿Es culpa de mami?," Su padre arrugó las cejas.
"¿Ella es más bonita que mami?"
"No"
"¿Ella es mejor que mami?"
"No"
"Entonces, ¿por qué―?," El labio de Lisa tembló, sintiéndose enojada de repente.
Tal vez debía gritarle y tirarle cosas como había hecho su madre.
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emails i can't send
Fiksi RemajaColección de emails que Lalisa Manobal no pudo enviar a lo largo de su vida.