Nunca imagine encontrarme en una situación como esta, huyendo de un maldito psicópata en un lugar totalmente desconocido para mí y con un tobillo lastimado, no sabía que hacer ni a donde ir solo no quería seguir encerrada en aquel sitio con Gian, a veces me siento como una estúpida por haber confiado en él, todos en algún momento hemos escuchado la frase de que a veces nuestro peor enemigo se encuentra en nuestro propio hogar, pero no todos lo creen hasta que les sucede algo que se los demuestra y ese fue mi grave error permitir que la situación llegara a este extremo para entender que no era una simple frase, sino una cruda realidad.
—¡Vuelve ahora, ya es tarde!
Su voz y sus pasos se escuchaban cada vez más cerca, asome ligeramente la cabeza para comprobar si podría verlo, pero por suerte no fue así, al parecer no estaba tan cerca como yo imaginaba, por lo que decidí seguir caminando.
Me detuve rendida, estaba agotada, perdida y adolorida, mi pie no estaba bien, estaba sangrando otra vez hasta el punto de teñir el vendaje de un rojo oscuro e intenso, además pude sentir su presencia justo detrás de mí.
—¿Te divertiste?, ya es hora de volver a casa ~susurro cerca de su oído~
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(Línea de tiempo actual)
Gian: ~Otro día más rodeado de gente que no me interesaba y a las que yo no les interesaba tampoco en lo más mínimo, pero aquí estábamos todos fingiendo interés, reunido con personas poderosas que se “alegran” por mi cumpleaños número 17, porque estaba cerca de ser un hombre de verdad para unirme a la Cosa Nostra, eran tan hipócritas, lo único que les interesaba era atraerme a su lado, casarme con alguna de sus hijas y obtener poder~
Kayler: Gian contesta, ¿quién te interesa?
Gian: en estos momentos no me interesa nadie.
X: Pensaba que te decidirías por la hija de los D' Bianchi.
Gian: Solo es una buena amiga —contestó con una sonrisa—
X: Aún eres joven, escoge una mujer con poder, no necesitas amarla, puedes estar con ella y una docena más.
Gian: ~No me hizo gracia el chiste, pero si la cara que puso por mi respuesta~ entonces consideraré la idea de casarme con tu hija ~los demás volvieron a reír menos él, la noche iba bien hasta que uno de los tipos dijo lo más asqueroso que puede haber escuchado en toda la noche~
X: no les hagas caso, no tienes que desesperarte por encontrar una mujer poderosa y con buenos genes, ya tienes a Abbie, es hermosa, fuerte e inteligente, encárgate de que siempre esté disponible para ti y solo para ti, es mejor cuando el poder queda en la familia de generación en generación.
Gian: ~iba a soltar el insulto más vulgar desde mis entrañas, pero otro tipo habló antes de que yo pudiera contestar~
X: No le digas esas cosas, quiero a Abbie para mi hijo.
Gian se fue de ahí sin decir nada viendo aquel ambiente, para ser su fiesta era el único que no lo disfrutaba tanto como los demás, salió fuera para despejar sus pensamientos encontrándose con Abbie fumando mientras contemplaba la oscura noche, él le quitó el cigarro y se sentó a su lado para fumar.
Abbie: ¿Por qué no estás adentro?, todos se estarán preguntando por ti.
Gian: estoy harto de esta mierda y de toda esa gente, ¿si te digo lo que me dijeron me lo creerías? ~dió una calada al cigarrillo y dejó salir el humo junto a una sonrisa descarada~
Abbie: ~le quitó el cigarro y procedió a darle una calada también, pero empezó a ahogarse con lo que Gian le dijo~ ¿casarme contigo?, preferiría morir que asco, aunque no es una sorpresa para nadie el historial tan extraño de los hombres de esta familia, creo que de todo serás el único normal, al menos que estés enamorado de mí en secreto ~ella lo miró con burla esperando una respuesta cómica~ es imposible que nos pase algo igual a nosotros, ¿verdad Gian?
Gian la miro a los ojos sin decir una palabra, perdido en aquellas claras pupilas color café, su respuesta podría no gustarle.
¡Buenos vibes!
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Atrapada en mi libertad
RandomParece ser que no existe forma, ni persona capaz de salvarse de la enfermiza obsesión de los Berlusconi, ni siquiera ellos mismos. Poderosos, manipuladores y sobre todo obsesivos. El mundo les pertenece junto a las personas que habitan en él, alguna...