{Capítulo 32}
XANDER
Cansado de probar nuevas melodías en el pequeño teclado, lo eché a un lado y me levanté nervioso a la ventana. Comprobando por décima vez que...
Nada. Cerré las cortinas de inmediato.
Apreté los ojos con fuerza y negué. Suspiré con fuerza y me volví al sofá para probar de nuevo alguna que otra melodía en el teclado.
No estaba centrado.
Desde luego, no estaba siendo mi mejor día. Por lo que decidí rendirme con mi instrumento y llamar a Thunder a pesar de que aún quedase alrededor de media hora de lo establecido previamente para subir a la escuela.
Antes incluso de tomar mi teléfono móvil y mi cartera, los cuales guardé en el bolsillo de mis pantalones vaqueros de un verde oscuro, escuché un sonido familiar a dos viviendas de distancia.
Tragué saliva con fuerza y antes de salir de inmediato de casa, me vestí deprisa con un jersey fino de lana gris y por encima tomé una chaqueta de cuero marrón para no morir de frío fuera.
De forma despreocupada, salí de casa y me encontré con mi vecino y el que sería su hermano pequeño. El mayor estaba de brazos cruzados recostado sobre el banco frente a su casa. En cambio, su hermano correteaba de un lado a otro, manejando el coche teledirigido que parecía haber comprado recientemente, debido a que el envoltorio del mismo se veía en la cúspide de la basura de la urbanización.
Mi vecino observaba al niño con adoración y lo esperaba paciente mientras el pequeño intentaba mantener el control del coche, con escasos resultados.
Al deslizar mi mirada del pequeño a su hermano, me encontré con que este me observaba con detenimiento. Puesto que alzó una ceja, curvó media sonrisa e hizo un leve gesto con su cabeza hacia mí.
Mierda.
Imité su gesto y forcé una sonrisa, apretando los labios con fuerza. Cerré la puerta de casa para centrarme en algo que no fuese la intensa mirada del mismo en mí en estos momentos y esperé a que Thunder estuviese preparado.
Me dirigí a su puerta y toqué repetidas veces hasta que me encontré al mismo vestido solamente con unos pantalones vaqueros negros, sin nada arriba y con cara somnolienta. Esto me dio un plano de cerca de todos sus tatuajes. Que no eran pocos.
Tenía todo el torso cubierto por tatuajes de rayos. Cientos de relámpagos envolvían su cuello y se enredaban en su pecho hasta descender por su abdomen. Rodeaban sus caderas y parecían descender por su marcada pelvis hasta más abajo.
Por lo que levanté la mirada de inmediato y fingí no pestañear de más ante aquella idea. Apuesto a que Sigh mataría por ver esta imagen.
—Por Kurt, qué hora es... No me digas que me he dormido. —Este se apoyó sobre el marco de la puerta a su lado y se pasó cansado las manos por su cara. Parecía querer darse cabezazos contra la pared.
Sonreí ante su aspecto en estos momentos. Aunque no me había llevado mucho tiempo llegar a la conclusión de que era difícil que el danés se viese horrible incluso pareciendo uno de esos osos que pasan meses en hibernación y salen de sus madrigueras con un aspecto horrible.
No era ningún secreto que Thunder era realmente atractivo.
—Si quieres podemos subir más tarde, Iversen. Veo que no he venido en un buen momento.
—N-no, no..., pasa. De todas formas en media hora tenemos que estar allí. —Se hizo a un lado de la puerta y me invitó a entrar.
—Bien... —Acepté su oferta dado que era eso o ir por mi cuenta a la escuela y pasar por delante de mis vecinos. La previa interacción había sido lo suficientemente vergonzosa como para no salir afuera de nuevo en un rato.
ESTÁS LEYENDO
Eléctricos suspiros
TeenfikceThunder, su nombre era Thunder Iversen. Él llegó a Quebec, Canadá, para empezar una nueva vida, un nuevo comienzo. Tenía carisma, y le sobraba talento. El músico decidió no pasar desapercibido y así lo hizo con sus cientos y muy peculiares tatuajes...