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Jeongin camina tranquilo por el parque antes de llegar al edificio de su trabajo, decidió que es un buen día para caminar, tenía que despejar su mente y buscar la forma de arreglar su pequeña pelea con el joven alfa Bang.

Lo que Jeongin ni sospechaba es que el alfa al que tiene por novio no es el tipo de chico rencoroso o resentido que reprocharía palabras de más dichas en una discusión, por eso mismo Chan le preguntó a Jeongin si planeaba ir en auto o en taxi a la agencia. Su plan es sencillo: darle a Jeongin un ramo de flores para alegrar su día.

Jeongin camina disfrutando de la brisa mañanera, bastante despistado, no se dio cuenta de que Chan estaba casi caminando a su lado.

De pronto Chan se cruzó en su camino diciendo:

—¡Buenos días, hyung!

Jeongin se vio tan sorprendido que casi cae sentado ante la repentina aparición del joven alfa.

—¡¿Hyung?! ¿Estás bien? —preguntaba el joven con preocupación soltando las flores que llevaba en las manos para evitar que Jeongin cayera dolorosamente al suelo.

—Chan —susurraba Jeongin con el corazón agitado, había sido una grata, aunque inesperada sorpresa—, estoy bien no te preocupes, solo... me asustaste un poco —decía mientras mantenía su mano en su pecho.

—Lo siento, hyung, no quería asustarte —el alfa apenado recogió las flores e intentó arreglarlas para dárselas a su novio omega—. Solo quería darte un regalo que te hiciera feliz esta mañana, y he notado que te gustan mucho las flores, pero creo que lo arruiné...

Jeongin interrumpió al joven tomando las flores en sus manos, esbozó una espléndida sonrisa que hizo que el corazón del alfa diera un vuelco ante la belleza de esa sonrisa.

—Son hermosas, gracias, Chan —recitaba Jeongin deleitándose con el leve sonrojo del alfa menor.

El alfa asintió feliz de lograr su cometido a pesar del pequeño susto.

—Bueno, hyung, te ves precioso hoy, siempre te ves precioso, se me hace tarde, nos vemos en la oficina —se despidió el joven Bang levantando la mano y moviéndola con una sonrisa perfecta en sus labios, para después alejarse a paso rápido.

Jeongin sonrió feliz de que todo estuviera bien entre ellos.

Más tarde, cuando ya se encontraba en la oficina, Soyeon se acercó para darle los detalles de la cita a ciegas a la que debería asistir en su lugar.

Jeongin asintió algo desinteresado, tenía suficiente de que ocuparse en el día. Algunos de sus subordinados preguntaron por las flores, pero él fácilmente excusó diciendo que son para sus padres.

Entre ratos libres miraba por el ventanal topándose con un Chan muy concentrado, encontraba esa escena particularmente atractiva.

El joven alfa se lucen serio y atento a su trabajo, Jeongin se encontró mordiendo la punta de su bolígrafo al ver tan atrayente escena. De pronto el joven Bang sonrió, parece que ha terminado su trabajo, miró directamente a la oficina encontrando a su novio mirándolo, su sonrisa coqueta no tardó en aparecer, el omega mayor se vio en la penosa situación de ser atrapado.

Desvió la mirada sintiéndose un tanto avergonzado, Chan solo sonreía para sí mismo, ganarse el corazón del omega es un triunfo digno de celebración, tiene tantos planes para hacerlo feliz, como tener muchas citas, salidas al cine, un día de karaoke, tal vez un día de campo, un café en fin de semana y el día que más espera vivir de nuevo, despertar junto a Jeongin, disfrutar de sus tiernas expresiones al dormir y amarlo con él merece.

Dejó sus pensamientos enamorados de lado, para tomar sus cosas y salir a ver un cliente, justo acaba de terminar algunos ajustes que pidió este al diseño. Más tarde iría a comer con Jaehyun, el joven omega se estaba volviendo bastante cercano a él.

Treinta y dos ☘ ChanInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora