Pero con vos es algo aparte y ya no sé qué hacer
Te veo en todas partes, el infierno está lleno
La tentación de vernos, vergüenza de un cobarde
Mi cielo está que arde
(Khea)Llegamos al restaurante, no mentiré, me lo recomendó Ferran, no sabía dónde llevarla, entramos y pedimos mesa, nos dirigieron a ella, nos sentamos uno frente del otro
Beckett
-Una pregunta- le mire -¿Por qué no le agrado a de Jong para algo tuyo?-
-Porque dice que eres un mujeriego que se besa con la primera que ve y no le vuelve a hablar en su vida- solté sin pena y filtro, el solo asintió mirando la carta
-Debería decirte el porqué, es que, es raro- lo mire confusa
-No me tienes que explicar si no deseas, igual son cosas de hombres- alzo los hombros y miro mi carta
-La verdad no tengo una excusa, no se porque lo hago. Pero tengo algo claro, que mis estándares son altos, porque quiero estar con alguien que merezca la pena-
-Para estar con alguien que merezca la pena, tienes que merecer la pena tu también, no puedes buscar eso y besarte con la primera que se te cruce- cerré la carta y lo mire
-Lo sé, lo sé, es un impulso ¿sabes?- repitió mi acción
-No, no es un impulso, es un capricho, para tu masculinidad, demostrar que cualquiera que se te cruce va a estar tras de ti. Perdón si soy tan sincera, es mi manera de ser-
-Pero ¿demostrarle a quién?- me miro confuso
-Eso ya no lo sé, a tus amigos o simplemente a ti mismo, para tu ego- asintió -repito, si quieres estar con alguien que merezca la pena, tienes que merecer la pena tu también-
-Por ti cambiaria para merecer la pena, porque tu si la vales- soltó sin pena, eso me descoloco un poco, no me lo esperaba
-Pablo, tendrás que esforzarte más si quieres piropearme, o decir algo lindo- el rio un poco
Seguido apareció el camarero, nos tomo el pedido y unos minutos después nos dejo los platos, comimos entre risas, estábamos bastante tranquilos, el lugar no era tan concurrido, lo cual era una lotería por Pablo y un poco por mi
¿En qué momento comencé a decirle Pablo?
Salimos y el pidió un taxi, cuando llego nos subimos
-¿A dónde vamos?- lo mire
-Es sorpresa- puso su mano en mi pierna y la acaricio un poco
-De donde tantas sorpresas, Gavi- me miro mal -¿Qué?-
-No me digas Gavi-
-Así te dicen todos-
-Pero tu no eres "todos", tú eres tú, dime Pablo- hizo las comillas con las manos
-Bueno, Pablo- hice énfasis en "Pablo", el miro al frente y note como sonreía
Estábamos llegando a algún lado y me llamo mi hermano, atendí, puse el alta voz, no sé, instinto
-Hola Beck ¿Qué tal todo con Tara?- saludo
-Hello, bien, estábamos viendo una peli, pero fue al baño- salude también
-Pasarlo bien, ¿Hoy llegas a dormir?-
-Si, llego tarde, no me esperen-
-Listo pequeña, hablamos-
-Bye- colgué
-Con que estas con Tara, interesante- sonrió burlón el chico junto a mi
-Calla- le ordene
-Cállame- susurro en mi oído, mi piel se puso de gallina y yo algo nerviosa -¿Nerviosa Kitty?
-¿Kitty?- pregunte sonriendo, lo mire
-Quiero un apodo solo para ti, todos te dicen Beck, Bicki, Bick, yo quiero algo que solo te diga yo- sonrió con orgullo
-¿Cómo se te ocurrió?-
-Pues, te llamas Beckett, todos tienen alguno con el principio de tu nombre, yo lo hago con el final, Ckett, pero no me gustaba, se me ocurrió Kitty-
-Original-
Llegamos y el me tapo los ojos con sus manos, eran suabes, me dirigió a algún lugar, se detuvo
-Llegamos- dijo bajo en mi oído
Entonces quito las manos de mis ojos, parpadee varias veces, me fije y estábamos en la playa, yo lo mire y los ojos le brillaban por lo cual me quede embobada mirando ese brillo
-¿Te gusta?- pregunto
-Me encanta- lo abrace, tardo unos segundos en reaccionar
Nos quitamos los tenis y empezamos a caminar por la arena con ellos en la mano, el me tomo de la mano a lo que yo lo mire sonriendo, él también sonrió, seguimos con la caminata en silencio, era un silencio de paz, para nada incomodo, luego de un tiempo nos sentamos, yo recosté mi cabeza en su hombro y miramos al cielo, pasados unos minutos, cerca de 20, el me miro a mí, a lo que levante mi cabeza de su hombro y lo mire yo también
-Que lindos son tus ojos- puso su mano en mi moflete acariciándolo
Yo no dije nada, estaba embobada viendo sus ojos miel, los cuales oscurecen por ser de noche, empezamos a acercarnos poco a poco, hasta que el miro mis labios, se lanzo a besarme, yo le seguí el beso al instante, pasado un tiempo nos separamos por falta de aire, yo analice lo que acaba de ocurrir y me levante de inmediato, pase mis manos por mi cabello con un poco de estrés
-¿Qué pasa?- se levantó el también y puso su mano en mi barbilla, yo la quite
-No, no, no, esto no puede ser- miraba para todos lados
-¿Por qué no puede ser?- me miro con la ceño fruncido
-Frenkie se entera y me mata, ¿comprendes?, me mata. Además, tú eres tú- dije preocupada
-Que quieres decir-
-Te besas con la primera que te cruzas, no voy a ser una del montón- me aleje un poco
-Dios, Beckett, te dije que tu eras alguien por la que valía la pena cambiar, no me toques los cojones-
¿Quién me asegura a mi que si cambiaras?- mis ojos empezaron a humedecer
-Te prometo que lo hare- se acero un poco
-QUIEN ME LO ASEGURA, PABLO- grite, inconscientemente
-Yo lo hago, te lo prometo Kitty, eres la primera chica que me hace sentir cosas que nadie mas lo ha hecho ¿comprendes eso?, eres importante para mí-
-No sabes lo que dices, soy difícil de aguantar ¿sabes?- las lágrimas salieron
-Oye, lo aguantare, por ti- me limpio las lágrimas -te lo prometo-
-Quiero ir ya a casa, por favor- el asintió
Llamo a Nico para que pasara por nosotros, casualidad que estaba en un bar cerca, empezamos a caminar otra vez, el paso su brazo por mis hombros acercándome a él, yo apoye mi cabeza en su pecho, sentía sus latidos, los cuales estaban relajados.
Llegamos y Nico ya estaba fuera esperándonos, nos calzamos y montamos al coche, el gallego me regalo una toallita húmeda con la que me limpie el maquillaje corrido. Me dejaron en casa y pase, todos estaban dormidos ya.
—V.bz♥︎
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Polos opuestos¹
Fiksi PenggemarBeckett de Jong, hermana del futbolista neerlandés, Frenkie de Jong, después de partir a la ciudad catalana no había estado con nadie, hasta aquella inolvidable bienvenida en casa canaria, no pensaría que sería el chico del que se enamoraría perdida...