Noveno capítulo.

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9– Te odio...

Harper Warren.

Y sí, Luciano le dio tremendo puñetazo a Mike, no daba tiempo de detenerlo, todo sucedió demasiado rápido.

Que primer beso tan extraño la verdad.

Michael separó delicadamente a Darlyn, mientras ella lo miraba toda confundida. Él apretó su puño izquierdo, y con la mano derecha se tocó la mejilla, que se tornó rápidamente roja.

—¡Joder! ¿Qué bicho te ha picado? —Preguntó Michael intentado no perder los estribos.

Darlyn no tardó mucho en darse cuenta de lo que había pasado, y soltó una frase que sentí muy profunda: —¿Nunca me dejarás ser feliz? Te odio Luciano.

Cambió su mirada a Mike, posó una mano en su mejilla, y se disculpó.

—Lo lamento tanto, no era mi intención que esto sucediera —, y corrió hasta llegar a la escalera, me pasó por un lado, fue tan rápida que ni sé si notó mi presencia.

Dylan y yo solo estábamos observando, sin soltar ni una sola palabra. Luciano quedó perplejo por las palabras de Darlyn, sinceramente se notaba el arrepentimiento en su rostro, y Mike estaba rojo como un tomate, imagino que estaba furioso.

—No tengo idea de lo que acaba de pasar, pero si le pones un solo dedo encima a Darlyn, créeme que te vas a arrepentir, —Mike le dijo Luciano mirándolo a los ojos. —Yo me voy, adiós Dylan, —caminó en línea recta, hasta que me notó parada en el primer escalón. —Harper, que pases buenas noches.

—Igualmente Mike.

Y el chico se desapareció.

—Luciano ¿Qué fue eso? —Preguntó Dylan con semblante serio. —Te invité a casa para pasarla bien, para que te arreglaras con Darlyn, no para que golpearas a mi nuevo amigo, y mucho menos sabotees a mi hermana.

Claramente eso se llama celos.

—¿Crees que deba dejarla sola?

Hablé antes de que Luciano respondiera algo, aún no conocía bien a Darlyn, no sabía como manejar la situación que acababa de suceder ¡joder, era su ex golpeando al chico que le atrae! Yo estaría enojadísima, y muerta de la vergüenza.

—Yo creo que sí, solo por un rato —, rápidamente respondió. —Ven a comer algo.

Finalmente bajé la escalera, y ahora más que nunca necesitaba ese vaso con agua.

—Compramos pizza, espero que te guste —, advirtió Dylan al llegar a la cocina.

—Por su puesto que me gusta, amo la pizza.

Los tres nos sentamos, cada uno cogió una rebanada de pizza, Dylan sirvió en vasos un poco de gaseosa.

—Gracias.

Él sonrió, el silencio era incómodo. Después de unos minutos, Luciano habló.

—La verdad lo lamento, no quería que las cosas acabaran así.

—A las personas que les tienes que pedir disculpas es a Darlyn y Michael, —señaló Dylan.

Luciano asintió y se levantó de la mesa. Después Dylan y yo hicimos lo mismo, estábamos recogiendo la mesa, para llevar los platos a lavar.

—Déjalos ahí, por favor, ahorita yo limpio todo.

Se acercó a mí, colocó los vasos sobre el mesón, y quedamos frente a frente. Sus ojos hipnotizaban, tanto que mi pulso se aceleró.

Diario de una adolescente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora