⏳ VEINTITRÉS ⏳

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Yoongi pasó sus 24 horas de reposo obligado por su mejor amigo. No supo cómo es que logró que Lee les dejara pasar el día libre ni qué fue lo que le dijo pero agradeció no verle la cara al menos ese día.

Lástima que tendría que verla tarde o temprano.

—Buenos días, señores —la presencia de la mujer causó el mal humor en Yoongi que estaba sentado junto a Hoseok y los dos colaboradores bebiendo un café—. Espero que este día si podamos avanzar en nuestros asuntos, no vinimos de vacaciones.

—Relájate un poco, Sooni —habló Jung. Se quitó sus gafas oscuras y las puso en la bonita mesa—, tenemos mucho tiempo para hacer todos los trámites necesarios y ver las instalaciones.

—No me gusta perder el tiempo, Jung, ya deberías saberlo.

—No estamos perdiendo el tiempo, fue solo un día de descanso y ya. No seas dramática, por dios.

Yoongi empezaba a sentirse incómodo y culpable. Sentía que por su culpa el proceso de trabajo estaba siendo entorpecido, aunque Hoseok le había dicho que no era así, no podía evitar que esa sensación llegara y se clavara en su ser.

Cuánto odiada sentirse débil.

—Ya dejen de pelear —intervino Min—, mejor vamos a enfocarnos en el itinerario de hoy. ¿Qué hay que hacer? Hagamos esto rápido, necesito regresar pronto a casa.

La plática fue interrumpida al ser servido el desayuno. Una de las chicas que ayudaba en la cocina se acercó a la mesa y depositó en ella los platos, ofreciendo una servicial sonrisa y pidiendo que le llamaran en caso de necesitar algo más.

Yoongi estaba bebiendo de su café, observando el platillo frente a él cuando el grito escandaloso de una chica llego a sus oídos. Alzó el rostro y por la puerta vio a Jimin entrando acompañado de un chico más joven, aquel que vio acompañándolo esa noche de la cena. La chica de cabello negro volvió a gritar pero luchó con todas las fuerzas que le quedaban para no prestar demasiada atención al pelinaranja.

—¡Tienes una llamada, jefe! —de reojo observó a Jimin caminando hacia la recepción. Suspiró cansado y se obligó a fijar su atención en su desayuno que estaba realmente delicioso.

—Entonces Yoongi y yo iremos a las oficinas del registro público de la propiedad —dijo Hoseok. Lee Sooni asintió de acuerdo.

—Tienes los documentos, ¿cierto Yoongi?

—Todo está en orden y listo —aceptó el pelinegro—. Cuando quieras nos vamos —le dijo a Jung quien asintió mientras comía su último bocado.

—Perfecto. En cuanto terminemos el desayuno nos arrancamos —respondió—, también quiero volver pronto. Mi esposa me espera.

Yoongi sonrió por lo cursi que se volvía su mejor amigo al hablar de Lily, su esposa. Tenían una relación tan bonita y sana que eran la pareja estándar en su círculo social.

Media hora después todos en la mesa se levantaron para irse a hacer sus cosas. Ese día tenían que reunir los documentos para el registro del negocio y también debían ver las instalaciones para con ayuda de Jackson verificar el diseño y ver qué arreglos podían hacerle para que tuviera un buen funcionamiento además de sacar el máximo provecho del lugar. Yoongi vio como Lee se retiraba acompañada de sus dos ayudantes y se perdía al salir por la puerta principal. No sabía si tenía en que moverse pero no le interesaba en lo absoluto, el auto que él tenía rentado era solo para uso propio y de Hoseok, ni de loco permitiría que ella pusiera un solo tacón dentro.

—¿Cómo te sientes? —la voz de Hoseok hizo a Yoongi salir de su nube. Estaban ellos solos aún en la mesa del patio de la villa. A su alrededor había más personas también disfrutando de los alimentos.

Después De Ti [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora