Salvaje (Harry Potter)

Capítulo 9

-Severus que no estás embarazado- seguía insistiendo Lucius- lo que te pasa es culpa de la marca.

-¿Cómo estás tan seguro?- el pequeño omega se sentía desesperado, ni siquiera la sensación del agua en su cuerpo podía relajarle.

-Porque las posibilidades fuera del celo son de una entre cien- interrumpió Lily sin dejar de frotar el jabón en su cabello- si no fuera así esto estaría plagado de embarazados y bebés.

-¿Eso es un insulto?- cuestionó con burla Regulus.

-Tómalo como quieras- le contesto la joven con una sonrisa.

-Entonces, ¿por qué estoy tan sensible? O ¿Por que veo a Regulus como mi cachorro?- comenzó a preguntar con rapidez- Mi nido es demasiado grande, caben perfectamente cuatro personas...

-Severus para- pido Lucius- estás así porque en menos de un mes hemos sufrido muchos cambios, la mayoría traumáticos- el rubio deslizó la toalla por su cuerpo limpio- tu omega solo necesita paz y lo está demostrando así.

-¿Y lo de Regulus?

-Regulus es un amor, es imposible no quererlo.

-Oh- se burló el nombrado- gracias Lucius.

Un cuerno sonó a la lejanía llamando la atención de los cuatro omegas reunidos.

-¿Qué es eso?- pregunto Lily enfadada- joder no estamos tardado tanto.

-No es por nosotros- contesto el menor de los Blacks- creo que han encontrado a Peter.

Los cuatros corrieron hacia la entrada del pueblo, incluso el alfa encargado de vigilarlos había dejado su puesto ansioso por conocer el motivo de la llamada.

La comitiva de alfas se deslizaba fuera del bosque, introduciéndose en la aldea por la zona donde Severus aprendía a nadar y dejando un reguero de sangre que teñía las aguas que había aprendido a amar. Con dificultad se abrieron paso hasta el centro de la aldea, donde se erguía la plaza principal y donde la familia del omega raptado pedía a gritos la cabeza del alfa Hutan.

-¡Ha secuestrado a mi hijo!- gritaba el cabeza de familia con la cara roja de ira- lo ha deshonrado, exijo justicia.

Severus se paralizó. Las feromonas de ira o las palabras gritadas no habían parado su caminar; había sido, principalmente, la figura ensangrentada de Barty en el suelo. El alfa apenas era reconocible bajo tantas heridas y su respiración era cada vez más leve por culpa de la sangre que emanaba a borbotones de su brazo amputado.

-¡Barty!- gritó-Barty aguanta.

Se deslizó con rapidez al lado del joven y utilizó su suave túnica para cubrir el muñón. Lucius y Lily no tardaron mucho en llegar a su lado y taponar sus heridas con retazos de tela. Nadie les freno.

-¿Tu hijo está de acuerdo?- pregunto el líder por encima de las quejas del alfa y los llantos de los omegas que le ayudaban.

-Eso no importa- gruñó el alfa- mi hijo merece algo mejor, soy de los más ricos del pueblo no puedo relacionarme con semejante escoria. Además- continuó- Peter está comprometido con el hijo menor de los Nott.

-Podría ser su amante- siguió proponiendo Gellert.

-Lo quiero muerto líder.

El alfa de amasó su barba mientras lo pensaba, perder un esclavo alfa era demasiado arriesgado aunque, era verdad que, aquel joven, estaba más muerto que vivo. La mano de su omega le sacó de sus pensamientos.

-¿Por qué no le pregunta al omega, alfa mío?- habló por primera vez sorprendiendo a Severus por su imponente voz.

-Peter- llamó- mi omega quiere saber tu opinión, contéstale.

-Lo quiero- anunció sin pensarlo.

-Lo quiere Pettigrew- se burlo.

-No, no y no-seguía insistiendo el patriarca- le prometí a los Nott un omega, mi hijo, no pienso anular un negocio de esas características por escoria.

-¿Y si le entrega otro omega?

Severus observó al rubio que acababa de hablar, después de casi un mes allí por fin volvía a ver a Xenophilius. El omega se mantenía sujeto por un alfa de mirada amable y su característica piel pálida había sido sustituida por un leve moreno.

-Hay una caravana de comerciantes que pasa cada principio de verano por la ciudad tras la montaña-comenzó a explicar- su camino habitual es bordeando nuestra tribu y siguiendo el río hacia el norte-el rubio se quejó levemente cuando su pareja aumentó la fuerza del agarre en cu cintura, claramente no le gustaba la atención que estaba recibiendo su omega- tienen varios hijos, todos omegas y la mayoría sin unir.

-Son presa fácil- meditó el alfa- ¿que le parece Pettigrew? ¿Podría conseguir uno para mantener tu acuerdo?

El nombrado lo pensó, los Nott sólo querían un omega, daba igual si era su hijo o cualquier otro siempre y cuando fuera fértil. Con cierta desgana asintió.

-Perfecto- sonrió con alegría Gellert- asunto solucionado. Que alguien cure a ese alfa. Diggory- llamó al joven junto a Xenophilius- dale un premio a tu omega, se lo merece.

Severus fue alejado con brusquedad del herido por un preocupado Regulus, el joven omega le miraba con terror en sus dulces ojos y procuraba enmascarar el olor de Barty con el suyo.

-Vamos- apremiaba- Sirius no estará contento con tu actuación.

-Barty es como un hermano-explicó- joder sino lo atiendo va a morir.

-No va a morir, el rubio lo ha salvado al otorgar otro omega en su lugar, ahora aléjate.

-Pero Barty...

-Aléjate- gruñó Sirius mientras se acercaba a él- tiene su omega que lo cuide, tu no tienes que acercarte.

Severus se dejó arrastrar hasta su nido, donde Sirius le lanzó y folló sin ni siquiera preocuparse por eliminar los restos de sangre de su cuerpo. El omega fue marcado, cada centímetro fue mordido y cada esencia mezclada con la del alfa.

-Céntrate en mí- le susurro el alfa sin dejar de bombear en su interior- no necesitas a nadie más. Eres mío, mi omega, mi propiedad.

Severus asintió perdido en el placer, en esos momentos su cuerpo y alma pertenecían a aquel alfa, pertenecían a Sirius Black. Su interior se llenó del espeso líquido hasta que su barriga se hinchó levemente. Todo pensamiento de preocupación por Barty o Xenophilius había desaparecido en instantes gracias a las caricias de aquel joven.

Severus cerró los ojos permitiendo que la leve brisa que se colaba por la ventana le relajara, cada vez se hundía más en aquel lugar y, cada vez, parecía más lejos de la libertad.