Juan es un chico de la universidad a la que voy. A simple vista pareciera que Juan es un chico decidido, estable mentalmente, que viste bien y que de cierta manera va en busca de lo que quiere. Todo lo que buscaba en un chico. Cuando vi por primera vez a Juan pensé, es muy bonito, pero basado a mi experiencia amorosa y el poco tiempo que llevaba dejada de Esteban, rápidamente lo olvidé. Pues Juan no coopero mucho, quise intentar no mirarlo mucho a pesar de que quedé deslumbrada, pero él decidió que abrirme la puerta de la universidad era buena idea. Y lo vi, lo miré a sus ojos y le dije gracias, aunque él no aguanto la mirada más de 5 segundos. ¿un mensaje no? Luego de ahí me atrajo. Sentía una necesidad inmensa de conocerlo, era misterioso, pero al mismo tiempo dejaba ver poco a poco su personalidad. A simple vista piensas que Juan es una persona de pocos amigos y es raro ver a alguien bonito con pocos amigos ¿no? O por lo menos eso pensaba yo. Resulta que la poca estabilidad emocional que había creado la dejé de lado un jueves de mayo. Llevaba días mirando a Juan, pero nunca me respondía la mirada hasta ese jueves, cuando nos tocó ir de excursión para unos hospitales fuera del pueblo de caguas. En el primer hospital se bajó él con sus amigas, se acuerdan que les dije que Juan parecía no tener muchos amigos?, pues error, tiene y bastantes diría yo. En el segundo hospital me baje yo, dejando en ese autobús toda esperanza de que me hablara o pasara algo entre nosotros. En el tercer hospital decidí irme a comer, al igual que él y unas compañeras más. Nos fuimos a comer y Juan me pregunta que, si se podía sentar a mi lado, pero ¿Por qué a mi lado? ¿Por qué no al otro lado de la mesa? O ¿Por qué no en otra mesa?, lo único que salió de mi boca fue,
-Claro- con un tono amable y amigable, Luego de ahí empezamos a hablar lo hice parte de mi conversación con una amiga y lo traté como si lo conociera de toda la vida, pero sin nada en común.
-"como te llamas?" - refiriéndose a mi con una voz amigable.
-"Micaela, pero mis amigos me dicen Mick" - respondí estrechándole la mano, mientras lo miraba a sus ojos cafés.
-"mucho gusto Mick, me llamo Juan" - estrechándome la mano y regalándome una sonrisa. Hablamos por una hora y luego de eso nos montamos en el autobús y nos pasamos los Instagram puesto que él estudia mí misma carrera, pero en un grado menor al mío y le dije que si necesitaba ayuda con algunos trabajos me avisara. Luego de ahí me escribo rápido que llegamos a la universidad, la realidad sentía que él tenía más interés en mí que yo en él. Rápidamente y cuando termino de trabajar le contesto, al cabo de unos minutos me contesta de nuevo y asi entablamos una conversación por Instagram. Luego de unas horas chateando, me pregunta que, si me podía llamar, procedo a ponerme lo más decente posible, pero en realidad él me ganaba hasta despeinado. Fuimos hablando y conociéndonos poco a poco. Llevábamos una semana hablando cuando paso la noche más bonita. Yo me encontraba en una fiesta de unas amigas, pero sinceramente no me sentía tan cómoda ahí, le cuento y me pregunta que donde estoy, casualmente él vive cerca. Juan llego en menos de lo que canta un rayo como diría el rayo maqueen. Nos fuimos a un lugar muy bonito y vimos las estrellas mientras estábamos acostados. Todo parecía un cuento de hadas de lo bonito que se sentía. No paso nada entre nosotros esa noche, aunque en realidad tampoco quería puesto que era la primera vez que salíamos solos. Estuvimos hablando por dos horas viendo las estrellas y justo antes de irnos pasó una estrella fugaz. Le dije que no la había visto por qué no quería hacerme ilusiones con él. Pero si la había visto y lo más lindo fue que él se emociono como si fuera un niño pequeño. ¿Quién diría que todo este cuento fuera acabar mal? Antes de irnos me pregunta...
-"¿Quieres ir al cine conmigo? -
-"Es que casi no tengo tiempo"-
-"Busquemos un día que se acople a tu horario?"- -"Me encantaría pero es bien limitado"-
-"Vamos, enserio" -
Luego de tanta insistencia, decidí ir. El famoso "Princess Treatment" me abrió la puerta de su carro cuando llegamos al cine y en realidad me sentía un poco mal, pero en el fondo sé que merezco ser tratada asi. Luego de un rato viendo la película, Juan me soba delicadamente mi mejilla, haciendo que me pierda en sus ojos marrones. No me podía concentrar entre sus ojos y sus labios. Con una mano en mi mejilla y la otra por mi espalda me plantó un beso y de momento no me lo esperé, pero estaba perdida de nuevo y esta vez en sus labios. Al cabo de dos semanas hablando pasó lo que tanto esperamos, aunque no como queríamos o por lo menos, no como yo lo quería. Un jueves casualmente, el me dice que ya salió de su clase pero que espera porque quiere verme. Cuando yo salgo de comprar comida con una amiga, voy rápidamente a su carro, pero sin parecer una desesperada. Estuvimos hablando un rato y luego me dio con que escuchara mi corazón. Ambos estudiamos enfermería así que es NORMAL que tengamos un estetoscopio en el bulto. Así que manos a la obra, se puso su estetoscopio y cuando me tocó colocarme la parte del estetoscopio en mi corazón, mis ojos se abrieron como un búho por la noche. No creía que mi corazón estuviera yendo tan rápido. Juan se echó a reír y claramente yo también de los nervios. Juan quería escuchar mi corazón nuevamente asi que me pregunto si él podía ponerme su estetoscopio y le dije que sí. Intenté respirar profundo para calmar mi corazón, pero era lo que él me hacía sentir, asi que no pude. Una cosa llevo a la otra y cuando me di cuenta estaba perdida nuevamente en sus labios, unos labios tan suaves que parecieran de mujer. Sin darme cuenta y entre los besos, termino encima de mí, su pose favorita y con sus dedos dentro de mí. Quien diría que algo que se sentía tan bien iba a terminar tan rápido. Sin darme cuenta estaba enamorada de él, lo que no quería. Mientras yo estaba encima de él y él abrazándome, le dije mirándolo a los ojos que eso era un peligro y cambié mi mirada. De momento él gira mi cabeza a donde él y me dice mírame y dime por qué. No sabia que hacer sin decirle lo que sentía, asi que rápidamente lo besé y le dije olvida lo que dije. Pero claramente quería decirle que no quería que fuera pasajero, ni un momento, se sentía tan bien que quería que durara un poco más porque ya me había enamorado de él. Aunque eso no hubiera cambiado en nada aun me hago la pregunta, ¿Qué hubiera pasado si...? nunca lo sabré. Ese mismo dia por la noche Juan me escribió que había pensado mejor las cosas y que prefería dejarlo como amigos. Se acuerdan que anteriormente les mencioné que se había bajado en el hospital con unas amigas?, pues me dijo que él era muy coqueto y que yo le impedía serlo, y es que ¿acaso yo le dije que no podía tener amigas? Más adelante del mensaje decía que, aunque el ser amigos fuese incomodo por lo sucedido que intentáramos que no fuera tanto. Le respondí el mensaje con lo que sentía, aunque era muy tarde para decirle que me gustaba. Luego de ahí las cosas cambiaron, yo intentaba no topármelo y él ni me miraba, pero el universo me lo ponía en cada esquina. Así estuve casi un mes, intentando olvidar algo que nunca pasó, pero mientras más lo intentaba más aparecía, en mis sueños, la marca de su carro me aparecía por todos lados, lo veía en la universidad con otras chicas y cada que lo veía no podía mirarlo a los ojos y ¿por qué no?, ¿Por qué no puedo hablarle?, ¿fue mi culpa o fue la de él?, rápidamente me invadieron muchas preguntas, pero en realidad y aunque no quería aceptarlo, seguía aferrada. Por un mes mi amiga Sugeilie tuvo que aguantar que hablara solo de él por que seguía aferrada a un recuerdo, aunque quería dejarlo ir, pareciera que no. Retomar la estabilidad emocional se me hacía cada vez más difícil puesto que Juan siempre estaba en mi mente. Al pasar el tiempo me di cuenta de que en realidad me había enamorado de un recuerdo y no de una persona. Seguía viendo a Juan, pero esta vez él buscaba la manera de hacerme saber que estaba ahí. Era como si supiera que estaba hablando de él. Pero en realidad, aunque quería que las cosas fueran diferentes, no me sentía igual con él. Le pedí a Dios que me diera una señal de si él era para mi o no y ¿saben que pasó? Ese mismo día él me habló como si no hubiera pasado nada, lo que esperé que hiciera luego del mensaje que envió. Además, me lo encontré más veces de lo normal y dije ¿esto es una señal? Hasta que empecé a hablar de mi 4 de julio y el me interrumpió para contarme el suyo. Fue ahí cuando dije, no vale la pena y en realidad, no me gustaba tanto como pensé.
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¿Quien soy?
RandomNos pasamos buscando el amor propio y nos olvidamos de las pequeñas cosas que en realidad nos hacen felices. Soy Micaela Sánchez y estuve estancada entre dos amores, sin darme cuenta que el amor principal debía ser el mío.