♡: [ 𝙍𝙚𝙫𝙚𝙣𝙜𝙚 ] ➯ 𝘛𝘢𝘦𝘨𝘺𝘶 𖡄

03

Llevaban una semana así, la peor semana de sus vidas. El mayor trataba de aguantar las ganas de abrazar a su esposo y pedirle perdón y el menor se fundía en las preguntas que su cabeza reproducía por los comportamientos de su hermoso esposo.

Y lo extrañaba, extrañaba sentir sus besos pasar por su rostro, su calidez al abrazarlo, su preciosa vocecita saludándolo y su forma de actuar, tan dulce que se empalagaba de solo decirlo.

Sabía lo estúpido que era admitirlo, pero quería un beso de Choi Beomgyu, de esos que le daba cuando estaban solos en la noche, y en la cama.

— Baby~ — el más alto se acercó a su esposo y lo abrazó por detrás, eso era tan raro que el mencionado ya sabía que era lo que quería, y no lo iba a aceptar — ¿sigues enojado?

El mayor rodó los ojos, solo continuando con su tarea de lavar los platos sin mirar a su cónyuge.

— ¿En serio no me piensas perdonar? — el peligris, bastante cegado por la excitación, escondió su rostro en el cuello de su pareja y aspiró muy lentamente — hueles tan delicioso, bebé.

— Vete de aquí — Kang hizo un puchero.

— ¿Estás tan enojado que ni siquiera quieres ir a la cama conmigo? — el más bajo asintió falsamente — amor, aunque sea algo rápido, por favor~.

— No tengo ganas — mintió, mientras suspiraba — vete, ahora.

— Cielo... — Taehyun dejó pequeños besos en la nuca contraria — por favor...

— N-no, ya déjame.

— ¿Aunque sea me das un beso? — el mayor negó — ¡mi amor, no seas así!

Rogó el menor, pero pese a eso, el pelinegro negó otra vez, tratando de mantenerse muy distante.

— ¡Por favor! — el más bajo, ya harto de la situación, se soltó fuertemente con el ceño fruncido.

— ¡Qué no! — el peligris, muy sorprendido por el repentino grito, intentó acercarse un poco para abrazar a ese lindo chico, ahora demasiado enojado — ¡déjame en paz!

El pelinegro caminó a paso rápido a su habitación y cerró la puerta con firmeza, echándole velozmente el seguro para que su esposo no pudiera ingresar.

— Cielo, no me cierres — el menor apoyó la espalda en la puerta y, sin soportarlo más, empezó a soltar frías lágrimas mientras su cuerpo caía lentamente contra la puerta — no te quiero perder, mi amor.

Al otro lado, pasaba exactamente lo mismo. Los dos lloraban tan desconsoladamente que parecía que inundarían las habitaciones donde se encontraban.

Se extrañaban, Beomgyu extrañaba al dulce hombre con el que se ennovió hace años y que se fue cuando se casaron, y Taehyun extrañaba al hombre que conoció hace tanto tiempo, del que se enamoró perdidamente y del que no soportaba más su horrible desprecio.