2.(C) tú versus yo

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CEDRIC

VII

Habría deseado que fuese improvisado, algo espontáneo en vez de planeado, pero era la única forma en que lo podría llevar a cabo. Cuando se cruzó con Harry en el pasillo, lo saludó y le deseó suerte en el partido de Quidditch del día siguiente. Pretendía ser un comentario casual al pasar. Se sentía nervioso por jugar contra Harry, y quería mostrarse amigable. Había estado esperando algún momento para volver a hablar con él y se rehusaba a que eso fuese en pleno campo, en equipos opuestos.

Se le ocurrió de pronto que quizás desearle suerte podía ser malinterpretado. Se reprochó a sí mismo. Eso era todo lo que había podido pensar con anticipación, y ahora temía haber sonado irónico o como si quisiera iniciar una pelea.

Las personas no iban por allí deseándole suerte a sus contrincantes.

Pero Cedric lo decía en serio.

Quizás Harry se dio cuenta porque se acercó y le sonrió.

—Gracias —le dijo, caminando a su lado—. ¿Vas a ir?

Cedric quiso detenerse. No sabía a dónde los estaba llevando. La realidad era que había estado paseando sin rumbo. No esperaba que Harry le hablara. Asintió con la cabeza en respuesta, girando por el pasillo de la izquierda.

Quizás sí tenía una dirección después de todo.

—Apoyando a tu casa, claro —continuó Harry. Su voz sonaba cálida, alegre. No parecía en absoluto nervioso por el partido. O por hablar con el equipo contrario.

—Siempre apoyaré a mi casa —respondió Cedric seguro y no pudo evitar agregar—: Pero entre nosotros, prefiero apoyar a Gryffindor antes que a Slytherin.

Eso no pareció sorprenderlo. De acuerdo, era casi de conocimiento público. La mayoría de los estudiantes de otras casas elegirían a Gryffindor en esas condiciones.

—¿Y si se trata de Ravenclaw?

Harry estaba sonriendo. ¿Cómo es que Cedric se daba cuenta de eso cada vez? Frunció un poco el ceño, meditándolo. Estaba seguro de que en ese caso estaría observando a Harry jugar, pero siempre había apoyado a Ravenclaw.

—Tengo amigos en Ravenclaw —admitió, algo avergonzado por no decirle que apoyaría a su equipo—. Así que es un claro conflicto de intereses.

La respuesta debió de tomarlo desprevenido, porque Harry abrió los ojos y miró hacia el otro lado. ¿Era su imaginación o eso había sonado algo... sugerente? No había sido su intención. No solía actuar de esa forma. Tampoco solía pensar en apoyar un equipo por un chico, pero en el fondo sabía que de ahora en adelante apoyaría a Harry —aún si fuese en secreto. ¿Qué hacía un secreto más, especialmente cuando sus ojos verdes lo perseguían en sus sueños? Lo mínimo que podía hacer era seguirlo en sus juegos.

VIII

Estaba mejorando, sin duda. Cedric comenzaba a sentirse más como él mismo, incluso cuando continuaba actuando algo extraño. No iba a permitir que el silencio se extendiera entre ellos por mucho tiempo. La sinceridad parecía siempre un buen camino, y sabía que podía compartirlo con Harry. Es decir, había sido él quien se había acercado. Y el partido era un tema en común para traer a colación, por lo que se animó a confesar:

—Debo admitir que estoy algo nervioso por el juego de mañana.

Harry volvió a mirarlo al instante.

—¿Por qué? —Una tímida preocupación se extendía por su rostro, junto a una muy pequeña sonrisa— ¿Temes que Gryffindor le gane a Hufflepuff?

El chico de mis sueños -HEDRIC (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora