A continuación, me levanta en brazos saliendo de la piscina. Estoy prácticamente desnuda ante sus ojos. Creo que a estas alturas ya debería dejar mi vergüenza aparcada a un lado. Pasa a la habitación por el gran ventanal dejándome en ella. Va al baño a por un par de toallas para secarnos y anuncia que va a llamar para pedir algo de cena.
Mientras tanto hace la llamada yo aprovecho para ponerme mi camiseta y mando un mensaje a Logan y Aaron por el grupo informando que pasaré la noche fuera.
Al rato alguien toca a la puerta. La comida ya ha llegado y Liam deja varias bandejas con comida variada encima de la mesa.
Todo se ve delicioso.
-He pedido un poco de todo.
-Ya veo -me quedo observando todo lo que hay en la mesa. Todo tiene muy buena pinta la verdad, pero mucha hambre no es que tenga.
Liam insiste en que al menos pruebe un poco de lo que ha pedido. El ambiente con él es agradable cuando se quita la máscara de arrogante. Mientras veo como saborea cada bocado que se lleva a la boca, me doy cuenta de que apenas se acerca de su vida. Solo he conocido lo que he vivido con él en este tiempo. Nunca ha mencionado nada sobre su familia, excepto que tiene un hermano. Bueno tampoco es que me lo haya dicho, lo he sabido gracias a que trabaja en el mismo sitio.
Liam se percata de que lo estoy observando de manera intrigante, y desvío mi mirada de nuevo hacia el plato.
-¿Ocurre algo?
-No, nada. Solo pensaba.
-Suelta lo que tu cabeza estaba pensando.
-Que no sé nada sobre ti.
-¿Qué es lo que quieres saber? Pregunta.
-Háblame de tu vida. Que haces aparte de la empresa.
-No tengo tiempo ahora para nada que no sea el trabajo. Y el poco rato libre que tengo ya sabes en quien lo empleo.
-Entonces tu vida gira en torno a la empresa.
-Y en ti -confirma para dejarlo claro -Pero sí, estoy centrado en que la empresa vaya en orden. He dedicado gran parte de mi vida a prepararme para este momento.
-¿Y qué hay de tus padres? ¿Viven aquí?
-Sí, pero desde que ocupe el lugar de mi padre, se fueron a Boston estos meses con mi hermana pequeña.
-No sabía que tuvieras una hermana.
-¿Y los tuyos?
Al hacerme la pregunta a mí hace que mi garganta se cierre. Cada vez que alguien me pregunta sobre ello siempre me pasa la mismo. Me cuesta. No es fácil contar lo que sucedió ese día porque resulta doloroso.
-Los míos murieron cuando tenía cinco años -confieso.
El impacto de mis palabras hace que Liam deje el tenedor encima del plato. Observo como su rostro se torna a un color pálido. El silencio se apodera de la mesa, mientras que su mirada se llena de compasión y asombro.
-Lo siento mucho Bella -dice tomándome la mano.
-Asique he crecido con mi abuela, es lo único que me queda -prosigo para no dejar que el ambiente se vuelva tenso por la delicada noticio que le he dado.
-¿Y ella está bien?
No me hace ninguna pregunta sobre que les ocurrió ni nada y lo agradezco.
-Por ahora sí. Y espero que lo esté por mucho. No puedo perderla.
-Si necesitas algo, sabes que estoy aquí para lo que sea.
-Lo sé, pero no te preocupes. Todo está bien.
La necesidad de ir al baño se apodera de mí y me disculpo con él para ir. Una vez allí, cierro la puerta detrás de mí y dejo escapar un profundo suspiro. Me miro en el espejo y puedo ver en mis ojos el reflejo de tristeza al haber recordado el pasado y también por ocultar la manera en que murieron. Tomo aire, mojo mi rostro sobre el agua del lavabo y luego me seco con una de las toallas.
Después de unos minutos, salgo del baño y justo al abrir me encuentro la imagen de Liam de frente.
-¿Estas bien?
Asiento.
-¿Por qué me mientes?
-No estoy mintiendo. Estoy bien.
-Tu cara no refleja lo mismo.
-Estoy bien solo que hablar de ello me ha puesto triste.
-Ven -dice y me abraza con ternura, brindándome consuelo y compresión. Su abrazo es sólido y reconfortante, envolviéndome en un manto de afecto y seguridad. Nos quedamos un rato así hasta que nos separamos. -Es tarde, deberías descansar. Yo recogeré todo.
Y eso hago, me dirijo hacia la cama y al momento de tumbarme no sabía del cansancio que tenía hasta que sin darme cuenta caí en un profundo sueño.
A la mañana siguiente, abro los ojos y veo que estoy sola en esta enorme cama. El lado de Liam se encuentra vacío. Oigo desde aquí como el sonido del agua del baño cae lo que quiere decir que está en la ducha.
Al salir de la cama miro la hora y aún es temprano para que empiece la universidad asique tengo tiempo de sobra. El sonido deja de escucharse.
Me acerco al baño y veo cómo sale envuelto en una toalla, con el pelo húmedo.
-Buenos días -me dice acercándose para dejarme un beso en los labios -¿Has dormido bien?
-Sí, muy bien -digo con una sonrisa.
-Quería desayunar contigo, pero tengo que irme pronto. No te importa, ¿no?
-No. No te preocupes. Yo también tengo que irme, pasaré por casa antes de ir a la universidad.
-Entonces te dejaré en tu casa.
-No hace falta, si tienes que irte puedes hacerlo. Puedo ir yo sola.
-Para acercarte tengo tiempo, asique voy hacerlo.
Después de arreglarnos y recoger todas nuestras cosas dejamos la habitación para montarnos en su coche en dirección a mi apartamento. Durante el transcurro del viaje nos dedicamos a conversar.
-Oye, por qué reservaste un hotel si tienes una casa enorme.
-Pensé que te gustaría.
-Y me ha gustado, pero no hacía falta gastarte dinero. Te habrá costado una fortuna pagar esa habitación.
-Sabes que para mí el dinero no es un problema.
Lo miro fijamente por su respuesta típica que hace un rico.
-Perdón, no debería haber dicho eso. Tómalo como un regalo, ¿de acuerdo?
-Nunca había estado en una habitación así, asique gracias.
Cuando llego a casa, mis compañeros no están. Se habrán ido ya de camino a su universidad. Me doy una pequeña ducha rápida para luego vestirme e ir también a clase. Salgo de casa y me doy cuenta de que el sol brilla en el cielo y me alegro de saber que hará un buen día.
Tras bajarme del autobús y avanzar por el campus me encuentro con Ana. Caminamos juntas hasta llegar al aula y allí están Lydia y Bruno sentados esperando. Al tomar asiento junto a ellos noto un silencio. Me giro para observarlos y veo como en sus caras muestran una sonrisa.
-¿Lo pasaste bien anoche? -suelta Bruno de una manera pícara.
¿Espera qué? ¿Lo saben? Los observo dudosa.
-No sé de qué estás hablando.
-Si claro, hazte la desentendida.
De golpe, la voz del profesor aparece interrumpiendo el momento lo que me viene perfecto.
¿Cómo lo han sabido? Comienzo a preguntarme, pero de momento caigo que solo dos personas han podido ser los culpables.
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Sr. Magnate
RomanceBella Harvins, una hermosa joven de 22 años que está a punto de acabar la carrera en la universidad consigue una beca para realizar unas prácticas en una de las empresas más importantes de Atlanta. Rogers Coorporation. Lo que no espera es que el her...