CAPÍTULO 5

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El ruido del agua cayendo era lo unlco que se escucha, Dios mira a Pastor dudando si hablarle o no , hasta que se decidió a hablar

-Eh, loco.- Dios le habla a Pastor.-Hablemos un toque.
-Le diste a los villeros la mercadería que te había regalado mi hermano.
-¿Que sos? ¿Robin Hood?

-No, tu hermano no me regaló nada.- Pastor interrumpe a Dios. -Lo dio en parte de pago y con mis cosas yo hago lo que quiero, ¿no?

-Si, pero podría' haber avisado.
-No me cabe que lo tenga' tan cerca al puto ese, ¿eh?

-¿A César?

-Si, a ese.

-Es estrategia, gil.

-¿Estrategia de qué?

-¿Tu hermano no me puso en el lugar de Morcilla para contener el patio?- Pregunta Pastor.

-Si.- Responde el rubio teñido.

-Estaba todo en paz.- Habla Pastor haciendo referencia a lo que paso en el patio.- Hasta que cayero ustedes y la pudrieron , estaba todo en paz.

-A mi hermano no le gusta tu estrategia, me parece.- Dice Dios mirando para todos lados menos a los ojos de Pastor.

-A mi no me gusta la de el.- Responde Pastor.

- Sos ma' raro vos.- Dice Dios.
- Mira, loco.-habla nuevamente Dios.- yo te voy a hace' sincero.- Se queda un rato en silencio buscando las palabras adecuadas.- La verda' e' que no se como tratarte.
- Y se que a vece' me pongo medio pesado que soy como...¿como se dice?
-Corte como demandante.-Pastor unicamente lo mira.
- Dice mi psicólogo que es porque como todos le chupan el orto a mi hermano, yo necesito mi propio grupo, mi gente.
-Entonces me pongo asi medio minita.
- Bah, eso lo digo yo, no es que lo diga el psicólogo.
-Es lo que yo puedo concluir con todos los concejos...

-Esta todo bien, padre.- Lo interrumpió Pastor al rubio.- Esta todo bien.
- Yo no me olvido que vos me salvaste la vida.-Hablaba seriamente Pastor. - Muy pocos se la juegan como te la jugaste vos.

Pastor y Dios chocan las manos.

- Ahora que somos amigos, ¿te puedo secar la colita?

- Cuando quieras.- Responde Pastor chistoso.

- Responde Pastor chistoso

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Mostrame esas tetas lindas.- Dice Mario.- Claro, mostramelas como lo hiciste los otros dias cuando estaba mi jermu, perra.

-Ah, bueno, no te puedo creer.- Habla Lucresia.- Pero vos si que sos un espécimen querido, ¿eh?
- Ya se, vos caiste en cana para no garcharte mas a tu mujer, ¿no?

- Que ordinaria.
-¿Como vas a hablar asi de la madre de mis hijos, hija de puta?

-Pará, vos la hiciste pasar acá.- Pregunta Lucresia.- No, ¿que fue?
-¿Una visita completa?
-Mira que yo no quiero oler a hipopótamo, ¿eh?

Marginada | El Marginal |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora