D𝚒𝚟𝚎𝚛𝚐𝚎𝚗𝚝𝚎 [𝙻𝚘𝚟𝚎 𝚕𝚘𝚜𝚝]

13: Confessions.

Durante toda la madrugada y el resto del día, el agua de las nubes caía en forma de pequeños cristales. Golpeaba los vidrios del recinto ininterrumpidamente y si no fuera por el eco que ocasionaba, estarían inmersos en un silencio sepulcral.

Ness observaba su alrededor; Caleb y Peter limpiando, Kaknab y Nic en las computadoras, y Christina y ella sacándole filo a las navajas y cuchillos.

─Christina, podrías pedirles a K y Nicolas que bajen─ la morena asintió como respuesta─Dejen de hacer lo que están haciendo─ la castaña les pidió a Peter y Caleb.

─¿Qué pasa?─ pregunto este último.

─Vamos a salir.

─¿Qué?─ preguntó Peter con el entrecejo fruncido.

Se encaminaron hacia las afueras, bajo los altos árboles cubriéndose de la lluvia y se escuchaban sus pasos hundirse en los charcos.

─¿A dónde vamos?─ preguntó su mellizo─dejamos la fábrica sóla, además está lloviendo.

─La fábrica no va a irse a ningún lado y la lluvia no va a hacerte daño.

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Continuaron el camino y sólo se detenían cuando encontraban provisiones que les pudieran servir; como bayas, frutos, un tipo de planta llamado gossypium hirsutum; de tallo verde o en ocasiones rojizo de la que surge el algodón,  o incluso madera con la que construían sus utensilios de cocina como platos, vasos y cubiertos.

Transcurrieron alrededor de 15 minutos cuando Ness se detuvo, mostrandoles el lago. Su agua era cristalina y no estaba en reposo como solía estarlo, más bien se movía en ondas gracias a las gotas de lluvia que no dejaban de caer.

Bajo las miradas confundidas, Ness abrió los brazos y echó la cabeza hacia atrás, invitando a la lluvia a recorrerla. Tomó un largo suspiro que combinado con el olor de la hierba y la tierra mojada resultaba aún más placentero y relajante.

Christina sonrió y se unió a ella; comenzó a bailar sin vergüenza alguna. Ambas  se estaban liberando del estrés de las últimas semanas. Ness invito a Peter, quien también se dejó llevar. Los tres eruditos  veían a los osados con los rostros alegres.

Nicolas Paul, miraba a Ness; quien parecía que flotaba, su largo cabello castaño danzando al compás de su cuerpo y sus ojos achinados a causa de su sonrisa. 

De repente Peter tomó a Kaknab y lo lanzó al lago.

Todos se quedaron estupefactos, preocupados por la reacción del joven; K, salió del agua tomando una bocanada de aire y posteriormente soltó una carcajada. El resto se relajo y lo imitaron. Peter corrió y se lanzó al lago, Christina tomo a Caleb de la mano y tiró de él. No importaba nada más.

Nic tomó en sus brazos a Nessie y esta enredó las piernas a la cadera del pelinegro. Con la castaña entre sus brazos tomó vuelo para saltar y unirse con los demás.