Laguna negra |Scarzzie|

49°

Scarlett.

Tres y treinta de la tarde. Observé mis manos alrededor del volante... Del auto de Ryan.

—¿Realmente necesitas esto? —me pregunté viendo el lugar. Parece un espacio comunitario algo grande, ¿y si no encuentro el lugar? —. No, no es para ti...

De pronto una mano golpeó la ventanilla de mi auto, la bajé lentamente al ver que una morena me hablaba.

—¿Vienes al encuentro? —preguntó y no contesté, mis mejillas enrojecieron —. Puedes aparcar detrás de mi auto, es el deportivo.

—Li-lindo auto —dije avergonzada —. Soy Scarlett... —estiré mi mano, ella me observó y luego la caja que traía en sus brazos —. Oh, lo siento, yo... Lindo auto.

Ella sonrió.

—Ese auto es todo lo que pude quitarle al infiel de mi ex esposo, lindo nombre, Scarlett. Espero que quieras tener una catarsis allí dentro, el primer día es duro, pero luego te acostumbras. Te veo dentro.

No me dijo su nombre, yo tampoco dije algo más. Me dio demasiada información y eso me abrumó tanto como para no querer contestar.

Al bajar del auto me adentré en el sitio. Creí que tardaría en llegar, pero todo estaba tras la puerta. Nunca he sido nerviosa ni me ha molestado llamar la atención, pero ver tantas mujeres de diversas edades, figuras y atuendos me hizo sentir insegura.

—¡Scarlett, viniste! —una voz me hizo volver a mi zona segura. ¡Es Lawrence!

—Hey, Jenn...

—Me alegra ver que te animaste. Ya casi comienza la sesión de hoy, ¿pastelito? —me ofreció algo sobre la bandeja. Me negué sin siquiera verlo.

No me he ejercitado toda la última semana para perder ese progreso hoy.

—No, muchas gracias —susurré con una sonrisa.

—¡Chicas, ella es Scarlett! Viene a unirse.

—No, no, solo a ver... —comencé y ella negó.

—Cuando entras, es difícil no querer volver, cariño.

Avanzamos hasta unas sillas plegables que estaban reunidas en un círculo. Muchas mujeres se acercaron, entre ellas, la morena de la entrada.

—Gal, ven aquí. Quiero presentarte a Scarlett —la morena se acercó —. Ella es Gal Gadot, una ex clienta y ahora amiga, conseguimos que su ex esposo le diera la mitad de las acciones de la empresa por su falta de compromiso y lealtad, ahora mi querida Gal no debe moverse de su hogar más que...

—Para lucir mi deportivo que... También pagó él —sonrió —. Ya nos conocimos fuera, y deduzco que por la forma en que ambas se conocen, tiene que ver con eso y no con que seas una de las conquistas de mi amiga Jennifer.

Ella la alejó entre risas. Yo, aún más sonrojada, no dije nada.

—Ignora a Gal, le encanta bromear. ¿Deseas algo de beber?

—Un café sin azúcar —murmuré nerviosa. Ella asintió y fue en busca de eso.

Las demás mujeres sonreían en la medida que se acercaban a sentarse, algunas saludaban, otras simplemente me dedicaban una amable sonrisa o asentimiento. Lawrence trajo mi café y se sentó un poco lejos, pues los lugares junto a mí estaban ocupados.

La sesión comenzó cuando una mujer rubia y de ojos muy potentes, nos observó.

—Bien, hoy tenemos una nueva integrante, ella es Scarlett, ¿no? —preguntó y asentí bebiendo de mi café. Algunas rieron —. Pues bienvenida, Scarlett. Yo soy Jennifer Aniston, encargada de este grupo de mujeres divorciadas, muchas de ellas madres, muchas otras no, algunas en pareja, otras solteras... Heterosexuales, bisexuales y lesbianas, carnívoras y veganas —agregó bromeando. Nuevamente las risas —. Espero que te sientas cómoda aquí, recuerda que puedes compartir tu experiencia en cualquier momento, solo levanta la mano y te concederemos la palabra.