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Jiraide ya llevaba varias horas intentando plantar algunas flores en su jardín delantero usando el tiempo que Naruto estaria en la academia. Quería lloriquear un poco de solo ver que los tallos de las delicadas flores se rompían cada poco, pero se mantuvo atenta de no apretar de más, fue una voz la que provocó una nueva flor rota.
—Señorita Jiraide.
Ella dejo la planta con un leve suspiro, volteo al lugar de donde provino la voz, era Itachi, su semblante no se veía muy bien.
—Itachi, hola ¿Como te encuentras?
—Bien, eso creo —sonrió un poco.
—¿Quieres pasar? —preguntó quitándose los guantes —Recién compré té.
—Yo... Agradezco la oferta, pero no quiero quitarle mucho tiempo.
—¿Puedo ayudarte en algo?
—Señorita Jiraide, usted aprecia mucho a Sasuke ¿Verdad?
Jiraide limpio sus manos frotandolas contra su pantalón ya manchado de tierra.
—Si, por supuesto.
—Quiero pedirle un favor.
—Si, te escucho.
—Sasuke es una persona bastante cerrada, incluso conmigo, se que él la aprecia, así que ¿Puede ayudarlo a subir sus ánimos?
—No se que paso... Pero siempre estaré dispuesta a ayudar a Sasuke y a ti.
Itachi pareció repentinamente ansioso, un leve rubor apaeecio en sus mejillas, era casi imperceptible.
—Señorita, ¿Puedo confesarle algo?
Senju asintió en respuesta.
—Le tengo mucha admiración, la aprecio demasiado y... Yo estoy... —Uchiha llevó una mano a su nuca dejando de hablar por unos segundos, suspiró y siguió —Agradecido por haberla conocido...
—¿Puedo preguntar por qué el día de hoy te has puesto tan emotivo? —cuestionó la rubia con una pequeña sonrisa.
—Creí que era buen momento, los niños no están y puedo hablar con libertad —sonrió suavemente por unos segundos.
Jiraide esbozo una sonrisa ladeada que demostraba que estaba preocupada.
—Tienes mala cara ¿Esta todo bien?
El semblante de Itachi decayó, incluso sus ojos se cristalizaron ligeramente.
—Señorita Jiraide ¿Que debo hacer?
La rubia lo miro directo a los ojos, extendió sus brazos y él entendió rápidamente, acepto el abrazo ofrecido y aferró su mano a la blusa ajena. Ella acarició suavemente el cabello oscuro del menor.
Al menos funcionaba con Naruto, Obito y Kakashi en busca de consolarlos, esperaba que funcionara con Itachi.
—Escucha, Itachi, tomar una decisión siempre es difícil... No se de que se trata, pero se que encontrarás una solución escuchando tu corazón y mente, basandote en tus convicciones, siguiendo los valores que se te han inculcado... Sabes que siempre encontrarás apoyo en mi y en tu familia.
Senju sintió que el agarre de Itachi aumentar sobre su blusa.
—¿Confía en mis elecciones?
—Por supuesto, Itachi, eres una persona increíblemente lista y considerada.
Uchiha soltó un leve suspiro, se hizo un poco hacia atrás quedando cerca a la mayor, ella sonrió suavemente y acarició con cariño su mejilla.
—Todo estará bien.
Itachi cerró los ojos con un leve suspiro, recargo su mejilla de la mano ajena.
—Gracias, señorita Jiraide —murmuró.
Sin tardar mucho, él se soltó del abrazo, miró con cariño por última vez aquellos orbes azules.
—Tenga buena tarde y... De verdad, agradezco sus palabras.
—Itachi, recuerda que si necesitas hablar, estaré aquí —alzó la mano en señal de despedida.
Itachi sonrio un poco, se dio media vuelta antes de caminar hasta salir del terreno de la casa de Jiraide.
La rubia permaneció de pie en su jardín por unos segundos. Aquella sensación tan rara permaneció en su pecho.
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