Capítulo XX

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Es mi culpa.

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Carretera.

Parecía que aquel lugar ya se había vuelto su rutina y hogar.

Glenn estaba a su lado en aquel auto. Los ojos de la chica divagaban entre los diferentes árboles y cosas que veía en aquel lugar. Los adultos conversaban en el frente, mientras que Glenn los escuchaba y ella los ignoraba.

Irían a una pequeña comunidad, donde se supone que estaría la familia de Noah. Claramente el coreano y la rubia no tenían las mismas esperanzas como los demás. Lía se sentía insegura de lo que podía haber y lo que podía pasar.

Los pensamientos profundos de la chica fueron interrumpidos por la voz de Rick.

-Bien, aquí seguiremos a pie.- el automóvil se detuvo y todos salieron de el. Lía se dio cuenta de otros carros a su alrededor, notándolos al salir de el vehículo.- Aquí el auto puede parecer parte del accidente.

Era verdad, estaba el automóvil en tan mal estado que parecía haber parado con brusquedad al momento del choque a su alrededor.

Caminaron hasta aquel lugar y brincaron la barda. Noah al verlo completamente comenzó a llorar, sabiendo que ya no quedaba nadie más.

Cada quien agarró por su camino, a excepción de Lía y Tyresse, se quedaron en silencio viendo como el chico lloraba. Ella estaba sentada en la esquina de una banqueta mientras que Tyresse lo observaba parado.

-Eso no hubiera pasado si me rendía. Si yo elegía vivir.- Terminó el hombre de tez morena para acercarse a el chico enfrente suyo.

-Muy conmovedor, Tyresse.- aplaudió lenta y pesadamente la chica en la banqueta. Fingió quitarse una lagrima que resbalaba por su mejilla y el nombrado la miró harto.

-¿Sabes? Eres muy grosera.- Lía recuperó su posición y se encogió de hombros.

-Vamos, solo deja al pobre chico ahogarse en sus lágrimas y perderse en sus miserias.- las palabras que salieron de la boca de Ophelia fueron mal interpretadas, sabiendo que ella las refería pero no de una manera tan grosera. Al parecer había sonado mejor en su mente.

-Eres grosera y egoísta.-Declaró Tyresse con brusquedad, sin moverse de su lugar.

-Si, claro.- el sarcasmo en su voz irritó al hombre, pero la gota que derramó el vaso fue cuando esta se levantó y le dio la espalda.

-No me sorprendería que cargues en tus manos la sangre de personas por tu simple egoísmo.- Lia sabía a que se refería, pero simplemente soltó una pequeña risa y negó con la cabeza. Giró un poco su cuello y ahora el hombre podía ver su rostro.

-No me molestaría que la tuya fuera la próxima.- no lo decía en serio, simplemente quería que el hombre dejara de hacerle acusaciones. Ella se encontraba cansada y no sabía lo que decía en realidad. Una sonrisa torcida se cruzó por la cara de la chica, para después voltearse completamente.

𝐍𝐨 𝐓𝐨𝐝𝐨 𝐄𝐬 𝐏𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞- The Walking DeadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora