- i love you like a love song babyyy.
Cantaba con pasión mientras el agua de la ducha me cubría por completo.
Mi rutina de los sábados eran las duchas largas y los desayunos potentes. Luego de eso me dedicaba a leer en algún parque o hacía un intento de ejercicio saliendo a correr.
- no one compares, you stand alone to every record i own- dios mio, cómo amaba a Selena Gómez.
Con pesar, me digné a salir del baño.
Enredándome en la bata que tenía y fui directamente a la cocina.
Hoy Thomas no estaba. Últimamente me evadía bastante, supongo que sigue enfadado por la discusión que tuve con Ty dos semanas atrás.
Me encogí de hombros. No era de su incumbencia realmente. Él no sabe lo que es estar en una relación, por lo que no podía comprender que a veces una de las partes tiene que ceder para mantener la paz.
Agradecí a los dioses que Ty parecía haber olvidado el tema de los celos. No sabía la razón, pero me daba igual. Las escenas que recibía al nombrar a Thomas parecían haber desaparecido y nuestra relación estaba más pacífica que nunca.
Le mande un mensaje de buenos días. En estos momentos estaría ultimando detalles de la película. Por lo que tenía entendido, por la tarde comenzaban las grabaciones.
Eso significaba tener menos tiempo con mi novio. Cada vez que se involucraba en algún proyecto, casi ni nos veíamos. Sin embargo, me reconfortaba un poco el hecho de que podía ser parte de todo el proceso.
A veces lo pensaba y no caía en cuenta. Iba a presenciar cómo mi libro favorito cobraba vida. Es como si a un potterhead le hubieran dado la opción de estar durante los rodajes de Harry Potter, claramente sería una locura.
Mi celular vibró unas cuantas veces con cada mensaje que recibía. Casi me desmayo de la emoción. Era la dirección y hora del rodaje. Dios mío.
Traté de distraermen para hacer algo de tiempo, ya que tenía casi tres horas de espera por delante.
Me dediqué a darle al departamento una limpieza precaria. Hice lo que pude y que no era realmente mi fuerte. Thomas era quien se ocupaba de eso, y quizás se ocupaba demasiado. A veces parece que vivo con Mónica Geller, en serio.Chequeé el reloj. Faltaban varios minutos, pero no podía controlar mi ansiedad. Corrí a preparar mi outfit: Calzas negras, botas altas y una camiseta de nirvana que llegaba hasta la mitad de mis muslos.
Cuando ya estaba vestida, comencé a reparar mi rostro. Eliminé las ojeras que traía y coloqué varias capas de rimmel. Delineé suavemente mis ojos y le di un sutil color rosa a mis labios.
Tomé mis cosas y me preparé para el mejor día de mi vida.
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Quizás hubiera sido prudente chequear el clima antes de dejar mi departamento. O al menos mirar por la ventana.
La lluvia me había tomado por sorpresa durante el camino, por lo que en este preciso instante estaba completamente empapada.
Me encontraba en la puerta del estudio de grabación.
Una figura, a la que reconocí como mi novio, venía corriendo hacia mi. Me vi obligada a pedir un rescate, el lugar era enorme.-¿Qué demo..? sabes qué, no voy a fingir. No me sorprende en absoluto - Se burló de mi con una sonrisa divertida - Ven, estamos a punto de comenzar.
Con un vuelco de ojos, me dispuse a seguirlo.
No me enfadé porque tenía razón. Yo soy una persona que se nutre a raíz de sus desgracias.Los pasillos de aquel lugar parecían laberintos pintados de color beige.
Luego de lo que parecía haber sido una eternidad, Tyler se paró frente a una gigantesca puerta gris.- Muy bien. Antes de comenzar, aclaremos algunas cuestiones.- dijo bastante serio- se que probablemente sea el mejor día de tu vida pero no puedes pedir autógrafos, no debes interferir en las charlas de grupo, ni hablar durante las grabaciones. Se supone que nadie externo al equipo puede entrar, por lo que debes comportarte como un militar si es que quieres continuar con las visitas.- respiro profundo- ¿alguna pregunta?
- ¿puedo tomar café?- Rodó los ojos y lo interpreté como una afirmación.- calma, bebé. Se que debo comportarme y, créeme, hasta te olvidaras de que estoy allí.
- bien. Una cosa más. Te tengo una sorpresa.
- ¿sorpresa?¿Qué sorpresa? Más te vale que me digas. Me pongo ansiosa.- dije, claramente ansiosa.
- Te lo digo ahora así me ahorro los gritos: Cassie está aquí.
- NO PUEDE SER.
- Shhh... no puedes gritar, recuerda.
- Lo siento - bajé la voz - ¡no puede ser!
- Es la nueva protagonista. No habia pensado en ella, pero regresó de Londres antes de lo previsto. Hoy audicionó y todos quedaron maravillados.Cassie, la hermana de Tyler, era una de las pocas y leales amigas que tengo. Nos distanciamos un poco porque, al igual que mi novio, se había mudado al Londres para estudiar actuación.
Estaba emocionada, no veía a mi amiga hace muchísimo tiempo. Además me sentí orgullosa de que haya conseguido el protagónico.
- Es increíble, estoy muy feliz por ella. Aunque me resulta extraño que no me avisara que regresaba.
- Quería sorprenderte. Ahora bien, entremos. Recuerda: tienes que ser invisible.
Respondí obedientemente con un burlón saludo militar.
Estaba maravillada. El set era tal cual lo había inventado en mi cabeza.
- ¡Mira! esa es la habitación de ella... - susurré emocionada- y allí está el coche de su madre y... LA GUITARRA DE ÉL- okey, eso no lo pude disimular.- Lo siento. Tyler meneó la cabeza en señal de rendimiento.
Mi mirada recorría de arriba a abajo el lugar, era enorme. Estaba tan distraída con los detalles que no reparé en el grupo de gente reunida en el lado derecho. Me acerqué con la intención de saludar a mi amiga pero no la vi por ningún lado. Seguro ni había llegado todavía. La impuntualidad era típico de Cassie, amaba las grandes entradas.
El grupo se dispersó para formar un semicírculo alrededor de los productores. Ubiqué con la mirada a Tyler pero estaba concentrado hablando de tecnicismos que ignoraba.
Noté que la mesa de catering estaba libre, por lo que me acerqué un poco incomoda. Me sentía muy observada, era una intrusa entre el equipo.
Estaba a punto de beber un sorbo de mi café cuando giré para enfocarme en la charla del grupo. Mi intención era tratar de comprender la dinámica que estaban explicando y pasar desapercibida.
Obviamente mi intención quedó obstaculizada por un cuerpo que impactó contra el mío. El estruendo de la taza impactando contra el suelo captó la atención de absolutamente todos.
- Disculp TÚ
- TÚ - Dijimos al unísono.
No lo podía creer. El idiota que había arruinado a mi precioso auto, a mi bebé, estaba frente a mi. La expresión en su rostro mostraba la sorpresa de ambos.
- Me queda más que claro que nunca te fijas por donde vas...- Dijo con un tono de burla que ciertamente me irritó.
- ¿Disculpa? yo no soy quien cree que el resto de los mortales se detienen a su paso.- Me defendí. Su ropa estaba completamente estropeada. Di un vistazo. La mía estaba igual. Genial, no solo había hecho todo lo contrario a lo que me habían pedido, sino que también había arruinado una de las prendas que más amaba.
- Disculpada.
- ¿te crees muy gracioso, verdad?- mi paciencia estaba llegando a su límite- quiero ver si te ries cuando encuentre dónde esta aparcado tu coche- comencé a caminar hacia el estacionamiento.
- NI SE TE OCURRA- intentó atrapar mi brazo pero fui mas rápida y me escapé.
- Se me ocurrió.
- ¿Quién dejó entrar a la loca? Seguridad - gritó entre jadeos.
- KATE, CHRISTOPHER, SUFIECIENTE- reconocí la voz de mi novio. Frené en seco y me volví hacia Tyler. la escena que tenía delante no pintaba nada bueno: rostros estupefactos, muecas de burla y miradas de enfado. Una en particular me estaba deseando la muerte eterna.
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Fugitivos del deseo
RomanceA veces los amores incorrectos son la razón perfecta para apostarlo todo y entregarse al destino. ¿Podrá hacerlo Katherine, una joven estudiante de literatura que tiene una vida sencilla y confortable, con buenos amigos y un novio que la quiere? ¿Po...