Cellbit y Roier se conocieron en una isla en la cual actualmente son mejores amigos, aunque en esa amistad hay algún que otro coqueteo...
¿Es eso normal?
¿Roier realmente coqueteaba con Cellbit únicamente por amistad?
¿Es lujuria o es amor verdadero...
Era un día normal en la Isla Quesadilla. Como era habitual, un mensaje con el contenido "GUAPITOOOOO" se encontraba en aquel chat, debido a la reciente conexión de Roier. "GATINHOOO" --Dijo el antes mencionado.
Cellbit y Roier solían dar paseos tomados de la mano, símbolo de su gran "amistad", o almenos eso creen que son.
Hoy te pusiste guapo para la vuelta, eh, gatinho? --Dijo el menor. Não sei o que você está falando(No sé de qué estás hablando) --Respondió el ojiazul, con un leve sonrojo en sus mejillas. Mentiría si no dijiese que estuvo toda la mañana planeando qué iba a ponerse, puesto que iba a dar un paseo con SU guapito. Suyo y de nadie más. No era un evento como ir a una dungeon o cuidar de algún huevo, era pasear con aquel hombre que lo volvía loco con cada coqueteo.
Aquellos 2 enamorados en secreto continuaban su paseo en una preciosa tarde, descansando para ver el atardecer juntos. No se perdían un solo atardecer, ya que el menor seguía sin superar la muerte de su hijo, Bobby, pero le reconfortaba tener a Cellbit o a Jaiden a su lado para aquellos momentos de tristeza y soledad absoluta.
Guapito, você quer que eu te acompanhe até em casa?(¿Quieres que te acompañe hasta tu casa?) --Preguntó Cellbit, viendo la cara aún entristecida del de bandana. No Cellbo, no es necesario que te molestes por ello... --Respondió. Não é um incômodo, eu insisto(No es molestia, insisto) --Contestó, para después levantarse y ofrecer su mano al castaño. Está bien, gracias por querer acompañarme. --Dijo, tomando la mano de Cellbit y levantándose rumbo a su hogar.
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Una vez llegaron a casa del menor, comenzó una lluvia catastróficamente fuerte. Parecía que esas gotas de agua fuesen balas capáz de traspasar a cualquier persona que se interpusiera en su camino. No pues, sí que anda pegando fuerte la lluvia --dijo el mexicano con un tono irónico. Não há cobertura e não posso notificar Richarlyson de que não estarei em casa no horário combinado (No hay cobertura y no puedo avisar a Richarlyson que no llegaré a la hora acordada) --Murmuró, preocupado. Hey, no te preocupes, Celbo. Seguro va a estár bien, es un huevo fuerte --Argumentó, intentando calmarlo. ¿Quieres algo de beber mientras esperamos que se pase la tormenta? só uma xícara de café por favor. (Solo una taza de café, por favor) --pidió el mayor. Marchando! --Dijo el mexicano, yendo rápidamente a la cocina por esa taza de café y quizá un té de limón para sí mismo.
Mientras tanto, el Brasileño investigaba cuidadosamente la casa. Nunca la había visto a detalle, más bien nunca había entrado directamente en ella. La sala principal estaba compuesta por 2 sofás color beige, combinados con una alfombra marrón, lisa. Habían varios cuadros decorando aquella pequeña sala, varios de ellos con la imagen del huevito llamado Bobby, el cual yacía entre los brazos de sus padres. Todo estaba muy bien iluminado, tanto por luz artificial como la luz natural la cual entraba por el gran ventanal que daba al jardín. Este era precioso, decorado con millones de flores bien cuidadas y de varios tipos distintos. Roier poderia facilmente abrir uma floricultura (Roier podría abrir fácilmente una floristería) --Pensó, imaginándose a aquel castaño rodeado de flores de todo tipo de formas y colores, mientras las vendía al resto de personas de la Isla.
