Una bofetada volvió a su rostro. Ya había perdido la cuenta de cuántas había recibido en esos diez minutos, ¿Treinta? ¿Cuarenta? No lo sabía, había perdido la cuenta tan solo los primeros minutos.
La camiseta que se había comprado con el dinero que había recibido tras sudor y lágrimas gracias al arduo trabajo que había hecho en esa semana estaba desecha en el suelo, quemada, desgarrada y escupida.
Abrió los ojos y lo encontró a el, nunca había recibido el mas mínimo cariño por su parte. No recordaba tener una cena o tarde sin gritos, insultos o golpes.
Volvió a cerrar los ojos cuando sintió el impacto de el puño en su mejilla, el sabor a metal de esparció por su boca causándole asco y repulsión al instante.
-¿Escuchaste maldito?- pregunto su padre librando los golpes.
Abrió sus ojos por temor de recibir más golpes, el rostro del hombre que se auto-denominaba "Buen padre" estaba desfigurado y rojo por la ira. Sentía un pitido en su oído, lo había aturdido. Pero sin saber que había dicho, asintió. De igual manera siempre terminaba igual.
-Bien.- sonrió empujándolo hacia su habitación.
Cayó de rodillas, su cabello largo tapo la vista de sus costados y del frente. Soltó el aire que guardaba en sus pulmones cuando sintió el sonido de la llave cerrar la puerta desde afuera.
Soltó un quejido cuando se tocó la mejilla, la sentía hinchada y le dolía.
Se lanzó frustrado a su cama, se acurruco de tal manera que los moretones de sus costillas no dolieran tanto, abrazo su almohada por el pecho. Apretándola tanto que no sentía sus dedos.
¿Que más daba? Seguramente al día siguiente pasaría lo mismo, y de nuevo, y de nuevo. Era un ciclo. Uno horrible.
Sintió como las lágrimas caían de sus ojos, en esos momentos, era lo único que lo acariciaba de cierta manera.
Odiaba llorar, lo hacía sentir patético o marica, tal y como decía su padre.
No había escapatoria a esa rutina, si no moría por los golpes se su padre, moriría por la infelicidad que le traía ese pueblo llenos de cristianos amantes de la palabra de Dios.
Era un asco.
Sintió como su corazón era apretado por un puño, era incapaz de respirar con esa sensación. Y entonces se dejó llevar por el cansancio que sentía, sus ojos aguados comenzaron a cerrarse llevándolo a un sueño.
Despertó en un sofá, ¿De quien sería? En su hogar solo tenían uno y solo lo usaba su padre. Tenía una manta que le hacía imposible su deseo de levantarse, sentía como la acogia junto al olor a café.
Raro en su hogar, pero era delicioso.
Una canción que lo remontaba a su infancia sonaba en algún lugar. Since I Don't Have You lo hizo sonreír mientras movía su cabeza de un lado para otro.
-Veo que ya despertaste.- una risa lo hizo parar repentinamente su acción.
Volteó hacia donde provenía esa voz y lo vio al el, le parecía que lo conocía de toda la vida. Esa piel canela, esos ojos escondidos entre el cabello crespo le eran muy familiares.
-Lo siento.- murmuró con cierta pena, haciéndose pequeño en el sofá.
-¿Por qué? Tu no hiciste nada malo.- respondió aquella persona dejando la bandeja que aparentaba ser de plata en el suelo. Se sentó en un pequeño lugar del sofá cerca de Axl, poso un mechón de su cabello detrás de su oreja con delicadeza, acarició su mejilla con una sonrisa delicada.
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See You Again (Slaxl)
FanfictionSee You Again - Tyler, the creator (feat. Kali Uchis)