Garras

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Los Alphas masculinos solían caracterizarse por sus alargados colmillos retráctiles y estructuras físicas más grandes, las Alphas femeninas, si bien, también eran más grandes en comparación a otras féminas, solo tenían dos pequeños colmillos, apenas lo suficientemente largos para realizar su respectiva marca, sin embargo, esos rasgos se sustituían con afiladas garras en manos y pies, igualmente mortales y funcionales a la hora tanto de marcar, como de pelear.

Miguel no era un Alpha estrictamente común. Desde que mezcló su ADN con el gen arácnido, accidentalmente adquirió las características de ambos géneros, eso nunca lo retrajo ni lo agobio, nunca fue del tipo que se dejaba intimidar, pero tampoco era extrovertido y mucho menos afín a mostrar las funciones y detalles de su cuerpo.

—¡Oh, eres como una chica! —Peter B, el Omega de la dimensión más reciente con el que se había topado, estaba tomado su mano después de su primera misión juntos, presionando la palma cuál almohadilla de gato para empujar sus garras hacia fuera.

Miguel se había erizado de pies a cabeza, gruñendo bajo y alejando la mano de él, o es lo que hubiera querido, pues Peter sujeto su muñeca con la otra mano para poder seguir explorándolo con cierta fascinación.

Maldecía la maldita curiosidad científica de todos los Spider-man.

—No soy como una... agh — se quejó con voz gravosa, suspirando, fastidiado cuando tomo su otra mano en una exploración descarada.

—¡A mí me gustan más las chicas! — dijo Peter interrumpiéndolo —mi última Alpha tenía unas garras muy bonitas — le contó cómo sin nada y sin haberle preguntado. Miguel ladeó el rostro y frunció el ceño, marcando aún más las facciones de su cara cuando finalmente se liberó. A Peter no pudo importarle menos y lo siguió por el edificio en construcción de aquella dimensión — ¿Luego puedo ver tus colmillos? — preguntó.

Miguel estuvo a punto de negarse, pero quedó paralizado por un segundo al sentir uno de sus dedos presionándole la mejilla, era difícil seguirle el ritmo de conversación a ese Peter en particular, demasiado vertiginoso, y cómodo al invadir el espacio personal como si se trataran de amigos cercanos, no lo entendía, ni siquiera un poco, quizá era por ser mayor que él, pero aun así...

—Parker — gruño bajo cuando vio la otra mano con la intención de atrapar su rostro, mostrándole los colmillos y atrapando su muñeca antes de que lo tocara, rozando la piel con las garras a modo de advertencia... no espero para nada, que una sonrisa casi maliciosa escapara del hombre, desconcertándolo.

—Sí ... justo por eso es me gustan — volvió a repetir mientras le lanzaba una mirada demasiado adulta hundiendo más su muñeca en el filo. 

—¡Ponte a trabajar de una vez! —le contestó rápido, girándose completamente rojo por su comentario y alejándose de él.

Peter B. Parker solo se burló y lo siguió, al parecer, Miguel O'Hara aún no se había dado cuenta, pero él iba a ser su Alpha.

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