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El sonido de una notificación me sacó de mis pensamientos. Estaba acostada en mi cama, con la mirada perdida en el techo, cuando vi el mensaje en la pantalla de mi celular.
Armin: ¿Quieres que pase por ti?
Sentí una pequeña punzada en el pecho, una mezcla rara entre nervios y algo más que no terminaba de identificar.
Yo: Sí, está bien.
Suspiré y dejé el celular a un lado, tratando de no pensar demasiado en lo que estaba haciendo. No era la gran cosa. Solo iríamos juntos al partido. Nada más.
Aun así, la sensación incómoda en mi estómago no se iba.
Tal vez porque sabía quién también iba a estar ahí.
Justo cuando terminaba de ponerme los tenis, mi celular vibró de nuevo.
Sasha: Oye, ¿pasamos por ti?
Yo: No gracias, me voy a ir con Armin.
El visto fue inmediato en el grupo que teníamos con mis amigas, seguido de una avalancha de mensajes.
—¿Con Armin? —¿A SOLAS? —¿Y NO NOS DIJISTE NADA
Rodé los ojos y dejé el celular boca abajo antes de que comenzaran a bombardearme con preguntas que no tenía ganas de responder.
Un par de minutos después, el sonido de un claxon me sacó de mis pensamientos. Me asomé por la ventana y vi a Armin esperando en su auto. Bajé rápido.
Cuando subí al carro, Armin me recibió con una sonrisa tranquila.
—¿Lista?
—Supongo.
Él rio bajo y arrancó.
El camino fue... cómodo. Hablamos de cosas sin mucha importancia: profesores, tareas, un debate sobre qué cafetería en el campus tenía el mejor café. Me gustaba eso de Armin, su capacidad de hacer que cualquier conversación se sintiera natural, sin presiones.
Pero en el fondo, mi mente seguía atrapada en otro tema.
Cuando llegamos al estadio, supe de inmediato que encontrar asientos no sería fácil. Las gradas estaban casi llenas, con estudiantes emocionados animando incluso antes de que el partido empezara.
Apenas bajamos del auto, escuché una voz familiar llamarnos.
—¡Eli, Armin!
Me giré y vi a Sasha, Historia, Ymir, Mikasa y Connie acercándose.
—Pensé que ya nos habías cambiado por Armin —bromeó Ymir, dándome un codazo en el brazo.
—Eso parece —añadió Historia con una sonrisa divertida.