Ángel pone su palma llana sobre la parte baja de mi vientre, esa que se hunde de angustia cuando noto el toque frío de la cuchilla, y la desliza hasta que llega a mis clavículas. Me cubre el cuello de nuevo con un ancho lametón y una mordida dolorosa; su mano armada me toma de la barbilla, me hace ladear la cabeza, dejar mi garganta disponible para él. Para su boca. Para su mano. Para su cuchilla.
Noto inhalaciones rápidas, como si fuese un animal olisqueando mi miedo, y lleva su nariz justo bajo el lóbulo de mi oreja.
—Debería abrirte la garganta ahora mismo. —dice con un tono ronco que me clava en el suelo. Tiemblo incontrolablemente y noto su sonrisa formándose contra mi piel.
Toma la cuchilla con más precisión y la apoya suavemente la curva de mi cuello. El frío familiar del filo me hace tener escalofríos. Por unos segundos recobro ese obsoleto impulso de querer escapar, pero entonces recuerdo... recuerdo cuan hostil es el mundo, cuan engañosas las voces dulces y cantarinas. Lo mejor es quedarme aquí, incluso si este lugar se convierte en mi tumba.
Cierro los ojos con fuerza y espero el afilado dolor de un corte.
—Debería empezar a deslizar —aliento denso sobre mi oído, el calor subiéndome a la cabeza como fuego y el frío aguijoneándome el cuello. No puedo pensar. No puedo... —lentamente, muy lentamente la cuchilla. Hacer un corte pequeño y mantenerte bueno y obediente mientras te desangras unas cuantas jodidas horas. —noto la primera gota de sangre brotar y sus palabras calando en mi mente. Tirito de horror, de anhelo, porque quiero palabras bonitas y abrazos, no esto. Pero esto es lo que me he ganado. —Así me he sentido yo, pequeña mierda, por tu culpa. El corte de mi brazo ha dejado de sangrar y no duele tanto, solo escuece un poco, pero aquí... —y Ángel se lleva una mano al pecho, quitándola de mi espalda. Él ya no me está manteniendo cerca a la fuerza, pero yo me quedo, ladeando dócilmente la cabeza y gimoteando. —aquí me ha dolido como si me apuñalasen ¿Tienes idea de cómo se siente? Que la jodida persona a la que amas y a la tanto te esmeras por cuidar y hacer feliz te traicione. —aprieta sus dientes y veo la mandíbula tensa, ruda. Puedo sentir lo mucho que desea morder y arrancarme el cuerpo a pedazos. La cuchilla ahonda un poco, como el día que me afeitó, y noto una gota cálida bajar a mi clavícula —Que te traicione. —la desliza un poco, abriendo un minúsculo corte que arde demasiado. —Otra. —un poco más y empiezo a marearme. —Puta. —Ángel me pone la mano en la espalda de nuevo, sabiendo que mis piernas no aguantarán más. —Vez.
Ya está. Se acabó. Hará un movimiento hábil y mi vida va a salir disparada hacia su cuerpo como un aspersor, chorreando por el suelo, salpicando las paredes...
Pero entonces aleja la cuchilla y me rodea con esa mano también. Ambas en mi espalda, apretando duro y firme para acercarme hacia él. Me alza del suelo tan fácilmente. Mi cabeza reposa en la curva de su cuello y su boca se pega a la del mío. Noto su pulso acelerado, tan dispar a esas palabras tranquilas y homicidas. Su lengua caliente recoge mi sangre, lamiendo con la inocencia propia de un gatito.
—¿Qué me dices, Ty? —su voz reverbera en mis oídos, drogándome, mareándome —¿Quieres que te mate aquí y ahora? Es la única manera en que te dejaré escapar de mí.
Yo niego e inhalo profundamente. Su olor. Sus brazos. Esto es todo lo que necesito, este hueco en su cuello, contra su pecho. Mi lugar seguro.
—Quiero quedarme —digo hipeando, él me acaricia un poco la espalda, sosteniéndome lejos del suelo con solo la fuerza de su brazo bueno. —quedarme contigo. Lo siento... —musito, apenas puedo hablar. Sorbo mis palabras inútilmente, las sollozo. Pero Ángel asiente.
—Entonces vas a demostrarme que quieres ser mío ¿No es así? —pregunta, sonriendo complacido al ver la pila de ropa que me he quitado voluntariamente yaciendo en el suelo. Me acaricia un poco más, dedos apremiantes subiendo y bajando por la hendidura de mi columna.
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El niñero (Yaoi) [EN AMAZON]
RomanceTyler tiene una vida tranquila, no hay grandes preocupaciones que lo mantengan en vilo por las noches, ni siquiera le da gran importancia a tener una laguna en su memoria que le ha hecho olvidar su adolescencia. Un día descubre que durante esos años...