Dean y Castiel aparecieron en medio de una vieja iglesia abandonada. Era tarde y el sol estaba a punto de morir en el horizonte.
El lugar estaba lúgubre. Según el mapa que Bobby les había dado, el sello estaba en medio del patio interior. Entonces el ángel y el cazador se aventuraron en el edificio.
Caminaron por los fríos pasillos hasta que encontraron un gran arco. Dean y Castiel intercambiaron miradas. Dean volvió a abrir el mapa y con un movimiento de cabeza le indicó el camino al ángel.
Finalmente encontraron el patio interior, rodeado de matorrales y enredaderas espeluznantes. Tan pronto como dieron un par de pasos divisaron la fuente en el centro. Tenía una estatua de un ángel sosteniendo un jarrón sobre ella con una mano y señalando sus pies con la otra mano.
Dean y Castiel se acercaron. Luego de que el cazador limpiara las hojas y la suciedad de los pies del ángel, pudo encontrar una pequeña leyenda en enoquiano.
—Aquí, Cas, esto se parece a una cerradura —dijo Dean.
—Porque lo es —respondió seco Castiel.
Dean tosió torpemente. Castiel había estado en silencio todo el tiempo. Las cosas estaban muy tensas entre ellos desde… bueno… desde esa sesión de masaje.
Dean tomó el papel que tenía las instrucciones y que decía:
—Sangre humana. Ese soy yo. —Dean se rió como un tonto y Castiel lo miró, completamente indiferente. Así que el cazador se puso serio y se aclaró la garganta antes de continuar—: Y... y la gracia de ángel...
—Todas las cerraduras necesitan los mismos ingredientes, la diferencia es el lugar donde se tienen que aplicar —pronunció Castiel.
—Oh, exacto... lo leíste, ¿verdad? —Dean resopló, tratando de sonreír con encanto.
—Tuve que hacerlo —dijo Castiel con frialdad.
—Uh, oh, cierto. —Dean frunció los labios y saltó dentro de la fuente seca, Castiel lo siguió—. Está bien, entonces… de mi mano… —Dean se cortó levemente la mano y la sangre goteó sobre la inscripción enoquiana. Se cubrió la mano con el pañuelo y presionó para detener la hemorragia. Pero Castiel colocó su dedo sobre la frente de Dean y el corte y la sangre desaparecieron.
—Gracias —dijo Dean tímidamente.
Castiel tomó su espada de ángel y se la dio a Dean.
—Un pequeño corte, aquí. —Castiel ladeó la cabeza para exponer su elegante cuello a Dean. El cazador tragó saliva cuando Castiel señaló su propia piel.
—Espera... ¿Esto es para sacarte un poco de gracia? —preguntó Dean, nervioso.
—Sí, hazlo con cuidado —pidió Castiel y Dean se estremeció.
—Sí, por… por supuesto. —El cazador se aclaró la garganta de nuevo y llevó la hoja lentamente a la hermosa piel bronceada de Castiel. Empezó a presionar la punta afilada y respiró hondo. Dean presionó ligeramente y luego cortó solo un poco.
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Caer Nunca Se Sintió Tan Bien
Fanfiction¡Castiel está vivo! Después de salvar a Dean y Sam de Zachary, Castiel revela que ahora es un ángel caído y que debe servir a Dean como su leal sirviente. Pero pensar en tener un ángel cuidándote porque se enamoró de ti no es peor que las consecuenc...