Capítulo 3 (Segunda Parte)

175 14 6
                                    

-¿Lo lleváis todo? -nos pregunta Aiden una vez ya en el aeropuerto.

Ambas revisamos todo y asentimos tras confirmar que tenemos todo lo necesario.

Hoy es el día en el que Amalia y yo dejamos River Lake. Tras que aceptaran mi solicitud unos días más tarde de solicitarla, nos pusimos como locos a preparar todo ya que las clases comienzan pronto. Más concretamente, la semana que viene.

Estos días me he encontrado mejor después de aquel día. Bueno, encontrarme mejor me refiero que siento como una liberación al no tener que estar cada día pensando, preocupándome de lo que hacer para acércame a él, de que me recuerde. El dolor sigue presente, pero necesitaba eso, soltarme de algo que nunca podrá volver a ser igual. Eso estaba torturándome por dentro.

Ahora estoy aquí, en el aeropuerto con mi mejor amiga rumbo a comenzar una nueva etapa. Y no sé si debería decirlo, pero me siento contenta por ello. Antes me negaba a irme de este lugar, pero en estos momentos lo estoy deseando.

Como cambian las cosas. A veces cambian para bien, otras para mal, pero en este caso no sé para qué lado sería. Creo que para ninguno. Simplemente ha cambiado y ya está. Tan solo debo aceptarlo y continuar porque así es la vida.

Seguir caminando y ver que me depara en este nuevo camino. Y si no es el correcto, buscar uno nuevo hasta que sea el indicado.

-Cuando aterricéis, avisadnos. ¿De acuerdo?

Adam también ha venido a despedirnos, aunque más bien ha sido por Amalia. Su relación no sé cómo definirla porque no sé muy bien si están juntos. Lo que sí sé es que pasan ratos juntos. No me he interesado mucho en ella ni en saber sobre su vida privada.

Me estoy dando cuenta de que he sido un desastre de amiga.

Prometo mejorar de aquí en adelante porque sé que me he perdido en este tiempo.

-Es hora de irnos -habla Amalia.

Aiden y yo nos fundamos en un profundo abrazo de despedida mientras me susurra que lo llame nada más bajar del avión, que si tengo algún problema que también lo llame y por supuesto que me echara de menos pero que está feliz por mí.

Después de despedirme de Adam con un cálido abrazo, me dirijo junto a Amalia hacia el control de seguridad. Mientras avanzamos, nuestras miradas se alejan de ellos y su imagen desvanece lentamente. Nos preparamos para someternos al control de seguridad.

El aeropuerto está lleno, con personas apresurándose de un lado a otro, maletas rodando y anuncios de vuelos que se escuchan por los altavoces.

Mientras esperamos junto a la puerta de embarque, hablamos sobre cómo será nuestro nuevo destino. Ninguna de las dos hemos ido a Nova ninguna vez. La ciudad es más grande de donde hemos vivido toda nuestra vida.

No tenemos idea de cómo será la ciudad, solo lo que hemos podido indagar por internet y ver fotos.

Finalmente, llega la hora de abordar. Caminamos por el pasillo del avión para dar con nuestros asientos que menos mal que pudimos pillar sitio una al lado de la otra. Acomodamos nuestro equipaje de mano y una vez listo abrochamos nuestro cinturón, lista para despegar.

Dos horas más tarde, aterrizamos en nuestro destino. Nada más llegar cuando nuestros móviles por fin tienen cobertura enviamos un mensaje para informar que ya hemos llegado para despreocupar.

Al salir ya del aeropuerto, voy detrás de Amalia ya que esta se va en busca de un taxi que pueda llevarnos hacia la residencia donde vamos a quedarnos durante el curso. Decidimos elegirla antes que un piso puesto que se ubica al lado de la universidad y otra de las ventajas es que no tenemos que preocuparnos de hacernos las comida. Cosa que nos viene de lujo porque cocinar no es nuestro punto fuerte.

El taxi, tras media hora de viaje, se para justo en la puerta de lo que parece ser nuestro nuevo hogar. La arquitectura del edificio es bastante grande. Como he dicho se ubica al lado de lo que es el campus de la universidad. Podemos observar como el entorno está rodeado de chicos y chicas jóvenes esperando también a hospedarse aquí.

El vestíbulo es amplio. Nos da una sensación amigable cuando nos atiende una chica del personal para darnos a cada una tarjeta en color blanco con la que podemos abrir la puerta de nuestra habitación.

Cuando llegamos al tercer piso, buscamos al número de habitación y entramos. Ambas nos sorprendemos porque es bastante acogedora y bonita, con todo lo necesario para vivir cómodamente.

De pronto, el móvil de Amalia comienza a sonar.

-Es Adam -informa.

Debería llamar a Aiden, pienso. Pero justo en ese momento un toque a la puerta se escucha. Veo como Amalia está hablando asique abro yo la puerta. Al hacerlo la imagen de un chico castaño vestido con ropa de deporte aparece por ella.

-Parece que me he equivocado de puerta -dice después de unos segundos de observarme.

-Parece ser que sí.

-Soy Dan, estoy en el piso cuatro -señala con su dedo hacia arriba -No sabrás en que habitación está una tal Samy.

-Lo siento, mi amiga y yo acabamos de llegar y no conocemos a nadie.

Al segundo, dos puertas más allá de la nuestra se escucha abrirse.

-Estoy aquí idiota -una chica de cabello color negro alza la voz.

-La he encontrado -me dice con una leve sonrisa.

La chica se dirige hacia donde nos encontramos.

-¿No sabes leer los mensajes? Te he especificado el número.

-¿Mensaje? Solo me has dicho que estabas en el piso de abajo.

El chico agarra su móvil para revisar los mensajes.

-Ese mensaje me lo has enviado hace un minuto.

-Te lo he enviado antes, si no te ha llegado ese no es mi problema. Disculpa a mi hermano por la confusión, soy Samantha, pero puedes llamarme Samy. Encantada.

-Yo Lia, encantada.

-Eres de primer curso, ¿cierto?

-Sí, mi amiga también -señalo hacia dentro de la habitación -Está hablando por teléfono. ¿Y vosotros?

-Yo soy de primero y mi hermano de segundo. ¿Qué vais a estudiar?

-Bellas artes.

-¿En serio? ¡Yo también! -responde emocionada -¡Que coincidencia tan increíble! Por fin conozco a alguien y no tendré que estar sola el primer día.

-Al final vas a tener que darme las gracias -interrumpe Dan diciéndole a su hermana -Si no fuera por mí, no la hubieses conocido.

Samy no dice palabra puesto que en el fondo sabe que en eso tiene razón.

-Bueno, luego nos vemos y seguimos charlando. Seguro que tenéis que ordenar todas vuestras cosas al igual que nosotros.

Agarra a su hermano del brazo para tirar de él con el fin de marcharse. Antes de desaparecer Dan se despide de mí con un Nos vemos junto con una sonrisa. Cierro la puerta cuando ya se han ido y veo como Amalia parece que está cortando la llamada.

-¿Quién era?

-Un chico preguntando por su hermana. Se ha equivocado de habitación.

-¿Y cómo era?

-¿El chico?

Asiente.

-Pues no sé un chico normal. Seguramente los veremos más tarde. Ella va a estudiar lo mismo que nosotras.

-Vaya, eso es genial. Tenemos que hacernos amiga suya. Por cierto, Adam estaba con Aiden y dice que aún no lo has llamado.

-Es verdad, se me había olvidado.

Me siento un poco avergonzada por haberme olvidado. Iba hacerlo antes de que tocaran a la puerta. Tomo mi teléfono y rápidamente marco su contacto. Cuando responde, lo primero que hago es darle unas disculpas por haber tardado en comunicarme con él y después de eso nos inundamos en una conversación sobre el día de hoy. 

Hasta que logren acabar conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora