One Shot

1K 117 11
                                    

Lo primero que Foolish vio al volver fueron las marcas de sangre y carne podrida alrededor del acuario que rodeaba su dragón.

Los gritos de los tiburones muriéndose, por asfixia, falta de espacio o golpes, retumbaron por sus oídos.

No estaba asqueado, o aterrorizado como muchos podrían haber estado en esa misma situación. Anteriormente, había sido un The Totem of Death, y a posteriori, The Totem of Undying, entre varios trabajos más, por lo que la muerte per se no era algo de lo que se asustara -aunque desde que recibió ese ticket con la letra G toda su vida había dado un vuelco, e incluso, había comenzado a "apreciar más sus vidas" como su hermoso esposo decía-. Pero, eso no evitaba que se sintiese sorprendido ante la situación.

Su acuario, de ese que tanto su hija había y su novio habían ayudado, estaba repleto de tiburones negros.

Tan repleto, que cada minuto uno más se moría.

Foolish recorrió el bordillo de azulejos en silencio. Sus ojos estaban abiertos al igual que su boca.

Él se tiró al agua pensando... bueno, no estaba pensando en nada, seguía mirando la esperpéntica escena. A más profundidad, había menos tiburones, pero, no importaba, eran demasiados.

Salió empapado de allí.

Supuso que alguien había echo alguna travesura aquí.

Y solo había una persona que conocía capaz de querer fastidiarlo solo por el placer de ello... Bad...

El Demigod comenzó a despotricar sobre su amigo con rabia. ¡Había tardado mucho tiempo y recorrido muchos malditos kilómetros para encontrar a sus animales! ¡Animales que Leo le había ayudado a encontrar! ¡Que Vegetta le había dado! Gruñó, ladró y pataleó. ¿¡Que mierdas les iba a decir ahora a su hija y a su marido!? ¡Su marido...! ¡Iba a ser la primera vez que perdía... que le quitaban un regalo suyo y no podía remplazarlo!

¿Entrarían de nuevo en pelea?

¡Él no quería eso!

Habían sido unos dolorosos días con su corazón se había encontrado a media asta. Algo solitario. No por Leo, ella era un rayo de Sol con todas sus letras, sino, que, parte de su alma, aquella que nunca se molesto por atender, estaba de luto.

Vegetta había hecho una hermosa casa allí, entre sus costillas. Había construido los cimientos con sus huesos blancos, utilizando su carne palpitante como paredes, su sangre como hermosas fuentes... Había cogido cada uno de sus recuerdos y los había puesto en marcos, relucientes y colocados simétricamente. Pero, en los días posteriores a su horrorosa presentación, su Vegetta había organizado las maletas y se había marchado, herido.... Todavía no estaba seguro, pero, desde ese momento, pensaba que Vegetta, el real, había dado un paso atrás en su relación. ¡Esa que todavía no había podido poner en palabras!

Su corazón latió con fuerzas, dañando sus costillas, pinchando sus entrañas. Odiaba la puta situación en la que él, tontamente, se había metido...

Aunque en este caso no era así. Sus dientes se volvieron afilados, su piel se tornó más dura, resistente, y sus ojos brillaron con una furia resguardada. BadBoyHalo se iba a enterar...

Antes de poder teletransportarse hasta donde se encontraba su enemigo, este salió de detrás suya, con su voz molesta.

-What the fudge!? Foolish, why do you have so many sharks? They all are dying!

[¿¡Que leches!? Foolish, ¿por qué tienes tantos tiburones? ¡Se están muriendo todos!]

-You bitch! It's all your fucking fault!

SHARK POND // Fooligetta //Donde viven las historias. Descúbrelo ahora