Un Sergio muy exitoso llega a Mónaco con la idea de trabajar allí por un corto tiempo, pero todo cambia cuando conoce a Max, quien en el primer encuentro cambia todos sus planes.
- Entonces, este es de ustedes.- dijo Lando mientras señalaba su habitación en el yate de 7 cabinas que habían alquilado para el fin de semana.
Checo podía ver la puesta de sol en las 7 ventanas grandes cuando entraron a la cabina principal. Cuando su familia sepa que alquiló un super yate con sus amigos, se enfadarán mucho y probablemente le harán alquilar uno para ellos cuando regrese a México. Y dice "cuándo" en lugar de "si" porque antes de irse, su hermana se aseguró de que Max siguiera a cada miembro de la familia que ella aprobaba, así que ahora su familia vería todo lo que Max publicara en su Instagram.
- Esto es increíble.- Dijo un despeinado Max mientras dejaba su maleta dentro del vestidor. Esa fue la primera vez que habló en los últimos 15 minutos porque estaba demasiado somnoliento y malhumorado para formar oraciones.
El hombre estuvo de guardia el día anterior y llegó al departamento esa mañana, por lo que no tuvo la oportunidad de completar su rutina de sueño porque tenía que empacar para el viaje. Incluso se enojó con él porque no empacó sus cosas la noche anterior.
- Sí. Sabes que tengo buen gusto.- Respondió jalándolo del brazo para poder abrazarlo por la cintura y besarlo en la mejilla.- ¿Todavía estás enojado conmigo?
- ¿Tú que crees?
- Max, de verdad estaba ocupado.
- Oh, no digas eso. Tuviste el día libre ayer. Hiciste esperar a todos.
Sabía que Max no lo dejaría pasar, así que se concentró en besar su cuello, una debilidad que sabía que tenía su novio. Después de unos segundos, el rubio cedió y lo empujó hacia la cama, haciéndolo acostarse sobre su cuerpo.
En esa nueva posición, besó sus labios y pasó los dedos por la piel debajo de la camisa blanca de Max. Para entonces sabía que darle a su novio la atención que anhelaba haría que la molestia desapareciera.
En poco tiempo, el hombre le desabotonó la camisa y rodeó su cintura con las piernas, pidiendo más, pero era demasiado pronto para eso, por lo que Sergio separó sus labios y en cambio, besó su frente.
