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Amy adora el rosa, el rojo y todos lo colores pasteles bonitos y adorables. Su conjunto de ropa siempre fue de esos tonos. Tampoco es sorprendente que su habitacion con decoraciones de ese color, el rojo y rosa gorberbanan completamente.
Amy seco su cabello y se arrojo a su suave cama. Suspirando por un día agotador.
Conduciendo su mano hacia la mesita de noche, tomando un boligrafo y su diario.
Escribiendo con entusiamos algunas partes, y otras suspirando y aveces con el rostro de enojo. Probablemente su día tuvo muchas emociones. Por ultimo, cerro el libro con un ligero rubor en sus mejillas.
¿Qué tendrá escrito ese dichoso diario?
Es lo que se preguntaba Silver. Desde que supo la existencia de ese diario, su curiosidad aumentaba cada día.
—¡Es la privacidad de Amy, jamás podría leer lo que hay dentro!
Ese fue su primer comentario al sostener el bonito diario rosa, apretando contra su pecho. Temiendo que alguien mas se lo fuera a robar.
Pero, cuando camino hacia su casa, sus manos parecían hormiguear cada vez mas.
¿Acaso su nombre estará allí?
Ante el repetido pensamiento, Silver golpea su frente contra su escritorio. Su corazón latiendo cada vez mas ante las locas ilusiones. De nuevo, su rostro se torna rojo.
¿Qué hay escrito en el diario de Amy?
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