La última vez que la vi

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SEGUNDA PARTE

2019 – 2020

Pedro

Entré al estudio. Todavía con la ropa del trabajo. Ya hacía una semana desde que había empezado en la obra. Cobraba bien y me daba para comer, le decía a mi madre cada vez que me veía salir de madrugada para llegar bien allí. La universidad no era lo mío por mucho que lo hubiera intentado. Aunque al principio iba bien, como todo.

Luis me miró y suspiró. Se quitó los cascos y señaló la puerta del baño. Iba a cambiarme. Una de las manías de mi amigo era que al estudio siempre había que ir limpio. Y a veces lo cumplía. Otras no tanto. Como hoy, que llegué con el uniforme. Entré al baño y me cambié de ropa. Lavé mi rostro, me eché colonia y me quité las lentillas. Busqué las gafas y me las puse. Prefería ir con gafas en el estudio, las luces azules de la cabina a veces me mareaban mucho y si llevaba lentillas se le hacía muy molesto. Yo y mis manías con ellas.

–¿Te tiras un free? – preguntó –. Ale está de camino con los chicos.

Asentí, ya que nuestro amigo y productor lo puso en el grupo de WhatsApp que teníamos.

–De una hermano.

El estudio no era uno profesional como si de Paulo Londra o Dellafuente se tratase. Unas hueveras envolvían la pequeña estancia de grabación. Tampoco nos importaba mucho, lo primordial era el resultado de la canción.

–Tira base – dije y Luis subió el pulgar.

Suspiré y cuando empezó a sonar pensé en un tema. Y ese tema, fue aquella canción que empecé a componer años atrás en una libreta en mi cuarto. Cuando recién empecé las batallas de freestyle.

Hasta que me conoció, ella no se lo esperaba, la vi entrando en la disco me devolvió la mirada – canturreé recordando la letra.

En ese momento la puerta se abrió, dejando pasar a Alejandro, Linton para los amigos, Sergio, Kevin y Edu. Los reales, por así decirlo. O los incomprendidos.

Se pusieron a grabar ellos una canción. Yo me senté en el sofá, poco inspirado. Miraba distraído TikTok, la app de moda, hasta que me llegó un mensaje de mi hermana bastante alarmante.

Laux Tata

Pedro

¿Estás trabajando?

Bueno, lo cuento igual.

Va a venir. En marzo del año que viene. 2020 por si no caes

Impactado, releí el mensaje. ¿Iba a venir? ¿Quién?

Sabes perfectamente de quien habla. No te hagas el tonto.

Mierda, pensé. Cuatro años. Eso había pasado. Bueno, tres y cinco meses. Porque nos vimos tres años atrás en víspera de Navidad en Londres. Que buenos y malos recuerdos de aquello.

...

Flashback

Invierno de 2015.

Londres, Inglaterra.

Mi maleta apareció en la cinta y fui directo hacia ella. Cuando salí por las puertas, la tía de Columbia, Amelia, me esperaba con una sonrisa. Iba con un traje rojo bastante llamativo, pero ella era una mujer de negocios. Era llamativa de por sí.

–¡Pedro! – exclamó risueña –. Deja de crecer ya por favor, me sacas una cabeza mínimo niño.

Su acento canario no había desaparecido con el paso de los años. Cosa que pensé si le ocurriría a Colu o ella lo acabaría distorsionando. Aunque viendo el poco amor que le tenía a la isla no dudaba en que no acabara sin acento.

COLUMBIA | QuevedoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora