❋ Episodio 43 "La rosa que se espino a si misma"❋

26 1 0
                                    

"La rosa que se espino a si misma"
❋❋❋❋❋❋❋❋❋

Alex Brown
2019, mayo.
>Unos días antes de la pelea de Mylen y Jennifer en el bar<

Pasaba de clase en clase, más aún con todas las juntas que tenía por un nuevo proyecto dentro de lo que podría considerarse el progreso de mi propia empresa. Salía de una junta en la que debía sonreír, aunque alguien hablara sobre la muerte de alguien, me dolían las mejillas.

—Maldita sea... tengo que ir al gimnasio.

Pero en medio de mi camino apareció esa característica cabellera rosada que reconocería a lo lejos, en especial, porque era Jennifer. —Jennifer, ¿qué te trae por aquí? —evitaba la mirada sin decir ni una palabra, tomó mi manga y me arrastró hacia un parque cercano.

—Debo contarte algo muy importante, en verdad no puedo dejar que estes con una persona que asesino a alguien, podría pasarte lo mismo, ¡tengo miedo por ti, Alex! —a veces sentía que había demasiada gente que intentaba entrometerse en mi vida personal, Jennifer era una de esas personas.

—¿Si te dejo hablar, me dejaras en paz con este tema? —asintió frenéticamente.

—Mylen conocía a Sam, ¡yo fui prueba de ello! —antes de poder mencionarle que lo sabía, continúo hablando. —Mylen llevo consigo a una fiesta a Sam, lo golpeo a muerte y lo aventó hacia un taxi que pasaba, lo dejo invalido, Alex, invalido! Y no solo eso, fue a buscarlo para lastimarlo más, una de esas ultimas veces el termino herido de su brazo, ella fue así hasta que el no aguanto más.

—Espera...

—Ella fue la última persona que lo vio vivo, no lo detuvo de suicidarse, si es que no fue ella quien le corto las venas a Sam.

William había dicho lo mismo, desde aquel juego, sus mensajes eran temerosos, como si quisiera advertirme.

<<¿Cuánto más voy a tener que soportarlos?>>

—Entonces... ¿ella fue la que reporto la escena a la policía? —negó.

—Una señora iba pasando por ahí ya que escuchó un grito, era ese horrible campo de lavanda alejado de la ciudad. Era un lugar que solo ellos conocían Alex, nadie más pudo haber sido.

Sin duda, también sabia como era Jennifer, había estado a mi lado por 3 años, o algo así, sabía que cuando mentía pellizcaba la punta de sus dedos o tomaba un mechón de su pelo.

<<Presiento que está cambiando versiones de un lado a otro>>

—¿Cómo sabes tu todo eso? —su silencio fue más grande que su veracidad, ella bajó la mirada.

—Fui amiga de ella y Sam, el... me gustaba, pero a él le gustaba ella... demasiado como para ver todas esas espinas que la cubrían, el termino pinchándose y volviéndose uno con ella, por favor, Alex, tienes que creerme.

—Déjame repetírtelo, Jennifer, puede que tú te creas todo eso, pero yo no soy de juzgar a las personas por la opinión de otros, más cuando esta afectados por ello. Necesitas ayuda, ¿tú crees que ella lleva la culpa de un suicidio? Estas muy mal.

—¡Por favor, Alex, déjala! ¡Aléjate de ella! —dijo mientras jalaba mi sudadera con desesperación.

—No creo necesario volvértelo a decir, yo decido si me alejo o no de alguien, o cualquier cosa que tenga que ver conmigo; no es de tu incumbencia.

Me alejé hacia el gimnasio para desaparecer toda esa molestia que habías aparecido en mis hombros, no podía ni imaginar el dolor que habrá sentido Mylen, como si no fuera suficiente haberlo visto morir en el único lugar que era para ellos, le culparon de todo.

Una flor de otoño (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora