De mafioso a ¿¡Niñera!? Ꮼ JJK

000 ; PROLOGUE

Las sirenas de policía se escuchaban juntos a los disparos, todos corrían intentado escapar para no salir heridos. Mientras que una banda de mafiosos luchaba entre sí, ya ni si quiera importaba si los policías estaban ahí, esto era personal.

La vida de un compañero estaba en peligro, y el de orbes oscuros no dudaría en salvarlo. Pero tenía que pasar por el otro líder de la banda, el cual también quería a una persona que tenía el de orbes oscuros.
Todo era un jodido caos, mientras el equipo del de orbes oscuros le ayudaba con la policía junto a la otra banda, ahí se encontraban ambas personas junto a los secuestrados, dispuesto hacer el intercambio, pero ninguno quería empezar primero, ¿Cómo se iban asegurar que él otro incumpliera el intercambio?

─Hagamos esto rápido, no tenemos tiempo para esto.

Habla un hombre alto, mayor que él de orbes oscuros con aires de arrogancia.

─Bien, entonces devuélveme a Jimin y yo te devolveré a tu mujer. ─Sonrió con facilidad y se colocó detrás de aquella chica rubia con labios rojos carnosos, que estaba arrodillada mirando a su esposo asustado.

─Lo haré, con la condición de que me la entregues tu primero. Cuando este justo a mi lado, te devolveré a tu compañero.

─Por dios, no estamos para juegos. ─Hablo otro hombre con voz gruesa, tocando el puente de su nariz, demostrando lo impaciente que estaba. ─Tenemos policías afuera de este local, en cualquier momento van a entrar. Deben terminar esto ya. Hagan el intercambio a la vez y terminemos de una vez con esto.

Ambos miraron al castaño con las facciones endurecidas, pero sabía que tenía razón. A pesar de ser el hermano del hombre que tiene a su compañero, para ser tener más pantalones que él.

─Bien, caminemos a la cuenta de tres. Ambos hacemos el intercambio y salimos de este lugar.

El de orbes oscuros asiente y toma por la fuerza el brazo de la mujer rubia. La obliga a caminar junto a él, y sus tacones se escuchan por todo el local. Ambos líderes se miran con las facciones endurecidas esperando a que cumplan con lo que acordaron.
Una vez estando ahí, entregan a las personas y el mayor abraza a su mujer, que al sentir los brazos del hombre se quebranta.

Mientras esto pasa, el de orbes oscuros, camina junto a Jimin, quien se encuentra muy herido para caminar solo. Él se lo entrega a dos de sus hombres y mira nuevamente a la parejita.

Saca su arma rápidamente y apunta a un individuo en particular. Sonríe diabólicamente al mayor, quien se desconcierta cuando ve que no lo está apuntando a él, ni a la rubia, si no a su hermano. En cuanto el mayor se mueve, el disparo resuena en los oídos de todas las personas que se encontraban ahí y su hermano cae al suelo inmediatamente.

─Lo siento, querido Namjoon, pero nadie puede decirme que hacer y menos alguien tan insignificante como lo es tu hermano. ─Este se da la vuelta y camina hacia la salida.

─Maldito hijo de puta, voy a matarme. ─Exclama mientras ve a su hermano adolorido.

Pero antes de que pudiera hacer algo, las puertas del local son abiertas. Dejando que los policías que se encontraban afuera estén adentro.

El de orbes oscuros se sorprende, y puede sentir como el miedo y la adrenalina empieza a recorrer su cuerpo.

─Manos arriba. ─Dijo un oficial, gritando. Pero fue inútil, los disparos ya estaban sonando por todo el local.

El pelinegro, miro como todo su equipo estaba cayendo, junto a los de la otra banda. Podía observar a lo lejos, como Namjoon se acercaba a pasos apresurados hacía a él con las facciones endurecidas. Él busco a Jimin con la mirada, y él se encontraba siendo ayudado por sus otros hombres de confianza, que en este momento lo estaban ayudando a escapar, por aquella ventana. Sin ninguna duda, corrió hacia ellos, mientras disparaba y se cubría.

Sabía que por más que Namjoon, intentara alcanzarlo no podría.

Corrió hacia la ventana, sin antes mirar al mayor, el de orbes oscuros le guiño el ojo antes de salir por aquella de ventana.

Al salir, pudo ver el caos en las calles. Los carros con fuegos, varios hombres caídos.

─¡Jungkook, por aquí! ─Escucho como Yoongi le gritaba, para que lo siguiera.

Este miro al hombre de tez pálida, y le siguió el paso.

─¿Cómo se encuentra? ─Dice, siguiéndolos.

─Lo único que sé, es que el no morirá esta noche. ─Dijo el alto, con hombros anchos.

─Esas son buenas noticias, Jin.

Siguieron caminando, mientras Jungkook los cubría. Ya casi llegaban a la camioneta negra, pero en eso Jungkook pudo divisar a una peculiar chica. Ella se encontraba con las piernas completamente flexionadas, mientras se tapaba los oídos con sus manos.

Se encontraba en medio del caos, sin nadie.

─¡Hey, Jungkook! Entra. ─Gritó el de anchos hombros.

Él de orbes oscuros lo miro y luego volvió hacia la chica. Por alguna razón sintió pánico, de lo que podía pasarle. Se veía tan frágil, y estaba seguro que su ropa era más cara que la camioneta en la que se subiría.

─¡Jungkook! ─Volvió a gritar esta vez el de tez pálida.

Indeciso por no saber qué hacer, intento dar rumbo hacia sus amigos, hasta que miro a un hombre con aspecto horrible, acercarse a ella. En cuanto el hombre la tomo por su brazo, esta intento escapar.

El de orbes cerros sus ojos con presión junto con sus manos, intentado retener su impulso, pero fue imposible.

─¿A dónde vas? ¡Debemos irnos! ─Gritó otra vez el de tez pálida, pero el pelinegro ya se encontraba corriendo hacia otro rumbo.

─Algún día, esos jodidos impulsos, acabaran matándolo. ─Hablo el de hombros anchos.