—Parece que la ilusión del amor ha tocado nuestras puertas, hermano. —El líder de la primera familia comentó, fingiendo felicidad. Para ser un hombre carente de aquel sentimiento, podía reconocerlo a la perfección. Porque lo había convertido en su mejor arma para llegar a los que quería, para poder destruirlos internamente y doblegarlos a su voluntad. —. Pronto nuestro linaje se expandirá.
Kan Theerapanyakul le dio una sonrisa a medias, dejando su taza de té rojo en la pequeña mesa que había en el balcón. El menor de los alfas entendía el mensaje detrás, no queriendo delatar a su propio hijo en este juego de palabras.
—Es lo que igualmente creo. Kinn es una persona bastante transparente, ha marcado una notoria e inusual preferencia por Porsche. —Centró a su sobrino en la conversación, buscando evitar que Korn fuera por Vegas. Las razones o suposiciones del por qué su hijo lucía más animado, con un brillo en esa mirada que habitualmente guardaba amargura y rencor, se quedarían únicamente con él. —. ¿Será que finalmente se decidió en dar el siguiente paso? ¿Ya puedo imaginarte como abuelo, Hia?
—Puedes. —Korn le devolvió la sonrisa, sus perspicaces ojos recaían sobre el líder de la otra familia. Su hermano había mejorado considerablemente en esta partida de ajedrez, debía agradecérselo. Pulverizó su corazón, lo apartó de esa estúpida fantasía de que podía merecer dicha alguna. Era un segundo hijo, destinado a ser la sombra de la grandeza de los suyos. Él ni sus cachorros podían si quiera anhelar una mayor alegría que sus sobras. —. Mi deseo ahora es que Kinn sea el que tenga al primer descendiente de esta nueva generación que se avecina.
—Seguro que será así, hermano. Portando la casta dominante, no tendrá problema para embarazar a quien quiera. —La malicia en Kan se despertó, frustrado quizás porque su hermano pueda jactarse de la felicidad de los suyos. —. Solo quedaría procurar a Porsche, estimo que su tasa de fertilidad como recesivo es relativamente baja.
—Cierto. —Korn no se menoscabó por la verdad que le señalaban, estaba consciente de ella. Incluso la había prevenido: Si a un año de enlazarse no engendraba a su heredero, obligaría a Kinn a tomar a otro compañero. No aceptaría excusa, menos alguna resistencia. De haberla, su querido hijo pagaría con la vida de quien jura adorar. —. Pero por fortuna, nuestras tradiciones prevalecen fuertes. Así que, de ser necesario, Kinn tendrá el deber de unirse nuevamente y con quien sí sea capaz de asegurar nuestro futuro.
— ¿Y podrá? —La pregunta fue sincera, Korn la tomó de esa manera y disimuló una mueca. Quisiera aseverar sin vacilaciones, mas conocía a su hijo. Era débil, esclavo de lo que su corazón dictaba; condenando colateralmente a Porsche.
El mayor de los líderes se levantó, frustrado. Deshacerse de Porsche nunca fue una opción para él, pese al riesgo que representaba si se enteraba sobre cómo sus padres fallecieron y que justamente era el responsable. Sin embargo, el panorama cambiaba ahora que se convirtió en el interés de su hijo Kinn.
No iba a permitirle que marchitara su raza, no a quien ni su sangre tenía.
A Korn le tendieron un cigarrillo, lo tomó y encendió con esa pesadez sobre sus hombros. Su mirada recaía en el jardín, en su primogénito y guardaespaldas. —Podrá, yo le ayudaré a que lo consiga.
Kan imitó a su hermano, dirigiendo su atención a cómo Korn estiraba cada una de sus palabras y sus ojos se enfocaban en el recién llegado jefe de seguridad de su hijo Khun.
—Claro que lo harás, eres un padre muy dedicado y comprometido. Ya seguramente has escogido por él a su otro potencial compañero.
—Lo hice, antes de Porsche. —Korn soltó el humo del cigarrillo, sorprendiéndose de la facilidad con la que se abría su no querido hermano. —. Su absoluta lealtad y gratitud me confían la tranquilidad de este incierto porvenir.
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Choose us, Pete! [VEGASPETE]
Fanfiction[•] Pareja: VegasPete. [•] Advertencias: Omegaverse. [•] Recordatorio: Los personajes no me pertenecen. Sinopsis: El acercamiento de Pete y Macao se volverá una luz que guiará el camino de Vegas -una de la que se aferrará a medida que permanezca...