Capítulo 6

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"Ritmando" es bastante bueno, cosa que no me esperaba. Nunca los había escuchado, pero sí había oído por el pueblo que eran buenos, a pesar de estar empezando. El vocalista se llama Lorenzo, y lo conozco de compartir clase con él durante gran parte de la primaria. Pero los demás integrantes del grupo son mayores que yo, como dos o tres años y, a pesar de ser del mismo pueblo, no tengo ni idea de sus nombres ni de quiénes son. Ya te digo, que yo soy una persona bastante despistada que apenas conoce a nadie del pueblo ni sabe nada de nadie. No sirvo para ser maruja, lo admito. 

Empiezan con el típico discurso que voy a ahorraros: muchas gracias por haber venido, esto significa mucho para nosotros, estamos muy contentos de estar aquí, esperemos que disfrutéis del espectáculo, etc.

Abren el concierto con "Hymn for the Weekend", y lo hacen realmente bien. Está todo el bar animado, a pesar de ser muchos de ellos señores mayores que no entienden ni papa de inglés, aunque el inglés que chapurrea el vocalista tampoco es que sea precisamente de Bristol. Pero los de la banda son tan carismáticos que les trasmiten el buen rollo a la gente, sin importar lo que rece en la letra. Siguen con "Sky full of stars", y yo siento la necesidad de levantarme y saltar, como si de un concierto lleno de miles de personas se tratase. Me encantaría ir a un concierto de Coldplay y vivir la experiencia de escuchar esta canción en vivo, con las luces y todo el mundo chillando. Aunque yo, más bien, estaría llorando.

Es muy poco común que se hagan tributos de este tipo en mi pueblo, y menos una banda de MI pueblo, es que quién lo diría. Para la próxima, deberían hacerlo al aire libre y sin mesas ni sillas, aunque esto no está tan mal después de todo.

Los altavoces están bastante altos, por lo que puedo cantar y que no me escuchen ni mis amigos. Aunque tampoco voy a cantar como si estuviera en la ducha. Así que decido cantar por lo bajini con mis amigos. Mientras tanto, me da por mirar al bar en general: está todo el mundo prestando atención al escenario, por lo que no hay movimiento de camareros. Me da por buscar a Simón, pero no lo veo. Hasta que lo encuentro, en una esquina apartada, donde casi nadie puede verlo, mirando en mi dirección. Cuando se percata que lo estoy viendo, aparta la mirada hacia el escenario. Un cosquilleo sube desde mi estómago hacia arriba, como si fuera a vomitar. Pero no es eso. Aunque tampoco sé bien qué es.

- Y ahora, después de estas canciones tan explosivas, queremos ponernos un poquito emotivos - dice Lorenzo, mientras su compañero toca una guitarra eléctrica por lo bajini, para que se escuche bien su voz -, así que tengan a mano un pañuelo, porque esta canción saca la lágrima de más de uno, ¡y con razón! Esto es "Fix you".

Ay no, madre mía. Esta canción es la que me pongo yo para llorar. Te lo digo de verdad, eh. Mis amigos lo saben, porque me miran como diciéndome "No te vayas a poner a llorar aquí", mientras que Rebeca está buscando en su bolso un paquete de pañuelos.

Intento mantener la compostura, pero es llegar el estribillo y que se me escape una lagrimita. Me recompongo al segundo, porque no quiero que nadie me vea así.

Te lo traduzco: nadie es igual a Simón.

- Tía, ¿estás bien? - me pregunta Rebeca al oído, intentando que nuestros amigos no se den cuenta.

- Sí, sí. Es que esta canción me pone sensible automáticamente. Pero no te preocupes, que estoy bien - la miro sonriéndole, y se acerca a darme un abrazo.

- Vaya dos payasas.

- Que te calles, Luís. Y tú eres un insensible.

Dejo a estos dos con su discusión, para seguir escuchando la canción. Es muy bonita, y tan personal. Puede que exagere un poco con llorar cada vez que escucho esta canción, pero como para no. Es una auténtica obra maestra que me pone los pelos de punta cada vez que suena el primer acorde. 

El bar de la esquinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora