XXI. Vida externa

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TANNER

El sonido de mi móvil es el encargado de despertarme a primera hora de la mañana.

Anoche, después de mandarle la última nota a Kat, decidí irme a dormir, pero no he conseguido dormir bien en toda la noche, por lo que el malestar de cuerpo y el cansancio me hacen pesada la tarea de alcanzar mi móvil para contestar a la llamada,

—¿Sí? —es lo primero que digo al contestar.

—Necesito que vuelvas al trabajo —me demanda la voz grave de mi padre.

Me paso una mano por la cara; necesito tener paciencia y mantenerme bastante despierto durante esta conversación.

—Papá, teníamos un trato.

—Sí te exijo que vuelvas al trabajo es porque realmente lo necesito, no por un capricho —responde en tono crudo —. Soy muy consciente de que tenemos un trato, pero necesito que vuelvas y necesito que lo hagas ya.

—¿De qué se trata el trabajo?

—Tienes que investigar sobre la empresa de Lorenzo Morelli.

Mi cuerpo se tensa de pies a cabeza.

—No —me niego mientras niego con la cabeza —. No pienso investigar al padre de mi hermano, papá.

—Pues eso es exactamente lo que vas a hacer, Tanner.

—No voy a hacerlo.

—¿Tengo que malgastar mi tiempo en recordarte las consecuencias de no acatar una orden de tu jefe? —pregunta en un tono mucho menos pacifico.

—Eres mi padre, no mi jefe.

—Soy las dos, Tanner. Así que espero que no me hagas actuar como tu jefe porque entonces se me va a olvidar que eres mi hijo.

Un escalofrío me recorre la espina dorsal al oírlo. Es triste, pero el miedo que he generado al rededor de la figura de mi padre es un miedo que ni siquiera debería ser legal. Sé cómo son sus castigos, porque ya me he enfrentado en alguna que otra situación a ellos, y sé que no quiero enfrentarme a ellos de nuevo. Pero también sé que investigar al padre de mi hermano me va a traer muchos problemas.

Nadie a mi alrededor sabe a lo que me dedico. Más que nada porque es algo que estoy obligado a esconder. Aunque también es verdad que no sería algo agradable de contar, porque siendo sinceros, conta que tu profesión es investigar empresas con gran poder social y adquisitivo para pasarle la información más importante a mi padre con la finalidad de tener información confidencial para poder extorsionar a esas empresas para conseguir contactos, dinero y poder es un trabajo bastante poco legal, rastrero y el cual no me siento orgulloso de haber ejercido.

La verdad es que empecé en esto porque mi situación en aquel entonces era desesperada y esta era la única manera de mantenerme a flote, ya que mi madre no pensaba aportar nada ya que sabía el tipo de vida que llevaba aquel entonces y sabía a lo que iría destinado y mi padre solo iba a estar dispuesto a ayudarme si me unía a él. Estaba contra la espada y la pared y en aquel entonces solo pensaba en mí mismo, así que elegí el dinero sin pensar en los problemas que me traería ese trabajo en el futuro ni en lo poco moral que era el trabajo en sí.

Y todo esto me lleva a mi situación actual.

—Sí tanto necesitas investigar a Lorenzo, ¿por qué no lo haces tú mismo? o, mejor, ¿mandas a otro de tus hombres?

A través del móvil oigo el impacto de la mano de mi padre contra una superficie dura. Está perdiendo los papeles y eso me puede traer consecuencias, pero me niego a quedarme de brazos cruzados y aceptar sin luchar por lo que realmente quiero.

La nueva obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora