hanbin house ♡ haobin

08.

—Mierda —murmuró Zhang Hao mientras daba un golpe a su frente, Hanbin ahora le miraba con un poco de pena desde el otro lado de la habitación.

—¿E-estás molesto? —preguntó con las mejillas sonrojadas mientras que jugaba con el borde de su suéter color rosa.

—No, estoy asustado. ¿Y si hubiera mirado hacia arriba por accidente? —frota sus manos en su rostro, saca nuevamente su celular; 7:00 p.m—. Aún faltaban dos horas para la cena, ¿crees que sigan molestos? Muero de hambre y al parecer tú también.

—Un poquito... —rasca su nuca mientras que suelta un bostezo y camina hacia la puerta.

Lleva su mano hacia ella y golpea la puerta recibiendo una respuesta positiva; se escucho un débil golpeteo.

—Podemos salir —dice con una sonrisa mientras que se gira al pelinegro—. ¿P-puedes hacerme pasta?

—Lo que el nene pida —responde logrando un sonrojo en Hanbin.

—Tonto —aparta la mirada y se gira de golpe por un intento de no sonreír. Abre la puerta notando que por primera vez, no había alguien del otro lado ni al final del pasillo, estaba en calma. Zhang Hao camina hacia él para después tomarlo por los hombros, ambos ríen—. ¡Hyung, ya!

—Eres muy tierno, Binnie —comenta finalmente dando un beso en la sien del menor, el decolorado sonríe y ambos comienzan a bajar las escaleras con cuidado. Se dirigen a la cocina y como de costumbre, tocan la puerta antes de entrar y efectivamente, reciben una respuesta afirmativa.

—E-están m-muy calmados... —murmura mientras que ve a Zhang Hao sacar varias cosas para comenzar hacer pasta.

—Prefiero que estén así, así no pueden lastimarte y a mí no me espantan —enciende la estufa a la par que comienza a dejar las cosas en la hoya.

—Ya s-solamente quedan tres días p-para q-que te vayas —el tono del menor es delicado y triste, Hao sonríe de lado y asiente lentamente para después soltar un pequeño suspiro—. ¿M-me v-vas a e-extrañar?

—Por supuesto que eres un niño muy tierno y extraño pero... Me agradas —ríe un poco para después llevar su mano izquierda y despeinar el cabello del decolorado.

Hanbin sonríe mostrando sus perfectos dientes y sus mejillas reciben un sonrojo simplemente adorable. Antes de que Hao pueda darle un halago —aunque, no lo quiera admitir, hace ese tipo de comentarios para poder verlo sonrojado— suena su celular.

Llamada entrante.

Número privado.

Contestar / Rechazar.

—¿Hola? —pregunta Zhang Hao mientras que se aleja un poco de Hanbin; una respiración pesada y casi rasposa suena en respuesta—. ¿Hola, hay alguien ahí?

Una voz chillona, juguetona, risueña y sumamente gentil suena a través de la línea.

—¿Quieres jugar Hao? —pregunta, se escuchan pequeñas risitas.

—¿E-eurus? —pregunta en voz baja para que Hanbin no lo escuche—. ¿Eres tú?

—No.

Zhang Hao despegó lentamente su celular viendo que en el comedor, había alguien sentado viéndole fijamente, sin embargo el cabello de aquella diminuta persona no le deja verle el rostro, piel pálida y vestimenta desgastada y lo más importante... Mojada.

—Yo me llamo Inveniet —se escucha una risita, Hao traga saliva ante aquello, el niño se levanta del comedor—. ¿No quieres jugar conmigo?

Antes de que pueda contestar el pelinegro, la puerta principal se abre de golpe logrando espantar al niño y que este gritara para después echarse a correr hacia el baño.

Llamada entrante.

Número desconocido.

00 000 000.

—Los niños se han estado portando muy mal, no se preocupe. Los puedo controlar... —y cuelga nuevamente.

—¿H-hyung? —pregunta Hanbin sacándolo de aquel pequeño trance—. ¿Q-qué sucede?

El pelinegro despega lentamente su celular de la oreja y se gira hacia Hanbin. El decolorado ahora tiene un pequeño hematoma en el ojo.

—N-necesito ir al baño, ¿cuidas la pasta..? —murmura en voz baja comenzando a caminar por el pasillo, con dirección hacia el baño.

Lo que fuera lo que sucedía en esa casa, llamaba a Zhang Hao.

—¿Inveniet? —preguntó entrando al baño, viendo que en aquellos espejos se reflejaba aquel pequeño niño. Empapado en agua, llorando, aquel llanto que resonaba en eco, como si los espejos estuvieran diseñados para que Hao viera y oyera a aquel pequeño niño—. ¿P-por qué l-lloras? ¿N-necesitas m-mi ayuda?

—¿Quieres jugar conmigo? —pregunta nuevamente limpiando las lágrimas.

—Ya casi es la hora de la cena, ¿no quieres jugar después?

—Solo ve hacia arriba.

El niño tiene la mirada en el suelo, las gotas bajan por todo su cuerpo y ropa. Su respiración es agitada, y nuevamente siente su cuerpo temblar. Ese escalofrío enorme que recorre toda su espina dorsal.

—¡Ve hacia arriba! —grita alzando la mirada demostrando que aquel niño, no tiene rostro.

Los espejos refleja aquello, se escuchan gritos. Zhang Hao da un paso hacia atrás y corre fuera del baño; hacia el comedor donde Hanbin está sirviendo los platos.

—Y-ya casi es la hora de la cena —murmura con una sonrisa—. Uh, hyung, ¿p-pasó a-algo?

Ahora Hanbin tiene un hematoma en el cuello, los labios del pelinegro tiemblan.

Mensaje nuevo.

Número privado:

Spectare supra te.

—¿Con quién hablas t-tanto? —pregunta, sus manos tiemblan un poco y pequeñas lágrimas bajan de sus ojos—. ¿Q-qué t-tienes?

—Miedo... No sé qué hacer. Hay niños, me llegan mensajes extraños, te lastiman, se supone que debo mantener la casa bajo control. N-no sé c-como reaccionar... ¡Necesito respuesta maldición! —golpea sus sienes logrando que Hanbin salte en su lugar.

—¡Spectare supra te! —gritan provocando que las luces comiencen a fallar—. ¡Spectare supra te!

Hanbin grita, las puertas se abren de golpe y llantos de niños resuenan por el lugar. El decolorado toma a Zhang Hao por las muñecas y comienza a jalarlo hacia la habitación, casi a arrastras.

—¿¡Quieres jugar con nosotros!? —las voces chillonas, los pasos rápidos, los gritos gruesos de un adulto.

Hanbin alcanza a cerrar la puerta de la habitación, ambos caen a la cama, ambos sienten los cuerpos pesados.

—¡Spectare supra te! —gritan los niños entre lágrimas, entre lloriqueos, pasos pesados suenan al final del pasillo, golpes suenan en la puerta—. ¡Déjanos atravesar, déjanos atravesar!

Hanbin comienza a llorar. Zhang Hao solamente puede abrazarlo para poder consolarlo. Ambos quedan abrazados, con sus piernas entrelazadas.

—M-me d-duele —murmura Hanbin soltando una queja, Hao se separa un poco y puede observar un poco de sangre baja de la entre pierna del menor—. M-me lastim-o.

Lagrimas bajan de sus ojos, Zhang Hao solamente puede acunar su rostro entre sus manos.

—T-tengo mucho miedo, hyung —dice finalmente entre hipos.

Zhang Hao solamente puede actuar de una forma; labios suaves junto con labios resecos, mejillas pálidas volviéndose rojas, manos morenas sobre manos pálidas.

Zhang Hao está besando a Sung Hanbin.