[ 𝒊 𝒐𝒏𝒄𝒆 𝒃𝒆𝒍𝒊𝒆𝒗𝒆𝒅 𝒍𝒐𝒗𝒆 𝒘𝒐𝒖𝒍𝒅 𝒃𝒆 𝒃𝒍𝒂𝒄𝒌 𝒂𝒏𝒅 𝒘𝒉𝒊𝒕𝒆,𝒃𝒖𝒕 𝒊𝒕'𝒔 𝒈𝒐𝒍𝒅𝒆𝒏]
La vida de Maya Potter estaba marcada por la palabra dolor.
Desde perder a sus padres cuando era sólo un bebé a tener que vivir con sus...
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Aquella mañana,las lechuzas volaron por Privet Drive bajo la atenta mirada de sus residentes.Habian más de una decena dejando cartas alrededor de la casa de los Dursley justo antes de posarse en el techo,bajo la sorpresa de sus vecinos,que nunca antes habian visto a los animales por la zona.
Desde el interior de la casa,Maya abrió los ojos cuando sintió leves rayos de sol a través de la rendija de la puerta,que al parecer su tío había abierto esa mañana para indicarle que ya habia acabado su encarcelamiento.
Suspiró aliviada cuando consiguió abrir la puerta y respirar aire puro despues de estar cuatro días encerrada en su "habitación".Tampoco había visto la luz del sol desde entonces,lo que hizo que tuviera que frotarse los ojos con fuerza cuando le reflejó desde la ventana en el salón frente a ella.
Rodó los ojos cuando escucho la risa de sus tíos desde el comedor, completamente inconscientes a como ella tenía que agarrarse de la pared para no caerse de lo mal que se sentía.
Maya se quedó unos minutos apoyada en la pared,cerrando los ojos mientras aliviaba su dolor de cabeza.
—¿Qué estás haciendo?—los gritos de su Tío Vernon desde el comedor llamaron su atencion—¡Tienes que recoger el correo!
Suspiro con fuerza,aguantandose el impulso constante de responderle a su tío,y fue hacia la alfombra de entrada,donde descansaban las mismas cartas aburridas de siempre.
Distraidamente las recogió y las fue pasando mientras volvía a la cocina y se sentaba al lado de los Dursley,quienes la ignoraron completamente mientras seguía cotilleando el correo.
Facturas...Publicidad...Multa de tráfico...Carta a Maya Potter.
Un momento.
Rápidamente sus manos se deslizaron hasta la carta anterior,viendo sorprendida como,lo que había pensado era una alucinación resultó ser de verdad una carta para ella.
¿Pero quien iba a escribirle a ella?
Literalmente no conocía a nadie fuera de la burbuja de los Dursley y la vecina de enfrente que a veces la cuidaba cuando sus tíos se iban de vacaciones.
Justo cuando estaba a punto de abrir el sobre,una gran mano rechoncha se colo en su campo de visión,haciéndola fruncir el ceño cuando le quitaron la carta.
—¡Maya tiene una carta!—dijo Dudley sacudiendola en su cara.Cuando vio a su prima estirarse para alcanzarla,se levantó de su silla y corrió al lado de su padre.
La primera vez que Maya veía a Dudley correr,y,como no,era para molestarla.
—¿Qué?—se río su tío.La morena apretó los puños por debajo de la mesa,sintiendo su sangre hervir hasta tal punto que le parecía un milagro que aún no le doliera la cabeza—¿Porque le enviarían una carta a...?—su tío dejó la frase a medias,y su sonrisa cayó cuando leyó la carta.
